Vidas de impresores y libreros: Aldo Manuzio

imagesEn la historia del libro, la figura imbricada de impresores, editores, libreros… se ha ido demarcando y evolucionando a lo largo del tiempo. Sin lugar a dudas, han sido pilares fundamentales desde los orígenes librarios. Conocer sus aportaciones a través de sus vidas es otra posibilidad de conocer la evolución de este fascinante mundo de los libros.

Según Hipólito Escolar, poco se sabe de la producción y difusión de libros durante los siglos V y IV. Se piensa que había, aunque de forma ocasional, comercio del libro, así como la existencia de la figura de librero. Hasta la llegada de la imprenta, la nueva tecnología de Gutenberg, la producción de libros era lenta y costosa por el formato y la complejidad de hacer copias a mano. El trabajo de escriba o copista, además de ser una función complicada, estaba muy mal pagada. En consecuencia, la información y el conocimiento estaban en manos de unos pocos, de una pequeña élite. Para el mundo del libro la imprenta vino a dar la solución, en parte, a los problemas económicos y sociales de una época que estaba marcada por las crisis financieras y las epidemias. La escasez de soportes librarios impedían el florecimiento del negocio de los impresores y libreros, así que las nuevas posibilidades de imprimir en papel fue determinante y decisivo para el invento de Gutenberg, ya que favoreció la expansión de la imprenta y propició el éxito de uno de los grandes negocios librarios. De esta manera, se abrió un amplio camino para impresores y libreros. 

En vista de las nuevas posibilidades que el nuevo invento ofrecía, algunos impresores empezaron a desarrollar cierto ingenio y creatividad. Este es el caso de Aldo Manuzio, cuyas aportaciones innovadoras marcaron un antes y un después en la historia del libro. Pero, la rápida expansión de la imprenta produjo una crisis económica, ya que se producía más cantidad de libros que se vendían y esto provocó una falta de liquidez para pagar las impresiones. En 1473  había una gran sobreabundancia de libros en el mercado y un gran excedente. Solamente en las grandes ciudades comerciales Europeas pudo sobrevivir la industria de la imprenta y, para ello, utilizaron la estrategia de reducir el tamaño del producto para que fuese menos costoso salir al mercado.

Las sedes del conocimiento, las ciudades universitarias, que habían sido el centro del comercio del manuscritos, no eran lugares que pudieran sostener una industria impresora vigorosa. El número de eruditos en ellas eran demasiado reducido…

Aldo Manuzio fue un pionero en la nuevos productos librarios. Fijó un nuevo modelo de letra cursiva que ocupaba menos espacio. Sustituyó los pesado y lujosos códices medievales por cubiertas de pasta o cartón. En 1501 mandó tallar los primeros caracteres itálicos, aun así él siguió usando las capitales romanas, también creó el formato en octavo. El interés de Manucio era aprovechar todo el espacio del libro y editar lo máximo… Con su innovadora idea consiguió una mayor producción y distribución a precios reducidos y la posibilidad de que el conocimiento fuera accesible a más personas.

Para este impresor humanista italiano el oficio ya le venía de familia. Nace en 1449 en Bassiano en el seno de una familia de impresores . Disfrutó de una excelente educación, estudió latín, griego… Quizá su vasto conocimiento fue el motivo de su pasión por la cultura griega, la cual motivó un gran interés por conseguir que su literatura y autores se mantuvieran vivos y actuales.

De 1495 a 1498 salieron de sus máquinas más de cuarenta títulos, entre los que figuraban las principales obras de los poetas Teócrito y Hesíodo, y del dramaturgo Aristófanes. Pero su definitiva consagración como el impresor más destacado del momento tuvo lugar en 1499, con la edición de la Hypnerotomachia Poliphili (más conocida como El sueño de Polifilo) de Franscesco Colonna, unánimemente considerada como la primera obra de arte de la tipografía; un curioso libro simbólico en un lenguaje semilatino (mezcla de varias lenguas) y maravillosamente ilustrado.

La ambición de Manuzio por hacer crecer su negocio hizo que se rodeara de los mejores tipográfos y correctores, Escipión Forteguerri, Alcionio, Arsnius…Además de asociarse con su futuro suegro, un célebre maestro impresor. Su legado es el símbolo del ingenio y de innovación en el mundo librario.

 

Fuentes: 

  1. CLAYTON, Ewan. La historia de la escritura. Traducción de María Condor. Madrid: Siruela, 2015. 400 p. El ojo del tiempo, n.º 81. ISBN 978-84-16208-39-5). 
  2. ESCOLAR, Hipólito. Historia del libro. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez: Pirámide, 1985. 524 p. ISBN 84-86168-07-4
  3. MOLL ROQUETA, Jaime. El impresor y el librero en el Siglo de Oro. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes [en línea]. [Fecha de consulta: 3 de septiembre de 2015]. Disponible en <http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-impresor-y-el-librero-en-el-siglo-de-oro/html/701b5cae-ec16-4d2c-a7a4-05720baa35e7_4.html>

Manuela Gil

Bibliotecaria en ciernes en la biblioteca de mi pueblo natal, Algorfa (Alicante). Diplomada en Biblioteconomía y Documentación y Grado en Documentación por la Universidad de Murcia, Máster en Bibliotecas y Patrimonio Documental por la Carlos III de Madrid. Y aquí estoy, siguiendo aquel camino que mi inquietud y curiosidad me marca. En este espacio de BiblogTecarios y dentro del marco que nos ocupa, me gustaría dar cabida a todos los temas relacionados con nuestra especialidad y aplicarlos a cualquier campo del conocimiento. Un espacio abierto a la información y a la reflexión. Un medio de intercambio entre los miembros de una comunidad, que a través de la diversidad de temas, opiniones y críticas pueda llegar a mantener el impulso vital en el ámbito de una formación constante, y de un constante aprehender…, en definitiva, mantener despierta la inquietud por el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

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