451 °F (232.78 °C) es la temperatura a la que arde el papel. Una temperatura muy fácil de alcanzar si, como en la novela Fahrenheit 451, los bomberos no se dedican a apagar fuegos, sino a provocarlos para acabar con todos los libros existentes. Pero, ¿por qué prohibir y destruir los libros? Pues porque en aquella hipotética sociedad que presenta la ficción de Bradbury los dirigentes creen que la lectura sólo provoca la infelicidad de las personas, ya que las obliga (y ayuda) a pensar, a cuestionarse a sí mismas y a las demás, a tener una actitud crítica e incómoda para aquéllos que las gobiernan. Para esos gobernantes que sólo quieren masas y no personas, porque saben que la masa es «feliz» y manipulable cuando todo viene dado desde arriba, cuando no hay que responsabilizarse de los propios actos, cuando no hay que preguntarse sobre los porqués, los cómos, los cuándos…
Por fortuna, en esa distopía aún quedan quienes se resisten: las personas libro. Ellas custodian en su memoria fragmentos u obras completas que transmiten a sus descendientes para que no se pierda el acervo literario de la Humanidad.
Esta ficción de la que todos hemos oído hablar (si no hemos leído el libro, seguro que habremos visto la película dirigida por François Truffaut), comenzó a hacerse realidad a principios de este siglo. Pero no temáis, no es que se vayan a prohibir los libros y con ellos se vayan a hacer hogueras en nuestras calles, en nuestras casas o en nuestras bibliotecas. Es que las personas libro han cobrado vida gracias al Proyecto Fahrenheit 451, una organización que busca el encuentro entre las personas (y consigo mismas) a través de los libros, tal y como se define en su web.
Tras años de investigación en torno al uso que hacemos de las palabras, Antonio Rodríguez Menéndez, director del Teatro Estudio Tuzla y de la Escuela de Lectura de Madrid, crea el concepto de la palabra vinculada, aquélla que sirve para el encuentro entre los seres humanos, el verdadero reto de todas las culturas a través de los siglos. El Proyecto Fahrenheit 451 enseña a usarla, al mismo tiempo que la palabra vinculada sirve para hacer más humanas las narraciones de las personas libro.
Para ser persona libro son necesarias dos sencillas condiciones:
– La libre elección de un texto deseado, que nos llegue muy dentro, que nos diga algo, en el cual nos reconozcamos. No es necesario que sea un libro completo, puede ser un inicio, un fragmento o un final.
– Narrarlo con la naturalidad, la precisión y el respeto que aporta la palabra vinculada.
Cualquier lugar es bueno para narrar en público. Los encuentros de personas libro para poner voz a las palabras almacenadas en la memoria resultan muy atractivos y vistosos. Los paraguas naranjas simbolizan el fuego y rodean a las personas libro, que con su labor consiguen que las llamas no destruyan las palabras. Se trata de una escenografía fácil de montar en cualquier calle, que atrae a la gente y acoge a quienes narran sus textos.
El 22 de noviembre de 2007, el proyecto de las personas libro dejó su legado en la caja 451 de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, y Martín Carril narró “La biblioteca de Babel”, el famoso cuento de Jorge Luis Borges.
El proyecto cuenta con el sello de Buena Práctica Lectora de Leer.es. Las aplicaciones son numerosas, adaptadas a las afinidades e intereses de diferentes grupos: personas libro-personas libres en centros penitenciarios, personas libro-puente de culturas para el encuentro de civilizaciones, familias libro, personas libro de cuento, personas libro en torno a un autor, jóvenes personas libro en institutos y clubes de lectura.
Un ejemplo de jóvenes personas libro pertenecientes a un club de lectura lo encontramos en el club Los viernes nos vemos en la biblio, de la Biblioteca Pública de Zamora, cuyos miembros se han propuesto prepararse para ser El Principito. Esta biblioteca ha recibido el sello de Biblioteca Amiga del Proyecto Fahrenheit 451 porque está cumpliendo las dos condiciones fundamentales para obtenerlo: dar a conocer el proyecto, y facilitar el encuentro de las personas libro de la zona dentro de la biblioteca, su espacio natural.
La acción más reciente del proyecto es “Contar para vivir”, homenaje de las personas libro a Gabo. Si como Patricia Medrano o como Leniz Santana quieres ser alguno de los libros de García Márquez, no tienes más que memorizarlo y escribir a: proyectof451@personaslibro.org.
La idea de la palabra vinculada también está presente en La voz a ti debida, un proyecto que trata de unir a las personas lectoras con aquellas otras que aman los libros pero, por diferentes causas, no pueden leerlos.
La lectura como un derecho de todas las personas es la idea que nutre ambos proyectos.
Se está elaborando una web que funcione a modo de ágora para llegar a todos los lugares y personas del mundo, traduciendo la información básica a varios idiomas. Provisionalmente se puede encontrar información en la web del proyecto y en su página en Facebook.
Tú también puedes ser una persona libro.