Los “mediadores” en el diván, cómo nos vemos y cómo creemos que nos ven

Recién salido del horno está el estudio cualitativo que la Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha desarrollado y dado a conocer hace escasos días a través de un informe titulado Visiones de los profesionales que trabajan en el fomento de la lectura de los jóvenes: Estudio sobre los valores y enfoques de los profesionales del fomento de la lectura.

La iniciativa tiene como centro a los profesionales que desde distintos ámbitos desarrollan su trabajo en torno a la lectura y su promoción entre el público joven. Se trata de un trabajo elaborado a partir de las entrevistas realizadas a un nutrido grupo de profesionales de distintas procedencias, principalmente radicados en España, pero también de la vecina Portugal, Chile, Venezuela y Eslovenia, así como a Bookstagrammers con más de 50.000 seguidores.

El estudio surge con la intención de indagar sobre la idea que los profesionales que trabajan en torno a la lectura y su promoción tienen sobre distintos aspectos de su labor y sobre el público con el que trabajan. En este sentido, el trabajo aporta como resultado una visión caleidoscópica del tema, en cuanto a que se presenta la visión que tienen los profesionales sobre el entramado en el que actúan desde distintos cuadrantes. Así, encontramos información acerca de cómo se perciben a sí mismos, consideraciones acerca del público joven con el que trabajan, las familias, escuelas, bibliotecas, librerías, así como la valoración que hacen de las estrategias y programas que rigen su labor, entre otros abordados en las entrevistas y desgranados en el informe ahora publicado.

También es interesante el contenido que se ofrece en el estudio en lo referente a cómo creemos que los jóvenes nos ven a nosotros. En las conversaciones mantenidas a lo largo del desarrollo del proyecto se han puesto también sobre la mesa las opiniones e impresiones acerca de la percepción que tienen los profesionales sobre la opinión que los niños y, especialmente, los jóvenes tienen sobre el trabajo que ellos y ellas realizan.

¿Qué se busca con este proyecto?

 En el informe resultante de esta investigación, realizado por el equipo de la FGSR, se destacan dos propósitos fundamentales como inspiradores de esta investigación:

  • Por un lado, aportar un material que invite y facilite una reflexión crítica.
  • Que, a la vez, suscite propuestas para la innovación de los métodos del fomento de la lectura por parte de los profesionales que trabajan en este campo.
  • Un corpus vertebrado de opiniones que proporcione un acercamiento general al tema y sirva de apoyo para la elaboración de formulaciones o pautas dirigidas a las instituciones implicadas que les orienten y faciliten afrontar el reto de redefinir el modo de plantear y orientar las acciones de fomento de la lectura.

Con las conversaciones mantenidas con este conjunto de mediadores a lo largo de varios meses, se busca, en definitiva, mostrar una visión amplia que ayude a comprender mejor la marcha y el funcionamiento de las acciones y programas de fomento de la lectura en el momento presente, y con ello “proporcionar un “espejo” a los propios profesionales que estimule su reflexión. Desde esta mirada, los mediadores pueden decidir orientar su quehacer del modo que consideren más útil.”

¿Con quién se ha contado?

 Como se indica en el informe, los participantes en este proyecto son bibliotecarios, técnicos de gestión cultural, editores y organizadores de encuentros y festivales literarios, responsables de iniciativas lectoras a gran escala con niños y jóvenes, coordinadores de premios y prescriptores literarios de nuevo cuño con decenas de miles de seguidores en las redes.

Estas piezas que han ayudado a componer el puzle que se ofrece como resultado del estudio responden a una caracterización profesional diversa. Comparten todas ellas la tarea común del fomento de la lectura, pero encuadradas unas en instituciones como bibliotecas y escuelas, con una dedicación al tema como profesionales independientes otras, o formando parte de organizaciones dedicadas a la lectura; en unos casos trabajando directamente con los destinatarios finales, sean niños, jóvenes o familias, y en otros de una manera indirecta.

La recogida de las impresiones y reflexiones de estas personas se realizaron en tres fases:

  • Una fase de cuestionarios en la que se alcanzó un impacto de 273 profesionales del fomento de la lectura, con una mayoría de españoles, y con un 25% de países iberoamericanos.
  • Una fase de encuestas a través de las redes sociales, lanzadas a través de Twitter, en la que se registraron interacciones con 1.049 usuarios desde el perfil de @canallector y 1.734 usuarios a través de las cuentas de la @fundaciongsr y @casalector.
  • Una fase de entrevistas con grupos focales, en la que se tomó contacto con una amplia variedad de perfiles, especialidades profesionales y distribución territorial, seleccionados en función de sus amplias y reconocidas trayectorias de trabajo con el público infantil y juvenil.

Dos cuestiones que invitan a una reflexión detenida y profunda …

 En la fase previa desarrollada en las redes se trató de establecer un escenario general sobre algunas cuestiones centrales abordadas en el estudio que se formularon en las cinco preguntas lanzadas a través de diversas cuentas de la FGSR en Twitter.

De los datos que arroja el informe sobre esta fase detenemos la mirada en la primera cuestión; en ella se pedía a los profesionales que mostrasen su grado de conformidad o desacuerdo con esta afirmación:

“Las actividades relacionadas con la lectura que se ofertan para los segmentos de edad infantil y juvenil desde bibliotecas, institutos y espacios culturales están totalmente en la onda de lo que ellos/as buscan y desean.”

Eran dos opciones las que se ofrecían como respuesta a esta cuestión, la primera, Estoy de acuerdo, y la segunda, Tal vez no. Aun considerando que las opciones de respuesta resultan un tanto escasas, pues la cuestión planteada admite gama de grises, resulta muy significativa que la primera opción no recogiera ningún adepto y que el 100% de las respuestas se inclinen hacia la duda en cuanto a la adecuación de las estrategias y propuestas de lectura que se dirigen al público infantil y juvenil desde las bibliotecas, escuelas u otras instancias.

Este sentir e insatisfacción que denota esta respuesta da, cuando menos, que pensar e indudablemente invita a sentarse a pensar en el valor y la eficacia de nuestras campañas y planes de lecturas, de la adecuación de las estrategias que implementamos y las actividades que desarrollamos con el propósito de despertar el gusto por leer y fomentar hábitos de lectura sólidos y estables entre el público infantil y juvenil.

Otro aspecto del conjunto que llama la atención es la respuesta que las personas encuestadas o entrevistadas dan a esta otra cuestión: ¿Se sienten lectores los jóvenes?

Parece que el acuerdo es grande entre el conjunto de profesionales que participan en la muestra al constatar que la población joven interesada por la lectura se compone de minorías muy activas; al igual que existe acuerdo en la percepción de que “No se aprecia ningún tipo de pudor entre niños y jóvenes a la hora de reconocerse como “no lectores”.

Esta cuestión suscita igualmente grandes interrogantes, ¿realmente no leen los jóvenes?, ¿dónde quedan sus prácticas de lectura y escritura en el terreno analógico y en el digital? ¿tienen alguna validez? Y si la tienen, ¿por qué no se reconocen a sí mismos como lectores? ¿Por qué no se sienten parte de la comunidad de lectores? ¿Qué valor le dan a leer y escribir? Y de tras estos interrogantes, claro está, no cabe que la población adulta y los referidos mediadores echemos balones fuera, alguna responsabilidad tendremos en ello, ¿no?

Para abrir boca…

 No es nuestra intención volcar en este post el contenido completo del informe, que os invitamos a consultar en su integridad, sino destacar algunos aspectos más significativos, así como los más estrechamente relacionados con el ámbito bibliotecario. Así, del resto del informe vamos ahora a destacar una serie de bloques que reproducimos a continuación de forma literal.

CAMBIOS EN EL PERFIL DE LOS LECTORES

  • La figura del lector frecuente es vista por la generalidad de un grupo de jóvenes (por ejemplo, en una clase o en un grupo grande de amigos) como un perfil especial y minoritario. La mayoría de los profesionales tienden a corroborar esto, aunque también esa misma mayoría considera que no se trata de un verdadero cambio respecto a la percepción que había hace años.
  • Diversos participantes destacan que se perciben cambios en los intereses concretos a los que orienta la lectura, pero no en las actitudes generales respecto a la lectura en sí misma. Estos cambios no son tan evidentes en los niños como en el segmento de los jóvenes, que parecerían más sensibles a las modas y tendencias. Quizás se perciba que el rechazo a la lectura es mayor en la adolescencia a consecuencia de su identificación con lo escolar.
  • De forma específica hay un claro incremento del gusto por la lectura de cómic y se acusa el impacto de los códigos de la narrativa audiovisual.

CAPACIDAD CRÍTICA DE LOS LECTORES MÁS JÓVENES

  • En términos generales se considera que la dificultad de los lectores más jóvenes para seleccionar es mayor que la que podría haber antes, debido a que la producción editorial se ha incrementado mucho. Precisamente por esa superproducción, es todavía más relevante la necesidad de potenciar las capacidades críticas.
  • Hay un proceso de maduración que se observa a menudo en los lectores compulsivos (este perfil sería más frecuente entre las jóvenes que en el caso del sexo masculino) y que consistiría en el tránsito desde una posición de “fan” que acepta todo lo que se le ofrezca de un determinado género hasta el estatus de lector crítico, que es capaz de identificar cuando la creación literaria es de baja calidad y no le resulta atractiva.
  • También se han escuchado muchas opiniones de matiz crítico frente a los prejuicios de muchos de los propios mediadores. Estos prejuicios se referirían a ciertos géneros literarios o formatos y son vistos como un error porque alejan a los jóvenes de la lectura.

SOBRE LA PERCEPCIÓN DEL TRABAJO DE FOMENTO LECTOR

  • La confianza en la capacidad profesional es una variable fundamental. Los jóvenes esperan que el ritmo de innovaciones o los recursos profesionales para suscitar experiencias interesantes estén siempre disponibles por parte de los mediadores. Cuanto mayor es el contacto con experiencias de lectura en la biblioteca o la escuela, cuanto mayor es la pasión por la lectura, mayor sería también el aprecio de la trascendencia del papel de las mediaciones lectoras.
  • Junto al prestigio que parece proyectar el “espejo” ante al cual hemos puesto a los profesionales, también hay una cierta coincidencia en la existencia de unos potentes tópicos sobre las acciones de fomento de la lectura, que se detectaría en el caso de jóvenes que no han participado previamente y la sorpresa que surgiría tras conocer el contenido del trabajo en la biblioteca o en el centro cultural.
  • También hay diversas ideas que se relacionan con la percepción de un responsable de proyectos de lectura como alguien centrado en lograr cierto grado de excelencia a con- secuencia de su trabajo. Dicho de otro modo, se trataría de identificar a los propios participantes en las actividades programadas por los mediadores como grupos de estudian- tes muy aplicados y dotados de capacidades de lecto-escritura superiores a las normales o medias.

LAS OPIONIONES SOBRE EL PAPEL DE LAS INSTITU- CIONES DE LA LECTURA: LA BIBLIOTECA

  • Por una parte, se percibe la existencia de actividades potencialmente interesantes para estas edades, pero que pasarían desapercibidas, debido a la escasez de mecanismos de comunicación o de intercambio. O bien se confía exclusivamente en la proactividad personal de los profesionales a la hora de compartir sus esquemas de trabajo, o bien se acepta una excesiva ‘granularidad’ e, incluso, personalismo en las redes de bibliotecas públicas o escuelas.
  • También se han reiterado las referencias a una crisis o declive en la cantidad de acciones de promoción de la lectura -especialmente en el ámbito bibliotecario- desde hace diez o quince años. Esta debilidad se centra en una mezcla de factores, como la limitada variedad de acciones, discontinuidad y la limitada capacidad de sorprender. No se trataría exclusivamente de una disminución en los recursos, sino de un incipiente desánimo que haría que el fomento de la lectura se planteara como una actividad establecida sin un marco convincente.
  • A pesar de que se expresa preocupación sobre la citada disminución en el número de acciones que se emprenden en las redes bibliotecarias o educativas, también se critica la obsesión por hacer cosas, en detrimento del análisis, la evaluación y la reflexión.

En las sesiones de trabajo con mediadores de lectura se aprecia una percepción ligeramente pesimista (y solo en una porción de los casos) sobre el grado de esfuerzo de las bibliotecas públicas en términos cuantitativos. Esta impresión puede responder a la realidad o no, pero es el sustrato sobre el que se desarrolla su trabajo.

La segunda nota que emerge de los diagnósticos grupales e individuales es la de que las bibliotecas tienen como gran desafío de naturaleza cuantitativa: trascender más allá de su público habitual. Se considera que las bibliotecas ofrecen unas actividades satisfactorias para una audiencia de familias o lectores jóvenes “convencidos”, pero que no son capaces de atraer y fidelizar a nuevos participantes al margen del público habitual.

La preocupación en torno a la excesiva “fragmentación” es algo que se aplica al trabajo en las bibliotecas, pero se enuncia igualmente como una nota crítica general sobre el fomento de la lectura en España. Por fragmentación hay que entender la falta de coordinación de actuaciones, la dependencia elevada del empuje individual de los profesionales y la ausencia de una estrategia general en la que unas u otras iniciativas sean aportaciones que funcionen generando sinergias.

Por otro lado, se considera crucial un mayor grado de cooperación entre bibliotecas y centros docentes.

Despedida y cierre …

Con esta mirada más orientada hacia las bibliotecas cerramos la mirilla de este estudio y os invitamos a consultarlo completo, incluidas las conclusiones que se formulan en torno a los aspectos estructurales, las percepciones de los profesionales sobre las organizaciones desde las que se trabaja en el fomento de la lectura con los más jóvenes; las ideas sobre los propios sujetos activos del fomento de la lectura, los profesionales de la mediación lectora; las percepciones sobre los destinatarios de la acción de fomento de la lectura, es decir, los niños y los jóvenes; las visiones de los profesionales sobre la literatura infantil y juvenil y, finalmente, las propuestas o acciones para innovar y mejorar el impacto de su trabajo que han surgido en las diversas sesiones.

 

Podéis descargar el informe aquí: Visiones de los profesionales que trabajan en el fomento de la lectura de los jóvenes: Estudio sobre los valores y enfoques de los profesionales del fomento de la lectura.

 

Luis Miguel Cencerrado

Coordinador de reseñas en BiblogTecarios Bibliotecario, formador, asesor y apptekario navegando en los mares de la lectura analógica y digital, su promoción, las bibliotecas públicas, infantiles y escolares.

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