Leo no es un extraterrestre

         

Tengo por costumbre entrar directamente a comentar la obra y hablar luego de sus autores y editores pero dadas las circunstancias de proximidad con ellos me inclino por invertir el orden. En todo caso, valgan estos prolegómenos sobre las menciones de responsabilidad de este álbum para abrir el apetito y preparar el paladar para saborear mejor el plato más suculento, la obra en cuestión.

Los padres y madres de la criatura

Como comento, la obra que me dispongo a presentar es fruto de la creación de personas cercanas, David Gómez y Susana Peix, los dos colegas de Biblogtecarios a los que corresponde la idea y autoría del texto del álbum que tengo entre mis manos.

David y Susana son dos profesionales del mundo de las bibliotecas y la documentación a los que también les une su trabajo en diferentes frentes por la inclusión y en favor de la diversidad. Igualmente, ambos cuentan con perfiles poliédricos e inquietudes múltiples, entre ellas la creación para niños. En el blog de uno y otra podéis comprobar que ni miento ni exagero.

El otro vértice de la creación de esta obra lo ocupa Carolina Luzón, la encargada de la parte gráfica. Sin duda, Carolina es una excelente compañera de viaje en este proyecto. Ciertamente, sus ilustraciones aportan una destacada profundidad a la obra y consiguen llevar al lector hasta el interior del protagonista.

En otro plano de responsabilidad está la editorial almeriense Libre Albedrío, tras la que se esconde un nombre propio, el de Gema Sirvent Laguna. El trabajo editorial que ella realiza merece también ser destacado, dando como resultado un álbum muy cuidado, que el lector percibe con los cinco sentidos.

Volveremos sobre ellos más adelante porque ha llegado el momento de zambullirnos en la obra…

Los dos grandes ojos y la mirada envolvente de Leo

Si tuviera que elegir una imagen para sintetizar esta obra serían los dos ojos de Leo, el personaje sobre el que gira la propuesta de este álbum. Dos ojos que ya en la cubierta captan la atención del lector con una mirada intensa que no solo se proyecta hacia afuera sino que apunta caminos que conducen al interior de este niño. Dos ojos que, cuando arranca el texto, se apoderan definitivamente de ti, con una imagen de la cabeza recostada de Leo en primerísimo plano a doble página y a sangre que merece contemplarse tanto en apaisado como en vertical, volteo que la hace adquirir matices diferentes.

Ya en ese punto esos dos ojos nos dejan ver en sus pupilas imágenes que bucean dentro del personaje. Evocación de animales que anticipan las metáforas de las que se vale el texto para presentar a Leo y compartir con el lector su modo de ser y de comportarse. Dos ojos que adquieren un poder hipnotizador en el lector, como imanes que ejercen una fuerza irresistible para quien se adentra en las páginas de este libro. Así se inicia el viaje hacia el mundo de Leo, con un narrador que nos guía y abre el camino con textos claros y concisos que dan pie al despliegue de expresivas ilustraciones a doble página.

En este vídeo tráiler se pueden apreciar algunos de los aspectos apuntados:

La combinación del ritmo de los textos y la cadencia propia de las imágenes aporta un atractivo especial al álbum de tal manera que aunque ambos planos corren paralelos cada uno despliega un particular  carácter. De una parte, de forma contenida se presentan situaciones, se narran acciones y se formulan metáforas a través del texto. Por otra, en conexión directa con la línea narrativa, la parte gráfica imprime intensidad, se generan potentes imágenes que conectan de forma más directa con el magma que fluye dentro de Leo y provocan la inmersión del lector en el relato, atraído por unas ilustraciones que desbordan la página. Frases cortas, directas y sugerentes marcan la pauta para avanzar la lectura; la mirada del lector se detiene en cada nuevo párrafo al volver la página, luego el lector se empapa de la atmósfera que transmite la imagen y los ojos escrutan cada detalle de la ilustración.

La edición, ya se ha apuntado, refuerza el interés de la obra y la hace atractiva desde la percepción inicial del volumen, desde el tratamiento de la cubierta, la ilustración y textura del objeto, que invita a abrir el libro. Y la primera inmersión que proporcionan las guardas, en las que se recrea al protagonista y que anticipan el trabajo que Carolina desplegará en la obra, una técnica mixta que combina el dibujo a lápiz, la acuarela o el collage.

En torno a su argumento… ¿De qué va la obra?

El álbum, como ya hemos comentado, es la presentación de un personaje, Leo, un niño con problemas de comunicación que tiene dificultades para expresar lo que bulle dentro de sí, sus sentimientos y emociones. Ello hace que su comportamiento sea errático y transite de la calma a la tormenta de manera desconcertante tanto para él como para su entorno.

Como en toda historia, la aparición de un “pero” sirve de punto de inflexión en la vida de Leo. Es el momento en el que nuestro   protagonista encuentra un medio de conexión entre él y el mundo a través de las imágenes de un sencillo cuaderno de anillas que le ayudarán a comunicarse con los demás. Disponer de una herramienta a través de la que hacerse entender, pedir algo, expresar lo que siente o aquello que le inquieta supondrá un gran avance en la vida de Leo. Aunque muchas otras cosas seguirán siendo un enigma dentro de él.

El trasunto del tema que aborda

 En el álbum no se expresa de forma explícita pero en la información que nos ofrece la propia editorial se explicita que Leo es un niño con TEA (Trastorno del Espectro del Autismo), que no sabe comunicar sus necesidades ni expresar sus emociones a través del lenguaje oral. Sus padres están muy preocupados porque la comunicación con él es muy complicada. A veces se comporta como un gorila que golpea todo cuanto se pone a su alcance, otras como un tigre enjaulado y en ocasiones llora un mar. Pero un día Leo aprende a comunicarse con palabras, aunque ninguna sale de su boca. Un precioso texto lleno de sensibilidad y empatía.

Este álbum ilustrado trata con mucha delicadeza los sentimientos de los niños autistas, consiguiendo que empaticemos al máximo con Leo, el protagonista de la historia.

La comunicación es, al cabo, el núcleo central de esta historia. La infancia, los afectos, la necesidad de expresarse y las dificultades de entenderse y de hacerse entender son las mimbres con las que se teje esta historia. El apoyo, el acompañamiento y la superación, los ingredientes que dejan vislumbrar caminos en los que se abren claros y donde se rompe el silencio.

La apuesta editorial

Respecto al tema que aborda la obra, Gema Sirvent, responsable de la editorial comenta:

“Nuestra novedad estaba destinada a ver la luz el pasado 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Sin embargo, hemos esperado estos meses de confinamiento y finalmente hemos decidido que era el momento para mostraros este precioso y emotivo álbum ilustrado.”

La obra se ha editado tanto en castellano como en catalán y la editorial aporta un contenido extra en el que se destaca la importancia de la comunicación no verbal, invitando a niños y niñas a expresar emociones con textos e imágenes. Las fichas de las actividades están también disponibles en castellano y en catalán.

La voz de sus autores

 Para cerrar el artículo damos la voz a los tres autores de la obra, a los que les pedí que destacaran aquellos aspectos que más les gustaran de la obra, los que les resultaron más difíciles de abordar, con los que están más contentos respecto a su trabajo, la relación entre ellos o el resultado final de la obra.

Aquí están sus percepciones, por estricto orden de entrega:

Susana

«La dificultad más grande para mí fue que consiguiéramos describir de manera natural y directa el comportamiento de un niño con TEA sin hablar de ello directamente, sin forzar el texto… pero consiguiendo que su lectura transmitiera qué es el TEA, cómo lo vive la persona afectada y también las personas que están a su alrededor. Todo ello con la finalidad de normalizar el trastorno, de sensibilizar a los lectores, en definitiva de entender el TEA.«

Carolina

«Empezar un nuevo proyecto significa para mí, vivir dentro de sus páginas hasta que se acabe. Mi cabeza está continuamente pensando en cómo interpretar ese texto, qué color, qué encuadre…

Con Leo no estuve sola en este proceso, fuimos los tres de la mano, creando poco a poco, creciendo poco a poco. Es inusual y por tanto extraordinario encontrar una conexión como la que tenemos. No es la primera vez que trabajamos juntos y sin duda no será la última. Creo que ese amor y ese cuidado que todos hemos puesto en este proyecto se respira en todo el libro.

Mi objetivo fue crear unas imágenes que huyeran de la redundancia o el victimismo, que tuvieran su propio camino, muchas lecturas, muchos matices. Que te sorprendan, que cada vez que las mires descubras algo más. 

Se habla de la relación con la realidad. Por eso a nivel técnico existen «varias realidades», la delicadeza que consigue transmitir un dibujo con grafito, la fuerza del collage, la complejidad de la pintura, formando un único todo que se complementa.”

David

 «Del proceso de elaboración de Leo me han gustado muchas cosas. Tener en tu cabeza una idea, trasladarla a papel y comenzar un proceso creativo a seis manos, para dar forma a la historia y complementarla con imágenes, es un bonito experimento. La conexión de Carolina, Susana y mía, junto a una cocción a fuego lento, han sido ingredientes fundamentales para obtener el resultado final. A pesar de leer y releer la historia de Leo, una y otra vez, cuando tuve el álbum en mis manos sentí una gran emoción y satisfacción. La satisfacción de un trabajo bien hecho. Hemos tenido mucha suerte al cruzarnos a Gema por nuestro camino. Libre Albedrío desarrolla un trabajo encomiable en la edición de infantil y ha sido la guinda del proceso. 

 Como autor, tenía claro que el autismo debía ser invisible en el texto. Vivo el trastorno de cerca y trabajamos diariamente para naturalizarlo. Leo, independientemente de sus problemas de comunicación, es un niño. 

 La literatura infantil es un buen canal para concienciar y sensibilizar sobre la diversidad. Para ello, en mis historias, doto a los personajes de determinadas características y formas de ser propias de otras maneras de percibir el mundo que nos rodea».

Datos de la obra:

Leo no es un extraterrestre. Texto de David Gómez y Susana Peix; ilustraciones de Carolina Luzón. Libre Albedrío, 2020. 40 p. ISBN 978-84-120746-4-2

 

Luis Miguel Cencerrado

Coordinador de reseñas en BiblogTecarios Bibliotecario, formador, asesor y apptekario navegando en los mares de la lectura analógica y digital, su promoción, las bibliotecas públicas, infantiles y escolares.

2 respuestas a «Leo no es un extraterrestre»

  1. Maravillosa reseña! Muchísimas gracias Luís Miguel por tan bellas palabras, por captar con tanta sensibilidad el trasfondo de este álbum. No se te ha escapado ni un detalle! Estoy emocionada e infinitamente agradecida…

    1. Gracias, Susana, por el comentario, me alegra haber conectado con vuestra obra. Y enhorabuena a los tres, cuatro incluyendo a la editora, por el álbum

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