Uno de los cambios más interesantes que experimentan las bibliotecas es la transformación de las relaciones que desde ella se establecen con los lectores, con sus usuarios. Es este un aspecto plenamente vivo y dinámico sobre el que gira buena parte del proceso de redefinición y reinvención de los servicios bibliotecarios, tanto los que presta en su dimensión física como los que se generan en el plano virtual.
A diferencia de épocas anteriores, en la nueva nueva etapa por la que transitan los servicios de lectura pública se otorga a los lectores y usuarios un nuevo papel, más participativo y activo. En virtud de este cambio el lector deja de ser un simple receptor de los servicios programados para él en favor de una mayor implicación suya en la construcción y mantenimiento de la biblioteca. Este cambio se refleja en el día a día de muchas bibliotecas y afecta de forma muy directa a la definición y diseño de las estrategias, programas y actividades en torno a la promoción de la lectura y la escritura:
- Así, de ser mero destinatario de las actividades de fomento de la lectura que la biblioteca le ofrece pasa a ser un agente activo, presente desde el diseño, cómplice en su desarrollo, así como factor esencial de divulgación y de expansión de la acción de la biblioteca.
- Este nuevo planteamiento requiere una mayor adaptación a los usuarios individuales y colectivos, escuchar la voz y analizar el comportamiento de los lectores presenciales y del lector digital para reforzar la participación y los niveles de decisión de los usuarios.
- La tecnología propugna una red horizontal construida entre todos, pieza a pieza interconectada, en la que la conversación se revela como elemento nuclear sobre el que giren todas las propuestas de acercamiento a la lectura y a la escritura y constituye la mejor argamasa para construir un proyecto sólido y coherente de animación cultural en torno a la biblioteca y sus espacios físico y virtual.
La importancia de las redes y herramientas digitales
El cambio de modelo cultural que experimentamos invita a las bibliotecas a introducir cambios a la hora de concebir y programar las actividades de promoción del libro y la lectura, como evidencia el ya amplio muestrario de experiencias que abren líneas de innovación y de búsqueda de nuevos caminos y estrategias.
La experiencia demuestra que los espacios, redes y comunidades virtuales aportan a las bibliotecas:
- Mayor visibilidad y proyección de su labor.
- Nuevos canales de comunicación permanentes.
- Atractivos cauces de participación y diálogo en torno a la lectura.
- Información sobre los gustos, necesidades e intereses de los usuarios.
En el desarrollo de este tipo de propuestas se apunta el nuevo camino que la biblioteca debe transitar de cara a mantener y reforzar su carácter de privilegiado espacio, físico y virtual, de promoción de la lectura, cada vez más abierto a la integración y participación de los usuarios. Con estas nuevas estrategias de acción se vislumbra un futuro que ya está en construcción y que pone de manifiesto la capacidad de transformación de la biblioteca pública para adaptarse a la nueva realidad que se dibuja en torno a la lectura y los lectores en la sociedad actual.
La biblioteca tiene hoy a su disposición un amplio abanico de posibilidades para enriquecer sus prácticas tradicionales, a través de las que profundizar en su objetivo de proporcionar a los lectores recursos y claves que les ayudan a enriquecer sus lecturas. Incorporar nuevos elementos del contexto tecnológico a las propuestas aporta nuevas dimensiones que aportan diversidad y añaden valor a la oferta de la biblioteca, además de otorgarle mayor visibilidad, identidad y mejor posicionamiento en los entornos físico y digital:
- Integrar la biblioteca física y los espacios virtuales supone a la vez un reto y un gran atractivo a la hora de planificar una acción coherente y completa de promoción de la lectura y la escritura que fomente la participación de los usuarios en la dinámica de la organización, desarrolle la creatividad, favorezca la creación conjunta y redunde finalmente en favorecer que la biblioteca consiga un posicionamiento estratégico en un nuevo escenario de juego.
- La diversificación y flexibilidad de las propuestas aparecen como condiciones necesarias en todo plan de acción dada la heterogeneidad que presenta el público al que la biblioteca pretende atender, las diferentes plataformas de actuación que se le ofrecen y el propio dinamismo del entorno del libro y la lectura.
- La biblioteca, concebida como laboratorio de lectura, ha de aportar buenas dosis de innovación a sus propuestas, valiéndose para ello de los medios digitales creativos que están a su alcance y de todas las posibilidades que encierra la lectura social, abriendo espacios múltiples a la participación de los lectores con comentarios, sugerencias y desarrollo de proyectos colaborativos
- La nube como herramienta y el trabajo colaborativo como guía multiplica las posibilidades de proponer acciones de comunicación, de interactuar con los usuarios y de enriquecer el contenido del conjunto de actividades que ofrece la biblioteca. El uso de las redes sociales, blogs, wikis, canales de vídeo y otras posibilidades al alcance de la biblioteca hace posible ofrecer a los usuarios nuevos y atractivos espacios de creación, de forma libre o ligados a programas y actividades concretas: proyectos puntuales, clubes de lectores, encuentros con autores, micro abierto, etc.
- La presencia y utilización de los diferentes dispositivos electrónicos de lectura junto al libro impreso en las propuestas de actividad supone abrir un interesante diálogo entre las diferentes formas de transmisión de la cultura, acerca los nuevos medios de lectura a los usuarios en un régimen de complementariedad y no confrontación y favorece la formación de lectores competentes en la lectura en múltiples plataformas.
- La tecnología móvil, en este sentido, propicia una mayor aproximación a los usuarios, la biblioteca puede presentarse más cercana a través de ella y además abre la puerta a nuevas posibilidades de actuación y desarrollo de actividades valiéndose de los propios dispositivos de los usuarios.
Se trata al cabo, de sumar todas las posibilidades que brinda el entorno tecnológico y la conectividad a las acciones y estrategias tradicionales de promoción de la lectura, la escritura, la expresión y la comunicación que desarrolla la biblioteca; de explorar nuevas vías de acercamiento a los usuarios desde los espacios físicos y virtuales; de conocer las herramientas, aplicaciones, plataformas, comunidades de lectores y redes sociales y de plantear cómo sacarle el mayor partido posible como canales de comunicación, distribución y colaboración al servicio de los lectores y en pro de la biblioteca misma.