Des-saturar, hacer espacio al no-saber, regalar tiempo

libros veranoEl verano invita de manera especial a romper ritmos y dar entrada en nuestras vidas a nuevas experiencias, y cómo no, también a nuevas lecturas. Es un tiempo de relajo y flexibilización de nuestros hábitos y costumbres en el que la lectura por placer tiene más posibilidades de encontrar intersticios por los que colarse y hacerse un hueco en nuestro día a día.

Las vacaciones estivales se adivinan como un buen momento para poner en práctica lo que la filósofa Marina Garcés denomina como “des-saturar”, y que propone como una de las claves para fomentar la lectura:

Éste debe ser el primer objetivo de toda apuesta que se proponga hacer posible la experiencia de la lectura. Des-saturar la atención (vaciar de actividad, de programación, de interacción); des-saturar los tiempos y los lugares (abrir espacios en blanco donde poder estar sin funcionar, ya sean bibliotecas, aulas o plazas okupadas a cielo abierto), y des-saturar, finalmente, la mente. Es decir, aprender a relacionarse con el no-saber, a hacerle lugar. Recordemos, es muy antiguo: no lee quien sabe, sino quien no sabe, por muchos conocimientos que tenga.

El párrafo está extraído de una interesante conferencia que la autora dictó en un foro de promoción de la lectura: “Lectura y comunidad”. Esta actitud que preconiza Garcés es una invitación a relajar y abrir los poros de las coordenadas de espacio y tiempo, a procurar momentos de parada, de detenimiento frente a la lectura, dejándonos interpelar por el otro que encarna el texto. Es este quizás, el mejor regalo que hoy cada uno de nosotros nos podemos hacer a nosotros mismos y que la biblioteca  puede también hacer a sus usuarios.

Dice Francesco Tonucci que “Un niño debería empezar a leer porque desea leer, porque vivió la experiencia fascinante de la escucha de la lectura de libros que un adulto le regaló a lo largo de días”. Compartir tiempos de lectura y regalar historias es una vía óptima para encontrarnos con nosotros mismos y con los demás, al igual que una eficaz forma de motivación, refuerzo y crecimiento.

Y nada mejor para ilustrar este afán de compartir lecturas que el corto Un cuento a varias voces, en el que se muestra la experiencia del programa mexicano Salas de lectura que desarrolla Conaculta. El vídeo recorre espacios diversos de la geografía mexicana y retrata un paisaje humano rico y variado en el que mediadores jóvenes, adultos y mayores hacen posible la presencia viva y regular de lecturas en sus comunidades.

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Y no olvidemos que, como pone de manifiesto un reciente estudio de la británica Reading Agency , además de procurarnos disfrute y placer, leer nos hace más empáticos, promueve y enriquece nuestras relaciones sociales, reduce los síntomas de la depresión y disminuye los riesgos de demencia, ¿quién da más? Beneficios estos que procuran mejoras en nuestro bienestar, tanto  en el plano individual como en el social, tejiendo una comunidad más abierta, dinámica y participativa.

Son también los días y las noches de verano tiempos propicios para la conversación, que tanto pondera el físico Jorge Wagensberg:

Comprender y aprender quizá sean, en último término, actividades rigurosamente individuales. Pero siempre ocurren en el extremo de alguna forma de conversación. Un proyecto de investigación, una escuela, una exposición, un museo, una conferencia, un texto, una obra de arte o un pedazo cualquiera de conocimiento sólo son algo si proveen estímulos a favor de la conversación. Conversar es quizás el mejor entrenamiento que puede tener un ser humano para ser un ser humano…

Abrámonos pues a todo tipo de conversaciones, con los otros y con los textos e imágenes que nos transmiten historias y nuevos conocimientos. Ciertamente, parece que los calores nos hacen más permeables a las palabras, habladas y escritas. Apuntes sobre los hábitos de lectura veraniegos nos los proporciona la infografía Summer of Reading que elabora GoodReads y más cercano a nuestra realidad las consideraciones que Nubico ha difundido recientemente sobre el incremento de lectura que se registra en verano. A tenor de los datos de esta plataforma de lectura digital de Telefónica y Círculo de Lectores, los movimientos en la plataforma crecieron un 30% en los meses de verano de 2014 y durante el mes de julio el acceso a sus fondos ha experimentado un crecimiento diario del 35%.

Las bibliotecas públicas también tienen claro las oportunidades que el tiempo de ocio veraniego abre a la lectura y refuerzan su papel orientador y recomendador, como queda reflejado en un reciente post publicado por nuestro compañero Rafael Ibáñez en el que nos recuerda que las lecturas son también para el verano.

Luis Miguel Cencerrado

Coordinador de reseñas en BiblogTecarios Bibliotecario, formador, asesor y apptekario navegando en los mares de la lectura analógica y digital, su promoción, las bibliotecas públicas, infantiles y escolares.

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