La biblioteca Elena Fortún acogió el pasado 22 de noviembre las VIII Jornadas Intersectoriales de Literatura Infantil y Juvenil organizadas por el Consejo General del Libro Infantil y Juvenil con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y la Comunidad de Madrid.
Para la ocasión los organizadores se propusieron rescatar cifras y letras del libro infantil y juvenil con objeto de analizar el momento en el que se encuentra la edición para niños y jóvenes y trazar una radiografía del sector en nuestro país.
La conferencia inaugural corrió a cargo del profesor José Antonio Cordón que habló sobre La nuevas formas de lectura en el ámbito del libro infantil y juvenil: continuidades y disrupciones. En su intervención, Cordón hizo una interesante aportación acerca de las transformaciones que experimenta la lectura en un nuevo entorno de comunicación en el que el patrón de lectura cambia en el tránsito de lo impreso a lo digital. Cómo leemos en digital y cómo formar al lector de hoy fueron los ejes de reflexión que abrieron la sesión.
En el transcurso del resto de la jornada se ofrecieron una serie de datos acerca del comportamiento del libro infantil y juvenil en España y se dio voz a distintos agentes relacionados con el subsector, como ilustradores, libreros, bibliotecarios y docentes. La sesión en su conjunto estuvo a tono con la tarde gris y lluviosa en la que se celebró el evento, tanto en cifras como en letras.
Los libros infantiles y juveniles en España 2015
De las cifras, destacar los datos aportados por el Observatorio de la Lectura y el Libro respecto al año 2015, que complementaron los ya conocidos que en su momento dio a conocer el informe Los libros infantiles y juveniles en España 2014-2015.
Respecto al alcance de las publicaciones y ventas en el subsector se destacó que diariamente en España:
- Se registran casi 22 libros infantiles y juveniles (6 menos que en 2014).
- Se producen más de 140.700 ejemplares de libros infantiles y juveniles (7.300 menos que en 2014).
- Se venden más de 72.800 ejemplares de libros infantiles y juveniles (6.200 menos que en 2014).
- Se facturan más de 700.800 euros por libros infantiles y juveniles en el mercado interior (52.200 menos que en 2014).
En relación con el montante de ventas de libros infantiles y juveniles, se resaltó que por cada 100 euros facturados en 2015:
- 2,34 euros corresponden a libros digitales (0,87 euros más que en 2014).
- 0,85 euros corresponden a libros de bolsillo (0,53 euros más que en 2014).
- Casi 65 euros se obtienen en librerías o cadenas de librerías (3 euros más que en 2014).
Igualmente se señaló que de cada 100 libros infantiles y juveniles publicados en 2015:
- Más de 9 fueron digitales y 91 en papel. Un movimiento a la baja de la edición de digital y de subida del papel respecto a 2014, año en que ambas cifras fueron de 11 y 88 respectivamente.
- Más de 68 se registraron en Cataluña y en Madrid. La concentración geográfica de la edición en los dos polos tradicionales se confirma, aunque la cifra registrada en 2014 fue de 74, algo superior.
- Más de 33 proceden de 10 empresas editoriales. A pesar de la aparición de sellos independientes y del aporte cualitativo de las pequeñas editoriales la concentración editorial es notable, si bien la cifra en 2014 fue siete puntos superior.
¿Por qué el 68% de los ilustradores no tiene hijos?
Desde otro ángulo, la intervención del representante de la asociación de ilustradores de Madrid APIM no pudo imprimir mucho color a la jornada sino que mostró una paleta en la que no cabía más allá de la escala de grises.
La encuesta realizada por esta asociación entre ilustradores de todo el país muestra un panorama poco halagüeño para el conjunto de la profesión en España. Según las respuestas recogidas, las conclusiones a las que se llegan tras el tratamiento de los datos referidos a los años 2014 y 2015 son que:
- El 65% de los ilustradores consultados aseguran que la ilustración no es la única fuente de sus ingresos, y apenas un tercio de los consultados afirma que puede vivir gracias a su trabajo en el sector de la ilustración infantil.
- 23% de los ilustradores ejercen una actividad complementaria y esta cifra aumenta al 55% entre los ilustradores con menos de 2 años de experiencia.
- Los ingresos medios de los ilustradores en 2014 fueron de 11.548 €, experimentando un ligero ascenso en 2015 hasta alcanzar los 13.100 €
- El 47,5% de los encuestados fueron hombres, el 52,5% mujeres. Y éstas facturaron en el periodo un 40% menos que sus colegas masculinos.
La media de los participantes en la encuesta fueron ilustradores con más de 8 años de profesión, de los que solamente el 20% supera los 40 años. Debido al menor número de encargos y al descenso de las tarifas un grupo numeroso de estos profesionales considera que en 2015 el trabajo ha ido peor que en años anteriores; el 42,5% así lo considera:
- El 93% declara que ese año trabajó con empresas españolas pero el 61% asegura haber tenido problemas con la remuneración.
- Sólo uno de cada 10 publicó en formatos electrónicos durante ese año.
- El 80% afirma que no facturó más de 5.000 euros con trabajos relacionados con la LIJ en dicho año.
- Y cuatro de cada diez no llegaron a los 1.000 euros en 2015.
Estos datos contrastan con el prestigio alcanzado por los ilustradores españoles y ponen en cuestión uno de los flancos de la creación sobre los que se asienta el libro infantil.
Muchas preguntas surgen a partir de los datos y las pinceladas con las que se trazó este boceto de la situación actual del libro infantil y juvenil en España. Así lo plantea, por ejemplo, Ana Garralón al cuestionar el elevado número de publicaciones en un reciente post publicado en su blog bajo un expresivo título: La literatura infantil en España ¿va bien? Balada triste de las cifras.
En él se hace alusión también a Manuel Gil, que habla de saturación en términos de mercado al referirse a los problemas del subsector y que en su opinión “A esta área de la edición han entrado casi todas las editoriales y han colapsado el segmento. A un panal de rica miel…Lo que era un buen negocio para unos pocos ahora es un mal negocio para todos.”
Cerca ya del cierre del año convendría pararse a pensar en estas y otras muchas cuestiones… ¿Hay en efecto lectores para el volumen de la edición de libros para niños y jóvenes en España? ¿Es sólo un problema de números o también de calidad de la oferta? ¿Qué está ocurriendo en términos de creación en la literatura infantil y juvenil? ¿Interesan a los lectores las historias que se le ofrecen? ¿Hay una inflación de álbumes? ¿Hay buenos textos para todos los segmentos de edad?