La biblioteca pública adquiere cada vez mayor protagonismo como dinamizadora de la colectividad a nivel social, cultural y socioeconómico. En este entorno híbrido en el que nos movemos, con un pie en el mundo analógico y otro en el digital, la biblioteca se configura como un factor de desarrollo de la comunidad, en aspectos educativos, socioculturales y hasta económicos.
Este es, sin duda, un momento apasionante que ofrece a la biblioteca innumerables oportunidades para revalidar el papel que durante siglos ha venido desempeñando y para mostrar su extraordinaria capacidad de adaptación y respuesta a los nuevos contextos y necesidades.
Valgan estas 5 estrategias como muestra del gran potencial de la biblioteca en estos tiempos líquidos y la importancia de que sus raíces se afiancen en las comunidades a las que dirige su acción:
1 Propiciar encuentros
La biblioteca, no cabe duda, es como un corredor de fondo, una institución antigua que permanece viva, que sigue siendo útil, que sigue aportando valor a la comunidad.
Pero por encima de todo lo que define mejor a la biblioteca es su carácter abierto, su misión de acogida, su dimensión de espacio de encuentro. Es la biblioteca como tercer espacio, espacio de libertad, de intercambio, de información y formación, de compartir lecturas, de participación y de creación, a la que ya nos hemos referido en anteriores entradas de este blog.
Este es una de las grandes fortalezas de la biblioteca y muestra la capacidad de transformación y adaptación que ha desplegado a lo largo de toda su existencia: de territorio casi sagrado y secreto, de espacio solo para iniciados y eruditos, de lugar exclusivo de estudio, la biblioteca se ha ido abriendo poco a poco a más funciones y a mayor diversidad de público. No hace tantos años, a las bibliotecas solo se entraba a partir de los catorce años, ahora desde pocos meses se puede acceder a sus servicios. Y cuántas veces hemos escuchado decir –o pensado nosotros mismos- que la biblioteca era solo para los estudiantes; ciertamente, fueron mucho tiempo territorio exclusivo de estudio, ante lo que muchas personas se sentían excluidas.
Hoy la biblioteca busca estar cerca de la gente, conocer sus necesidades para responder a ellas, sentarse coco a codo con los lectores y lectoras y construir con ellos y ellas sus colecciones y sus servicios. Ese cambio de actitud supone un cambio en las relaciones de la biblioteca con los usuarios y de los usuarios entre sí que propicia la creación de una red de mutuo apoyo que redunda en claro beneficio de todos.
2 Generar conversaciones
La conversación unida a la curiosidad, dos elementos que Alberto Manguel, lector de Borges, escritor, crítico e investigador de la lectura, destaca igualmente como esenciales en el desarrollo de las personas. Apunta Manguel que la curiosidad es la base del crecimiento, el preguntarnos los por qué –desde chicos- de lo más liviano a lo trascendente: “El modo interrogativo es el modo natural de pensar”; “El bosque propicia indagar caminos desconocidos” y en ese “perderse” están las verdaderas respuestas, en la experimentación, la prueba, donde surge el diálogo, con nosotros, con otros, con el entorno, con las palabras, así es como crecemos y aprendemos…
Son todas ellas ideas que redundan en destacar el papel de la biblioteca como elemento clave en el estímulo hacia la búsqueda de nuevos saberes y como agente que propicia y dinamiza conversaciones como vía de acceso a los nuevos conocimientos.
Esta caracterización de la biblioteca como espacio de conversación y diálogo tiene impacto positivo en la tarea de promover hábitos lectores pues genera un ambiente de comunicación que resulta muy propicio para el desarrollo de las propuestas de expresión y de creación e torno a la lectura y la escritura.
Así, una de las actividades clásicas de promoción de la lectura triunfa en las bibliotecas y apunta un gran futuro en la era digital, los clubes de lectura. Muchas son las entradas de este blog en las que queda claro cómo estas comunidades de lectores constituyen un excelente ejemplo de adaptación a la realidad del presente, en la que conviven los tradicionales clubes presenciales con aquellos que introducen herramientas nuevas como blogs, Facebook o Twitter para complementar las sesiones de intercambio de lecturas, más aquellos otros concebidos ya plenamente para su desarrollo en la esfera virtual.
El libro no es estático, se lee y se comenta. En tiempos de cambios e interrogantes se necesita más que nunca una realidad que viene practicándose desde tiempos inmemoriales: la lectura compartida. Ofrecer un lugar de encuentro para los grupos de lectores alrededor de la palabra y la imagen es la mejor forma de reforzar la relación con la lectura.
Nieves González-Fernández-Villavicencio expresa todo ello de una forma muy lúcida cuando dice que “Lo más importante no son los edificios, sino las conversaciones que los bibliotecarios sean capaces de mantener con sus usuarios. En la Biblioteca DelaMare, de la Universidad de Nevada-Reno, las paredes ofrecen grandes paneles blancos para quien quiera usarlos para escribir, dar sus ideas, reflexionar, trabajar en colaboración, etc.”
3 Expandir colecciones
El cambio de actitud que envuelve la transformación que las bibliotecas experimentan afecta también a sus colecciones. De tal manera que la colección se hace híbrida, multisoporte, se deslocaliza y se abre a la participación de los propios usuarios.
La colección de la biblioteca es un conjunto de piezas en cuya recolección cabe inyectar un mayor grado de interactividad con los usuarios, a título personal y colectivo. De esta manera las informaciones, materiales y recursos que la biblioteca ofrece se democratizan no sólo en su fase de distribución sino desde la generación de los contenidos.
La biblioteca es un agente activo frente a la información que la rastrea, filtra y distribuye. Se define así como Receptora, Selectora y Transmisora.
A estas tres claves de acción la biblioteca ha de sumar un nuevo enfoque participativo en relación con la conformación y mantenimientos de sus colecciones. Invitar a los usuarios a aportar contenidos abre la puerta a nuevas vías de participación y al desarrollo de proyectos colaborativos que aportarán valor añadido a las colecciones de la biblioteca
En ese sentido, Kari Lämsä, director de Library 10 y Meeting Point de Helsinki (Finlandia), defiende un nuevo estatuto de los usuarios acorde con el deseo de éstos de no sólo utilizar la información sino de generarla; porque hoy los lectores, afirma este reconocido profesional, no quieren simplemente utilizar los medios sino crearlos.
Coinciden con esta opinión muchos otros profesionales y especialistas al afirmar que las tendencias de futuro respecto al cambio de concepto de biblioteca apuntan a la idea de ahondar en su carácter activo, de crear plataformas de participación en las que los usuarios tengan un papel nuclear y que puedan crear contenido de forma conjunta con otras personas.
4 Incubar proyectos
El valor cultural, social y educativo de las bibliotecas se da por descontado, pero ¿tienen también valor económico? ¿Pueden las bibliotecas ser también impulsoras de la economía de la comunidad?
Enfoques como el de José Ramón Alonso responden a esta cuestión afirmativamente: “Paul Shapiro en PCWorld Business Center planteaba un nuevo rol para las bibliotecas del siglo XXI: convertirse en incubadoras de empresas. Un proyecto de empresa es como un pequeño reloj donde distintas piezas deben encajar en un esquema coherente. Una incubadora de empresas permite encontrar las piezas que falten, acomodarlas, recibir consejo y ajustarlas entre sí. En la sociedad de la información, en la era digital, las bibliotecas públicas están perfectamente capacitadas para asumir ese papel.”
Por fortuna, también disponemos de estudios que ponen de manifiesto el valor de la biblioteca pública en razón de los beneficios que aporta a los ciudadanos y a la sociedad en su conjunto. El de Fesabid y el de la Diputación de Barcelona, ambos de 2014 o el de Navarra de 2016.
A tenor de estos informes y reflexiones, los beneficios de la biblioteca ciertamente tienen también una vertiente económica, en relación con el apoyo del empleo y la inclusión laboral, por un lado, y el apoyo a la economía local y el desarrollo de iniciativas empresariales, por otro.
Así lo destaca Julián Marquina e una serie de aspectos fundamentales por los que las bibliotecas son necesarias, entre los que se encuentran estos tres:
- La biblioteca pública genera beneficios individuales y colectivos en términos económicos, materiales, sociales, culturales, políticos y cívicos.
- La biblioteca pública favorece el surgimiento de iniciativas colectivas-comunitarias y fomenta compartir las habilidades, los recursos y el tiempo para contribuir al bien comunitario.
- La biblioteca pública contribuye a reforzar las posibilidades de reactivación y desarrollo económico de la localidad, además de contribuir a dinamizar negocios cercanos y favorecer el nacimiento de nuevas empresas.
En este sentido, muchas bibliotecas son un soporte esencial para la búsqueda de empleo, ofreciendo a los ciudadanos recursos, informaciones, formación y servicios diversos.
Igualmente, las bibliotecas pueden ser un importante punto de apoyo del trabajo de los emprendedores y las pequeñas empresas.
Iván Soto San Andrés habla también del fenómeno de las start-up libraries y señala una serie de acciones que las bibliotecas norteamericanas llevan a cabo para reforzar el tejido empresarial de sus comunidades:
- Puesta a disposición de emprendedores y empresarios de salas para reuniones, talleres y otras actividades particulares.
- Organización de eventos de interés para la comunidad empresarial como conferencias y sesiones de formación.
- Creación de secciones especializadas y fácilmente accesibles en la página web de la biblioteca con recursos de interés para las empresas.
- Creación de un catálogo de libros especializados (marketing, contabilidad, fiscalidad, recursos humanos, etc.). consultando previamente a los usuarios.
- Suscripción a publicaciones periódicas de interés para los emprendedores consultando previamente a los usuarios.
- Creación de un servicio de consulta online de bases de datos estratégicas.
- Colaboración con las agencias de promoción empresarial a fin de integrar sus servicios y recursos en los de la biblioteca.
- Fomento del networking entre los emprendedores y empresarios locales mediante la celebración de reuniones y asambleas.
- Creación de espacios de trabajo para emprendedores y empresarios equipados con mobiliario adecuado y wi-fi.
5 Tejer comunidad
Es palpable el esfuerzo de la biblioteca por crear lazos de complicidad con los ciudadanos y el afán por integrarse en la comunidad a la que se dirige. En el caso de las bibliotecas públicas se han configurado verdaderas plataformas de información y participación que afectan a muchos aspectos de la vida de la comunidad: administrativo, social, educativo y cultural.
Es así como las bibliotecas contribuyen a construir, cimentar y reforzar las comunidades en las que se asientan. Las claves de este papel las define muy claramente Andrew Stevens en un artículo en el que reflexiona sobre las bibliotecas del futuro y en el que afirma que:
“Una de las grandes fortalezas de las bibliotecas es cómo establecen los vínculos. Esta es la esencia de lo que hacen y les da un valor único:
- Conectan individuos con su comunidad o comunidades y con la sociedad.
- Conectan al individuo a la fuente o información que necesitan.
- Conectan individuos y grupos en la comunidad y ayudan a establecer vínculos que fortalecen esas comunidades, sean de aprendizaje, salud, regeneración económica, etc.
- Conectan las agendas locales y la nacional, proporcionando expresión práctica a la mejora económica, educativa, cultural y social.
- Conectan puntos geográficos más allá de las fronteras a través de las redes de TIC que, por sí mismas, transforman su potencial para llegar a la gente y proporcionar servicios.”
En este sentido, las bibliotecas y los bibliotecarios hemos de favorecer iniciativas de participación de los usuarios e igualmente de apoyar y estar presentes en aquellas que surjan en la comunidad y persigan objetivos concurrentes y compartidos. Al caso viene un proyecto que se presenta en esta semana en Salamanca, la Asociación La SAL, que pretende darle a la lectura y a la literatura infantil y juvenil un lugar destacado entre las actividades culturales de la ciudad.
Como declaran los promotores, la asociación La Sal surge del encuentro de un grupo de profesionales de diversos sectores relacionados con la lectura como objetivo común. En el núcleo germen de este proyecto hay escritores, ilustradores, editores, narradores, actores, libreros, docentes, gestores y consultores culturales, y como no, también bibliotecarias y bibliotecarios. En el ánimo de todos está el deseo de compartir energías y creatividad para poner en marcha acciones que consoliden la lectura de libros infantiles como una actividad de ocio dirigida a los niños y niñas de la ciudad. De esta manera, los espacios en los que proyectan desarrollar sus acciones serán las bibliotecas, los centros escolares y universitarios, las librerías, además de cafés, teatros, cines, jardines o cualquier lugar susceptible de reunir a niñas, niños, jóvenes y la voz de los libros.
La semana de presentación de la SAL se han programado una serie de charlas, mesas redondas y sesiones de narración oral en cinco librerías de la ciudad y culmina con una muestra de libros para niños y jóvenes. En torno a la exposición Un libro da mucho juego se desarrollarán conciertos, talleres, sesiones de teatro y narración oral que tendrán lugar a lo largo del fin de semana en un espacio céntrico de la ciudad. Es, por otra parte, el aperitivo del Salón del Libro Infantil y Juvenil con el que se pretende dotar a la ciudad y que se celebrarán en 2019.
Un ejemplo de cooperación y trabajo conjunto en torno a la lectura en el que las bibliotecas no podían faltar, desde luego.
Espectaculares ideas. Yo quiero este tipo de biblioteca para l@s usuari@s, para l@s lector@es y para la ciudad donde vivo.