Si bien las bibliotecas han desarrollado desde siempre secciones infantiles, las llamadas bebetecas son más recientes. Se trata de espacios especialmente destinados a bebés e infantes prelectores (0-5 años), donde pueden acceder a materiales específicos en compañía de sus padres. Ya nos hemos ocupados de ellas en el blog, como podéis leer en este completo post.
Lo que me interesa de ellas es qué pueden aportar al desarrollo físico y emocional de los niños/as. Desde mi experiencia en la Biblioteca Pública de Ourense, observo que nuestro Chiquiclub (un cuentacuentos mensual específico para prelectores) tiene muy buena acogida entre los padres y en general, es una experiencia muy agradable.
Estimular el hábito lector es una labor clave, que empieza en la familia y se ve complementada por la escuela. Hacerlo desde la edad preescolar es una buena inversión de futuro. He aquí una síntesis de los aportes que la bebeteca puede hacer a la crianza de los más pequeños:
- Les ayuda a relacionarse con el mundo. El juego, el aprendizaje, la creatividad y el desarrollo evolutivo están íntimamente relacionados, alimentándose mutuamente durante las primeras fases del desarrollo. A través de la simbolización, el bebé comienza a relacionarse con el mundo, interpretar los estímulos que le rodean y a introducirse de algún modo en el lenguaje. En este proceso, los materiales de la bebeteca con sus distintos colores y texturas resultan una gran ayuda.
- Refuerza la relación padres/hijos. En el área de prelectores, son los adultos quienes introducen y apoyan las primeras experiencias de los niños. Se trata de zonas bien iluminadas y cómodas, donde es posible gatear y donde padres e hijos pueden acceder a los materiales sentados en el suelo e incluso descalzos. Compartir la experiencia de relacionarse con los libros y pasar tiempo en la biblioteca contribuye a desarrollar el hábito lector y a establecer una continuidad entre el tiempo de ocio y el tiempo de lectura en casa. Es lo que Mª Emilia López ha llamado “crear estado de infancia”: el detenimiento, el apaciguamiento, esa cierta distensión del tiempo cuando compartimos situaciones de lectura con niños nos ayudan a vincularnos; y esos vínculos no sólo son propicios para los niños, la sensibilidad de los adultos también se moviliza si consiguen entrar en situación dialógica con ellos, si hay escucha activa y creatividad entre ambos.
- Alimenta el componente afectivo y lúdico de la lectura. El material está adaptado a las necesidades de los más pequeños, de manera que pueden manipularlos con seguridad. La experiencia les permite descubrir y expresar sus capacidades, a través de la acción creativa y la expresión de la emoción. Al mismo tiempo, convierte la experiencia en algo divertido y altamente motivador, lo cual les predispone positivamente hacia la biblioteca. La lectura se convierte en un juego,conectado con sus intereses y emociones.
- Convierte a la biblioteca en un lugar atractivo, preparando futuros lectores. Un niño/a que crece en la biblioteca aprende a disfrutarla, a valorarla y, en definitiva a amarla. La zona de prelectores es la puerta a todo lo que la biblioteca puede ofrecerle a medida que sus necesidades o exigencias cambien. Una forma eficaz de ganar usuarios durante toda la vida.
La experiencia lectora en un lugar público permite al niño/a ampliar y valorar la identidad propia y la autoestima dentro de la pluralidad grupal, incrementa su confianza y desarrolla su conciencia de respeto a la presencia y al espacio de los demás. Sin duda, una buena opción (¡y gratuita!) para disfrutar en familia.
Muy bien Laura, hace poco hablabas de los mayores y ahora de los bebés y los dos son temas muy interesantes . Comparto todo lo que has escrito sobre lo que puede aportar una bebeteca a los bebés y por añadir algo diría que la comunidad, padres, bibliotecarios e incluso libreros se han dado cuenta estos últimos años de que hay muchas más posibilidades que simplemente leer un cuento a los bebés a la hora de irse a dormir y cuando las han puesto en práctica (por ejemplo actividades con los libros con diferentes texturas, con sonidos, etc) han visto que hacen «milagros» así que creo que es un sector que va a seguir creciendo dentro de las bibliotecas
Gracias Felix!
La verdad es que sí, es un sector en crecimiento y además ya cuenta con materiales específicos muy originales, que antes no existían y hay que aprovechar. Mi experiencia como observadora del Chquiclub es que a los niños les fascina la combinación de colores y música. Y si encima pueden verlo todo desde el regazo de sus padres, siempre resulta una experiencia increíble, para niños y adultos.
¡Feliz año!