Entrevista a Roberto Gómez. Servicio de Catalogación de la BNE

La implementación de RDA está cambiando totalmente el modelo de catalogación. Es un tema que interesa mucho dentro de la profesión, y en este blog hemos querido buscar una voz de la BNE para charlar a fondo sobre el tema. Roberto-Gómez-BNERoberto Gómez Prada (nacido en 1981) es licenciado en Comunicación Audiovisual y Jefe de sección en el Servicio de Catalogación, Departamento de Proceso Técnico de la Biblioteca Nacional de España. Actualmente forma parte del grupo de trabajo de RDA en la BNE y de EURIG, Grupo Europeo de Interés en RDA.

Gracias, Roberto, por aceptar esta entrevista. Es un placer para Biblogtecarios poder charlar contigo sobre un tema de tanto interés para el presente y futuro de la catalogación. Por contextualizar un poco, ¿podrías resumirnos cómo y por qué surge la norma RDA (Resources Description and Access)?

Gracias a vosotros por el interés, el placer es mío. Resumiendo mucho podríamos decir que RDA surge como resultado de la revisión de AACR2. Lo que en un principio iba a ser una revisión de las reglas (lo que habría sido AACR3) se convirtió en un cambio de gran calado cuando se decidió implementar el modelo conceptual FRBR en el corpus de normas.

¿Cuál sería el marco necesario para la aplicación de RDA en España? Con la actual situación económica, ¿crees estamos en condiciones de adoptarlo en nuestro país?

Todo cambio supone una inversión de la que el coste del producto es sólo una parte (hay costes de oportunidad, costes de formación, etc.). Cada institución, antes de decidir, debería hacer un estudio de previsión de costes y decidir en consecuencia. Respecto al coste del producto en sí, en el caso de RDA creo que hay un poco de confusión. Hay que distinguir entre sus dos modalidades. Por un lado RDA se publica en papel, como cualquier otra norma bibliográfica, a un precio no mucho mayor que el de un ejemplar impreso de ISBD consolidada en inglés. La otra modalidad –sin duda alguna más útil y práctica- es RDA Toolkit. Se trata de una herramienta en línea que facilita el uso y la consulta de RDA. La licencia anual por usuario ronda los 160 euros, y se puede negociar de manera consorciada. ¿Se necesita una licencia por cada catalogador? ¿Y por cada biblioteca? En la práctica un catalogador no consulta las reglas continuamente, sino cuando surge una duda. Tanto la British Library como la Deutsche Nationalbibliothek coinciden en que el cálculo de licencias necesarias que hicieron en principio fue erróneo, y rebajarán considerablemente el número de usuarios cuando renueven la suscripción.

¿Cuál es la situación actual? ¿Se aplicarían directamente o se crearían unas reglas de catalogación basadas en RDA que sigan la tradición catalográfica española?

En Frankfurt, durante la pasada reunión satélite de la IFLA dedicada a RDA, Gordon Dunshire (Chair del Joint Steering Committee, responsable del desarrollo de RDA) lanzó una idea que resume perfectamente la manera en que los procesos de implementación se están llevando a cabo actualmente en todo el mundo. La pregunta no es quién ha adoptado RDA, sino quién ha adaptado RDA. Todos los países que han implementado RDA intentan adecuar la aplicación de la nueva norma a su política catalográfica (en esto los usuarios de AACR2 tienen mucho ganado), al formato en que codifican la información y al SIGB que utilizan. Realmente lo queestán haciendo las instituciones es crear perfiles de aplicación específicos de RDA, algo que en mi opinión no ayuda mucho a esa interoperabilidad universal que RDA busca. Las instituciones españolas se encuentran en un momento crítico, y pueden optar por cualquiera de los dos modelos, o crear un perfil de RDA y adoptar esa nueva norma o –como se ha planteado hacer Francia- revisar las reglas actuales. En este último caso no se trataría, como dices, de basarse en RDA, sino de hacerlo compatible. ¿Cómo? Lo que ha dejado claro la expansión de RDA es la aceptación universal definitiva del modelo FRBR. Creo que lainteroperabilidad de los datos pasa porquelas reglas de catalogación utilizadas en todas partes se adecúen a este modelo. Está en manos de las propias instituciones españolas el llevar a cabo este proceso de reconversión de manera independiente o hacerlo de forma más o menos cooperativa, algo que ha dado muy buenos resultados en el caso de los países de habla alemana o el de los Países Bajos. Family of works

¿Qué futuro le espera a los sistemas de clasificación tras la implementación de este modelo? ¿Serán necesarios los lenguajes controlados?

Los sistemas de clasificación y los lenguajes controlados seguirán siendo igual de importantes que hasta ahora. Si bien RDA aún no ha desarrollado instrucciones específicas respecto al grupo 3 de entidades FRBR (las que se utilizan como materia de las obras), el Joint Steering Committee trabaja sobre dos vías de desarrollo para poder consolidar un texto para ese capítulo 23 (General guidelines on recording the subject of a work) que de momento permanece vacío. Para no detenernos mucho, diremos que una vía sigue el modelo FRBR (con las entidades del grupo 3) y la otra sigue FRSAD (con las superclases Thema y Nomen). Sea como sea, la decisión acerca de la implementación de RDA no influye en la importancia que la clasificación y la indización seguirán teniendo en el universo bibliográfico.

Respecto a las debilidades de RDA, se ha hablado sobre la ausencia de títulos uniformes, o el hecho de que una buena parte de los errores se den en campos críticos, como autor y título. ¿Qué pasos se están dando para minimizar estos riesgos?

El concepto de error puede resultar un poco subjetivo. Una norma puede resultar errónea a una institución porque no concuerda con su normativa vigente, mientras que para otra institución esa misma norma resuelve un problema para el que lleva tiempo buscando. Quizás sería más apropiado hablar de debilidades, aunque no deja de parecerme subjetivo también. Igualmente, suelen darse confusiones por no estar familiarizados con la estructura y la terminología de RDA. Los títulos uniformes, por ejemplo, siguen presentes en RDA (en el capítulo 6.2.2) aunque con una denominación distinta. Como bien dices, las mayores polémicas se dan en las normas relativas a la información más importante del registro. Creo que es algo normal, nos es más fácil cambiar la manera de consignar el ISBN en el registro que cambiar la manera en que hacemos una autoridad o grabamos un título. Al final no es más que eso, cambios. Algunos nos merecerán la pena, otros menos, y eso es algo que tendrá que valorar cada institución responsable de la decisión. Alemania, por ejemplo, ha decidido seguir RDA pero a la hora de tratar la Biblia ha preferido continuar con su manera anterior de hacerlo y no plegarse a lo prescrito por RDA. Según mi experiencia las mayores debilidades de RDA podrían ser su anglocentrismo (muchas normas, como en el caso de la Biblia anteriormente citado, responden a una cultura angloamericana que no tiene sentido para las instituciones del resto del mundo), el tratamiento de las obras agregadas (algo que ya suscita polémica en el propio modelo FRBR) y los nombres geográficos. En el arreglo de esta problemática, así como en otras inconsistencias detectadas, EURIG (European RDA Interest Group) juega un papel clave remitiendo propuestas de debate y enmienda al Joint Steering Committee.

Teniendo en cuenta que muchos bibliotecario@s luchan todavía con los distintos y diversos SIGB y sus compatibilidades, ¿crees que, en la actualidad, estamos ante esa realidad soñada de una catalogación unificada y universal?

No, lamentablemente creo que aún queda un trecho para conseguir algo así. Pero, sin duda alguna, la aceptación casi universal de FRBR (ya sea mediante adopción de RDA o mediante otras reglas de catalogación) es un paso en esa dirección. El uso de RDA en tantas y tan importantes instituciones obligará a los desarrolladores de SIGB a compatibilizar sus productos para seguir en el mercado. Personalmente he de decir que tengo más confianza en la web semántica y los nuevos modelos de datos enlazados para alcanzar esa universalidad. No creo que el objetivo principal sea conseguir que todos cataloguemos exactamente de la misma manera, sino más bien que todos generemos datos que puedan ser útiles para –y reutilizables por– todos.

No quisiera concluir sin dar las gracias  a mi compañera Ana Carillo por aportar su granito de arena a la materialización final de esta entrevista 😉 Y a los miembros del grupo Prácticas de Catalogación, por las sugerencias y aportaciones realizadas a la hora de proponer ideas.

Laura Novelle

Documentalista, consultora, formadora e investigadora. Licenciada en Historia y Especialista en Gestión documental. He ejercido como docente en universidad pública y como documentalista (tanto en centros públicos como privados). Nací con discapacidad, por eso en este blog encontraréis aspectos relacionados con la accesibilidad, pero también sobre el libro y las bibliotecas, el proceso de edición, las fuentes de información y en general, sobre todas las implicaciones sociales de esta maravillosa profesión.

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