Entrevista a Natalia Arroyo, de la FGSR

Natalia ArroyoLicenciada en Documentación por la Universidad de Salamanca, Natalia Arroyo Vázquez trabaja en el Área de Comunicación Digital de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez gestionando la identidad digital e información de la misma en medios sociales.  Autora del libro Información en el móvil y del Informe APEI sobre movilidad (ambos publicados en 2011).  Lleva años investigando y formando a los profesionales sobre las posibilidades que los dispositivos móviles y la web social ofrecen a las bibliotecas.  Además colabora en el blog Biblioblog y forma parte del Grupo ThinkEPI y del equipo de redacción de la revista El profesional de la información. En esta entrevista nos habla de la historia, las potencialidades, las fortalezas y las debilidades de las aplicaciones móviles para bibliotecas, un tema que conoce bien.

Es un placer para Biblogtecarios poder contar con tus aportaciones Natalia. ¿Cómo y cuándo surge tu interés por las formas de movilidad aplicadas a la información?

Surge en 2008 y más tarde se materializa en un artículo titulado La web móvil en bibliotecas que se publica en la revista El profesional de la información, en el monográfico sobre Información y movilidad. Entonces apenas había experiencias ni bibliografía en España. Las bibliotecas estadounidenses eran el principal referente.

¿Podrías hacernos una breve síntesis de la evolución de la web móvil hasta nuestros días?

Desde que se comenzara a hablar de la web móvil, a comienzos de este siglo, los estándares han evolucionado de manera que han convergido, finalmente, en HTML 5 que es mucho más potente. La conectividad y los dispositivos también han mejorado, lo que permite sitios web más sofisticados y con mayores funcionalidades. Gracias a estos avances el acceso a la web desde smartphones se ha popularizado y casi todos llevamos un dispositivo de acceso a internet en el bolsillo.

A tu juicio, ¿cuáles son las principales diferencias en los contenidos generados específicamente para web móvil?

Sobre todo dos: hay que pensar en el usuario y en el dispositivo que utiliza, especialmente en las capacidades únicas de este último.

Cita algún ejemplo de contenidos y aplicaciones de información para bibliotecas que te haya impactado o interesado recientemente.

En mis cursos y conferencias siempre menciono ShelvAR, una app desarrollada por bibliotecarios que permite detectar qué libros están mal colocados en la estantería. Es un buen ejemplo de las posibilidades que ofrecen de los dispositivos móviles para las bibliotecas, además solo hace falta un poco de imaginación para explotarlas.

¿Qué fallos son los más habituales en las aplicaciones móviles diseñadas por bibliotecas?

Hasta el momento las apps de las bibliotecas se centran más en los contenidos y explotan poco las capacidades propias de los dispositivos móviles. En ese sentido se puede mejorar mucho.

Eres también formadora  de profesionales en este ámbito. ¿Cuáles crees que son las potencialidades de la web móvil para bibliotecas? ¿Crees que los bibliotecarios son conscientes de la importancia de estas posibilidades?

Mi impresión es que los profesionales sí, son conscientes de la importancia creciente de los dispositivos móviles en el acceso a la información, aunque los pasos que se han dado hasta ahora son más bien tímidos en las bibliotecas de nuestro país. Es momento de ponerse manos a la obra y de comenzar a facilitar a los usuarios el acceso a los contenidos de la biblioteca desde diferentes dispositivos, especialmente para los usuarios de smartphones, que es el dispositivo móvil más extendido.

Es difícil hacer predicciones pero, ¿qué futuro le auguras a la movilidad aplicada a bibliotecas? (Campos que quedan por explorar, riesgos, posibles tendencias futuras…)

Podríamos decir que aún queda todo por hacer. Las experiencias que hemos visto hasta ahora son muy puntuales, como decía antes, y ofrecen muchas ideas sobre lo que hay que hacer y lo que no. El objetivo está en hacer accesibles los contenidos de la biblioteca desde los dispositivos más comunes y, además, en aprovechar sus funciones para mejorar las tareas del usuario así como la  y del propio bibliotecario. Se corre el riesgo de dejarnos llevar por las modas, eso es precisamente lo que hay que evitar.

Laura Novelle

Documentalista, consultora, formadora e investigadora. Licenciada en Historia y Especialista en Gestión documental. He ejercido como docente en universidad pública y como documentalista (tanto en centros públicos como privados). Nací con discapacidad, por eso en este blog encontraréis aspectos relacionados con la accesibilidad, pero también sobre el libro y las bibliotecas, el proceso de edición, las fuentes de información y en general, sobre todas las implicaciones sociales de esta maravillosa profesión.

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