Los investigadores/as jóvenes (en el ámbito académico, los menores de 35 años) son el futuro de la investigación. Sus actitudes y comportamientos son importantes, pero pocas veces se les tiene en cuenta a la hora de analizar hábitos y tendencias en la información científica. Un estudio publicado en inglés ha recopilado datos a través de entrevistas personales a 116 jóvenes investigadores de Reino Unido, Estados Unidos, China, Francia, España, Polonia y Malasia.
Según el informe las bibliotecas “se vuelven invisibles” a los investigadores más jóvenes. Muchos de ellos no han utilizado la biblioteca en los últimos años. La consideran el lugar adecuado solo para los estudiantes de pregrado, y sus sistemas de descubrimiento son ignorados a favor de otras fuentes como Google. La gran mayoría de jóvenes investigadores quieren seguir haciendo investigación, pero sus circunstancias laborales son inestables e incluso en muchos casos precarias, obligándoles a adoptar prácticas conservadoras. Necesitan publicar para poder asegurarse la permanencia en un sistema ferozmente competitivo, con muy pocas plazas estables. La idea que guía sus carreras es publicar en revistas con altas calificaciones en los índices de citas. Así los jóvenes investigadores/as consideran la publicación en revistas de alto impacto como un hito importante para avanzar en su carrera, pero muchos opinan que podrían adoptar otras estrategias de publicación en el futuro, siempre que su entorno lo posibilite. En general, se sienten cómodos con el sistema actual de revisión por pares y son escépticos acerca del sistema Open Acess. También ponen de manifiesto que a menudo llegan a obtener el estatus de autor principal y que también suelen influir en la elección de dónde publicar dentro de su grupo de investigación. La conciencia sobre las iniciativas Open Acess sigue siendo baja.
¿Qué nos dicen estos datos? Parece que, en general, la consideración de la biblioteca universitaria como epicentro de la investigación del estudiante de posgrado o doctorado, no está todo lo arraigada que debiera. Aunque las buenas prácticas bibliotecarias en este sentido son cada vez más numerosas (véase mi post sobre ALFIN en la Universidad), el propio sistema cierra las puertas a otras opciones más novedosas a la hora de enfocar o dirigir la carrera investigadora. La influencia de Google y otros buscadores en el comportamiento de los jóvenes es evidente en cuanto a la forma de relacionarse con las fuentes de investigación, aunque en el fondo, tienden a repetir estrategias clásicas a largo plazo: publicar en revistas bien consideradas que tengan revisión por pares (peer review). Parecen dar más importancia a la cantidad y al estatus que a la calidad.
Obviamente, escapa a las intenciones de este post analizar en detalle los aspectos más criticables del sistema de evaluación actual. pero lo cierto es que deja poco margen a la innovación. La biblioteca universitaria está preparada para satisfacer a los investigadores pero, ¿lo están ellos y ellas para descubrirla?. Es necesario invertir más y mejor en I+D, y dar un impulso decidido a otros sistemas, como el acceso abierto, para permitir a los jóvenes desarrollar y consolidar sus talentos con garantías de futuro. A fin de cuentas, se trata de algo tan serio como el avance de toda la sociedad.
PARARA SABER MÁS
Early career researchers: the harbingers of change?: Final report from CIBER. August 2016, [e-Book] Publishing Research Consortium, 2016. Texto completo en inglés disponible aquí.