Desde aquí quiero hacer un llamamiento a la Administración, a las instituciones educativas, docentes: maestros y profesores y profesionales de la información porque juntos podemos conseguir que el pensamiento se haga realidad y la situación cambie: se empiece a ser consciente de la necesidad de la creación de éstas.
La Biblioteca escolar nace de la voluntad y del convencimiento de que el mayor beneficiario es el alumno: el niño y el joven, a parte del docente. Ésta es el resultado de un proyecto compartido por la comunidad educativa, quiénes apuestan por el concepto de biblioteca como elemento básico para optimizar el aprendizaje.
A día de hoy, todavía, por desgracia para este sector entusiasta y motivador, no se ha conseguido sacar todo el máximo provecho que puede proporcionar la biblioteca escolar. El fin es que los alumnos sean más autosuficientes y tengan un mayor sentido crítico en el uso de la información. Todo esto nos lleva a conseguir una sociedad más informada y democrática.
Pero ¿ quién tiene la culpa de que la situación no sea todo lo deseable? la Administración educativa tiene su parte de culpa, también docentes, profesores que se lamentan cuando la actitud debe ser muy diferente: potenciar el uso mediante la creatividad.
Es cierto, según Guillermo Castán Lanaspa (I.E.S. Fray Luis de León de Salamanca) «que el nº de alumnos por aula es excesivo o la elevada carga lectiva que tienen algunos profesores no favorece un cambio en la manera de enseñar y es precisamente aquí la pieza clave sobre la que se debe actuar para que las bibliotecas escolares se concreten en un instrumento verdaderamente relevante en la mejora de la calidad de la enseñanza».
A pesar de las adversidades, es obvio que donde se consigue poner en funcionamiento una biblioteca escolar, gracias a la implicación y el esfuerzo de un grupo de profesores se da un gran servicio.
Según América Fernández Bolaños (bibliotecaria escolar del colegio Nuestra Señora del Recuerdo) «una biblioteca escolar bién dotada y con suficiente personal no es garantía de que sea utilizada, aún hay profesores que creen que es un tema sólo del área de la lengua o alegan tener falta de tiempo en todo un curso. Sólo unos pocos profesores participan de forma activa en la dinámica de la biblioteca poniendo en marcha actividades preparadas mano a mano con el bibliotecario. Otros vienen sin más(no tienen tiempo para detener la marcha normal de sus clases)».
Creo que deben ser lugares abiertos a aprender cualquier campo e ir más allá, explicar que es un buscador, un blog, ayudar a elaborar trabajos de alumnos o cómo utilizar las redes son ya una realidad debido a la revolución tecnológica. Sí es cierto, todo está ya en Internet «San Google» (llamado así por alumnos de la ESO) pero también es verídico el hecho de que nos perdemos en un océano de información y hay que valorar, clasificar que es lo realmente importante y lo bueno en cuestión de calidad.
Las Bibliotecas escolares no hay que olvidar que ofrecen un mundo abierto de posibilidades: nuevas formas de enseñar y aprender. En definitiva, centro de recursos disponibles a la sociedad en igualdad de condiciones.
Algunos ejemplos de recursos en la web:
– Edu3.cat. Materiales audiovisuales
– Biblioteca escolar digital. Fundación Germán Sánchez Ruipérez
– Contenidos Educativos Digitales
– Portal Medusa
– Para los alumnos
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