En este post pretendo hablar del quizá desconocido mundo del Kamishibai. En japonés kah-mee-ella-bye, quiere decir «teatro de papel», es una forma de contar historias muy popular en Japón, suele estar dirigido a niños que disfrutan de él en grupo, también se utiliza como recurso didáctico. Busca promover la lectura e ilustración de los cuentos, de una manera lúdica, artística y creativa. Su origen se remonta hasta los templos budistas de Japón en el S.XII, donde los monjes utilizaban historias con enseñanzas morales, audiencias mayormente analfabetas. Pero es ahora, donde vuelve a tomar protagonismo en las escuelas de algunos colegios españoles, bibliotecas, etc.
El formato y la técnica del Kamishibai: son láminas con dibujos grandes y muy cuidadas, de trazos simples, acompañadas de un texto sencillo y directo, son historias simples con frases cortas. Aquí los sentimientos no se describen con detalle a diferencia de los cuentos. Su lectura se realiza colocando las láminas sobre un soporte «teatrillo» de 3 puertas, de cara al público infantil y mientras se deslizan se lee el texto. Por un lado tienen un dibujo a todo color y por la otra cara el texto que puede aparecer en varios idiomas.
Lo más importante es la representación que se hace de él. El intérprete recuerda al espíritu del juglar, se coloca frente al público y transmite con su voz la historia al espectador. Se combina el aspecto visual atrayente para los niños con la narración oral.
Las temáticas se basan en cuentos de tradición oral de otros pueblos y culturas y tratan valores como: cooperación, perseverancia, ayuda a los demás, etc. También existen algunos que se adecuan a una necesidad educativa especial (auditiva, motora, visual, intelectual…).
IKAJA La Asociación Internacional del Kamishibai de Japón, divulga y ayuda a conocer el auténtico espíritu del Kamishibai tanto dentro como fuera de Japón. Fuera del ámbito japonés, se usan como recurso didáctico en países europeos como Holanda, Francia e Italia.
Carmen Aldama Jiménez, maestra de Pamplona, ha realizado una gran difusión de esta técnica entre los profesionales de la educación.
Según la mayoría de especialistas, conforme crecemos perdemos la capacidad creativa, hay que volver a recuperarla. También es verdad que en el arte de contar lo que sucede, no sólo están los cuentacuentos o animadores hay que incluir a poetas o cantantes, otra forma de hacer un teatrillo e interpretar hacia el mundo real.
Para finalizar, he de decir que este género resulta muy valioso desde el punto de vista pedagógico y capta muy fácil la atención entre los niños siendo exitosa su representación. Puede servir como trampolín, para una primera narración.