Dita Kraus: La Ana Frank bibliotecaria

Dita Kraus nació en 1929, en Praga y es una superviviente de campos de concentración nazis. Vivió en Praga hasta los 9 años, debido a que los nazis invadieron la ciudad y a los 12 se trasladó a Terezín, al campo de concentración de Theresienstadt y fue luego deportada en 1943 a Auschwitz. Allí conoció a Fredy Hirsch, un judío que organizó una escuela para niños en el campo familiar Birkenau, y que incluía una biblioteca clandestina formada por solamente ocho libros; entre ellos un atlas desencuadernado y un manual de álgebra. Ella fue la encargada de cuidar y esconder esos ocho libros para que los nazis no los descubrieran.

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“No era una biblioteca extensa. En realidad, estaba formada por ocho libros, y alguno de ellos en mal estado. Pero eran libros. En ese lugar tan oscuro donde la Humanidad había llegado a alcanzar su propia sombra, la presencia de los libros era un vestigio de tiempos menos lúgubres, más benignos, cuando las palabras sonaban más fuertes que las ametralladoras” escribe Iturbe. El periodista y escritor español que ha contado su historia en La Bibliotecaria de Auschwitz.

La biblioteca también contaba con «libros vivientes»: prisioneros que recitaban a los niños, obras que habían leído en el pasado.

«Al final de la mañana, todo el mundo devuelve los libros, y Dita los va recibiendo con el alivio de un hijo que se asoma a la ventana y ve a sus padres ancianos, que salieron con el bastón a dar un breve paseo, volver a casa.»

«Papá tenía razón. Aquel libro me llevó mucho más lejos que cualquier par de zapatos.»

El campo albergaba a familias enteras con sus hijos con un fin puramente propagandístico: hacer creer a la Cruz Roja Internacional y al mundo que los judíos no eran asesinados, sino tratados con consideración. Pero tras seis meses de permanencia eran enviados a la cámara de gas, como los demás. Con el tiempo, realizada ya la propaganda, el campo familiar sería cerrado.

En 1944, 3.000 prisioneros del campo familiar fueron asesinados en las cámaras de gas, entre ellos muchos niños de la escuela y Fredy Hirsch.

En 1945,  Dita fue liberada por las fuerzas aliadas y en 1947 se casó con el escritor Otto Kraus (a quién conoció en Auschwitz). En la actualidad, vive en Israel y tiene 82 años.

Iturbe cuenta que cuando conoció a Dita en Praga esperaba encontrarse a una mujer débil. «Todo lo contrario, es una mujer de gran fortaleza moral y física. De hecho, fue arrastrando una maleta con libros que llevaba para repartir y ni siquiera quiso ir en taxi sino en transporte público es «mucho dinero» decía,  para enseñarme lo que queda del gueto de Terezín, en el que había vivido». 

«Habrá quien piense que es un acto de valentía inútil en un campo de exterminio, cuando hay otras preocupaciones más perentorias: los libros no curan las enfermedades ni pueden utilizarse como armas para doblegar a un ejército de verdugos, no llenan el estómago ni quitan la sed. Es cierto: la cultura no es necesaria para la supervivencia del hombre, únicamente lo es el pan y el agua. Es verdad que con el pan se da de comer y con el agua se da de beber y sobrevive el hombre, pero también que sólo con eso muere la humanidad entera. No es necesario añadir nada más».

Laura Martínez

En este blog voy a exponer diversos recursos sobre el mundo de la información, mi humilde opinión y acercar y difundir mis conocimientos sobre este campo. En definitiva un espacio para compartir, aprender, interactuar y opinar.

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