¿Pagarías más impuestos con tal de mantener la biblioteca abierta?

Pongámonos en antecedentes: ciudad de Troy, ubicada en el condado de Oakland (Míchigan), con problemas presupuestarios para mantener la biblioteca abierta y donde se le pregunta a los ciudadanos (mediante votación) la subida de un 0,7% de sus impuestos para no cerrarla.

¿Subida de impuestos?… ¿para mantener la biblioteca abierta?… Pronto surgieron los grupos y personas en contra de dicha subida de impuestos y que animaban a votar en contra de pagar más por algo que se suponía que ya tendría que estar cubierto con lo que pagaban. Así que surgió la arriesgada campaña: “Book burning Party” (La fiesta de quemar libros) y que inundó con carteles la ciudad animando a las personas a que votasen a favor del cierre de la biblioteca y que se pasasen por la fiesta de la quema de libros.

Book burning Party

Había un perfil de Twitter, un hashtag #BookBurninParty y una fan page en Facebook donde animaban a las personas a pasarse por la fiesta de la quema de libros y se lanzaban comentarios en contra de la biblioteca. A su vez, utilizaban dichos canales para subir contenidos que podían herir la sensibilidad de las personas, como por ejemplo vídeos con libros ardiendo. Lo tenían todo planeado en una acción bastante real con la venta de “merchandising” sobre la fiesta y la localización en FourSquare de donde iba a ser la quema. Todo presagiaba ser un final apocalíptico.

Pronto llegaron las opiniones en contra en los espacios sociales abiertos por dicha acción. Todo el mundo hablaba de dicha campaña y leía y escuchaba noticias sobre ella en prensa, radio y televisión. Incluso llegó al ayuntamiento y se preguntó a los mandatarios qué tenían pensado hacer con eso y si se iba a seguir adelante con el incremento de los impuestos. En dichos comentarios se vio la importancia que tenía la biblioteca (y sus libros) para la ciudadanía. Las redes se inundaron de comentarios a favor de la biblioteca y de la idiotez que les parecía la quema de libros.

Comentaba anteriormente que fue una “arriesgada campaña” porque la intención de dicha acción fue hacer ver a la sociedad que si votaban que no querían la subida de impuestos estaban votando que la biblioteca no era necesaria para la ciudad y que los libros poco importaban.

Días antes del día de la votación para la subida de impuestos la campaña dio un giro de 180 grados y lanzó el siguiente mensaje: “A vote against the library is like a vote to burn books” (Un voto en contra de la biblioteca es como un voto para quemar libros). Los ciudadanos sintieron cierto alivio y empezaron a comentar sobre lo brillante de la campaña y el haberles hecho ver la importancia de la biblioteca. De hecho se superaron todas las expectativas de participación con unas cifras del 342% de votantes. Por supuesto se votó que sí a la subida de impuestos.

A continuación os dejo el vídeo de la explicación de la campaña:

Ahora bien… ¿vosotros qué haríais?… ¿cómo votarías?  Recuerda que es una subida de impuestos… y recuerda también que está en juego la biblioteca. Situación complicada para los ciudadanos.

Julián Marquina

Community Manager de Baratz-Servicios de Teledocumentación, donde me encargo de la gestión, comunicación y dinamización de las redes sociales de la empresa así como de buscar nuevas líneas de comunicación y participación. Escritor del libro: Plan Social Media y Community Manager y del Informe APEI: Bibliotecas ante el siglo XXI: nuevos medios y caminos. Director de RecBib – Recursos Bibliotecarios y creador y fundador de las plataformas de blogs del sector de la Información y Documentación: BiblogTecarios e InfoTecarios. Desde hace unos años conferenciante y profesor de temas relacionados con el tema del social media, el community manager y las bibliotecas. Diplomado en Biblioteconomía y Documentación y licenciado en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid. Miembro del Consejo Editorial del Anuario ThinkEPI, consultor en la UOC… y ahora adentrándome en el mundo del crowdfunding cultural con Mecenable.

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