Los manuscritos de Laos

Lao Palm Leaf Manuscripts.

Laos, al igual que recientemente Botswana, es de esos lugares en el que los ciudadanos mostraron interés hace varios años debido a “causas sociales”; en este caso fue cuando un exdirector de la Guardia Civil se escondió allí tras quedarse con lo que no era suyo. En aquellos momentos, en la década de los noventa, el país asiático estuvo en el punto de mira pero nadie trató el tema del rico tesoro bibliográfico hospedado en el país asiático: los manuscritos realizados sobre hoja de palmera.

Para no perder el interés, el presente post ofrece unas pinceladas del mejor tesoro bibliográfico laosiano guardado durante siglos.
Los manuscritos son empleados por los budistas aproximadamente desde el Siglo V d.C. para transmitir su historia, conocimiento y saber. Esta tipología de manuscritos posee unas características diferentes al resto de documentos escritos a mano. En este caso, el soporte empleado es la hoja de palmera seca, más dura que el papel, el pergamino o el papiro. Los tamaños de las hojas de los manuscrito varían ligeramente de unos países asiáticos a otros. En el caso de Laos el tamaño medio de los manuscritos es de 45-55 cm de ancho y 4-5 cm de altura, lo que implica que el escribano grababa o escribía, en la mayoría de los casos, cuatro líneas por cada lado de la hoja. El reducido tamaño facilitaba la manejabilidad y transporte, no necesitando, por tanto, que fuesen flexibles como el resto de manuscritos.

Los manuscritos que posee Laos se ubicaban originariamente en los templos budistas repartidos por las provincias del país, aunque en algunas ocasiones se situaban en casas privadas. En la actualidad muchos de ellos se han trasladado a la Biblioteca Nacional de Laos para ser digitalizados y custodiados, quedando todavía algunos manuscritos en templos, donde son usados por los monjes. Con el fin de preservar el documento de las lluvias, deterioros y transportes las hojas de palmera se encuadernaban, mediante dos cordones que las atravesaban manteniéndolas firmes y sujetas, entre cubiertas de madera.
Las materias principales de los manuscritos eran varias, desde la historia budista, costumbres, astrología, leyes, literatura a narrativas reales y míticas del sudeste asiático.
A lo largo de los siglos muchos manuscritos fueron copiados con el fin de facilitar la lectura en diferentes lugares, provocando diferentes versiones de los originales. Con el fin de facilitar la consulta en todo el área budista, la cual engloba varios países, Birmania, India, Laos, Tailandia, región del Tíbet, se utilizaba fundamentalmente el sánscrito a la hora de escribir sobre las hojas.

La vida media de los manuscritos de palma ronda los 350 años y gracias a los copistas, se poseen manuscritos con contenidos de una antigüedad de más de diez siglos. Debido a la antigüedad y al contenido de los mismos (desde información sobre la sociedad budista, aspectos económicos, sociales, sanitarios, códigos éticos y morales, etc.) deben ser cuidados y valorados. Los manuscritos laosianos más antiguos superan los cuatro siglos y, hasta hace pocos años se encontraban en unas condiciones de preservación poco deseadas.
Desde finales del siglo pasado, varios proyectos de cooperación (mayoritariamente de agencias europeas de cooperación, IFLA y UNESCO) han generado labores de catalogación, preservación y salvaguarda y digitalización.
La preservación, para garantizar el conocimiento y la consulta, es el principal deseo. Las condiciones climatológicas adversas, clima tropical, guerras y conflictos religiosos como los de India, han provocado mermas constantes en manuscritos realizados sobre hoja de palmera.

Juan José Prieto

En este apartado podréis seguir interesantes artículos y comentarios sobre dos áreas. Por un lado sobre la Web 2.0 y por otro lado lo concerniente a la seguridad del patrimonio bibliográfico, de la información y de las propias instituciones que lo custodian.

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