¿Dar peces o enseñar a pescar?

Con el fin de preservar el Patrimonio Cultural, dañado y expoliado durante años en conflictos armados y catástrofes naturales, diversas organizaciones públicas y privadas colaboran desde hace tiempo con el claro objetivo de minimizar las consecuencias. El gran avance a nivel mundial se desarrolló en 1954 en la Convención de la Haya.
Centrándonos en el Patrimonio Cultural referente a archivos, bibliotecas, museos y espacios y edificios, en 1996 se creó el organismo más trascendental, el Escudo Azul. Cuya finalidad básica es la de proteger dicho Patrimonio en caso de guerra o catástrofe natural. El Escudo Azul (Blue Shield) está formado a su vez por el Consejo Internacional de Archivos (ICA), por la Federación Internacional de Bibliotecas (IFLA), el Consejo Internacional de Monumentos (ICOMOS), el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y por el Consejo de Coordinación de las Asociaciones de Archivos Audiovisuales (CCAAA).
Con el fin de que el entramado de la tela, la ayuda y el conocimiento, llegue a todos los rincones del planeta es necesario que se cuente con el mayor número de sedes o Comités a nivel nacional (actualmente hay 19 formados y otros 19 en construcción).
España, país con una larga tradición en materia de cooperación en variados sectores no se encuentra presente en ninguno de los dos casos pero, desde hace ya varios años se lleva hablando de la idea de crear un Comité propio aunque lamentablemente los esfuerzos se han desvanecido. No obstante, parece que desde el año pasado y tras una reunión en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid se manifiesta que el proyecto va tomando cuerpo.
Dentro de los propósitos de la creación del organismo es necesario centrarse en dos ramas. Por un lado, en el patrimonio documental y artístico propio a fin de preservarlo en caso de desastre natural y de conflicto armado (improbable en el caso español) y en el ubicado fuera de nuestras fronteras, con la intención de colaborar y cooperar con otras entidades y Comités en caso de ocurrencia de un desastre con el fin de ayudar a las comunidades siniestradas.
La reciprocidad es incuestionable, los miembros de los Comités deben ayudar tanto fuera como dentro de sus fronteras. Es bonito viajar y conocer otras culturas a la par que se asiste al necesitado; pero sería un error caer en la idea de que los Comités del Escudo Azul solo cooperan con el exterior ya que, en el caso español muchas entidades culturales y educativas (de renombre y larga tradición) necesitan ayuda, por ejemplo al disponer de infraestructuras en malas condiciones, material bibliográfico de tres, cuatro y hasta cinco siglos de antigüedad en pésimas condiciones de conservación, personal poco cualificado, incumplimientos de normativas y recomendaciones internacionales, etc. Necesitando por tanto la inminente ayuda de alguna entidad.
Por otro lado, el afianzamiento del Comité no debe caer en los fallos y errores de la tradicional cooperación como por ejemplo el cuestionarse diariamente el desatino de ¿Dar peces o enseñar a pescar? o Incluso la temeridad de proveer de redes de pesca a comunidades que no pescan.
Los colaboradores y voluntarios deben mantener un entendimiento pleno de los beneficiarios, involucrando a todas las piezas del puzzle con el fin de elaborar y ejecutar el proyecto de una forma global.
Otra línea de actuación es la de sensibilizar a trabajadores, usuarios y comunidades en general sobre los riesgos que pueda padecer el patrimonio referente a archivos, bibliotecas, museos y espacios y edificios, así como promover y recomendar normas para la prevención e incentivar la salvaguardia de los bienes culturales y el respeto hacia ellos.
Por último, es necesario estimular la cooperación territorial en España por ejemplo con ONGs locales, con Asociaciones, Federaciones, colegios profesionales, con la Asociación Española para la Protección de los Bienes Culturales en los conflictos armados (AEPBC), AECID, museos, bibliotecas, universidades, etc.
No cabe duda de que éstas y otras exigencias son las que deben marcar las líneas de actuación del futuro Comité; que con ilusión tarde o temprano emergerá.

Juan José Prieto

En este apartado podréis seguir interesantes artículos y comentarios sobre dos áreas. Por un lado sobre la Web 2.0 y por otro lado lo concerniente a la seguridad del patrimonio bibliográfico, de la información y de las propias instituciones que lo custodian.

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