En la actualidad, tras la llegada del Plan Bolonia e inmersos en una crisis que parece no tener fin, estudiar un postgrado se ha convertido en algo prácticamente obligatorio para poder salir a competir en el durísimo mercado laboral.
La elección de una titulación de postgrado no es ni mucho menos una cuestión baladí, los precios astronómicos de este tipo de titulaciones y la importancia que ésta pueda tener en la consecución de un futuro empleo hace que se deba meditar mucho la titulación a elegir.
Cabe pensar que en una carrera tan multidisciplinar como el Grado en Información y Documentación las opciones de especialización mediante posgrados de las que dispondrá un graduado serán bastante amplias, pero la realidad, desde mi punto de vista, es algo distinta. Salvo casos excepcionales, cuando uno se enfrenta a sus opciones de postgrado se encuentra con una oferta académica que repite en un gran porcentaje lo que ya se ha visto durante el grado, dando la sensación de estar más enfocada en atraer alumnos de otras carreras que quieren especializarse en documentación que en ofrecer una especialización a sus propios titulados, algo, por otro lado, económicamente mucho menos interesante.
Cuando el documentalista se enfrenta al mercado laboral, se encuentra con la exigencia de conocer el tipo de documentación propia de cada sector, sus peculiaridades, cómo ha de ser tratada, organizada, conservada, softwares propios del sector etc. Al documentalista se le va a exigir cierta base en conocimientos documentales propios del sector en el que se va a desarrollar, de no tenerlos se caerá del proceso de selección y es por eso, que tratará de encontrar un postgrado que se adapte a sus necesidades y cubra esa falta de especialización.
La familia de la documentación es pequeña y seguramente este será uno de los motivos por el que resulte difícil sacar adelante proyectos académicos en este sentido, pero al menos desde mi perspectiva es necesaria una oferta de especialización más amplia para los graduados en documentación.
Y vosotros, ¿qué pensáis?,¿ cumplen los postgrados actuales con las necesidades y demandas de los titulados? ¿Sería un error querer especializarse aún más? ¿Qué postgrado te gustaría que existiera?
La eterna diatriba entre continente y contenido que representamos. A modo de reflexión, el posgrado perfecto en mi opinión para si no resolverla al menos solventarla parcialmente y de manera inclusiva con profesionales de otras áreas debería consistir en un plan de estudios que contemplase módulos que abordasen en lo posible ambos aspectos. Esto es, alguna/s asignatura/s donde se presentasen muy resumidamente las principales «submaterias» dentro de nuestro campo propiamente (tipologías, descripción, clasificación e indexación documentales en soportes tanto tradicionales como digitales) así como algunas más para contextualizar los conceptos y problemáticas fundamentales que forman parte de ellas (informática y bases de datos, historia del documento y de los procesos técnicos documentales, marco jurídico de la documentación…) para introducir a titulados de otras especialidades que pudieran estar interesados en nuestra disciplina y, por otro lado, otras que nos «taxonomicen», es decir, nos hagan conocedores a los documentalistas de las principales áreas y subáreas y sus publicaciones, bases de datos, repositorios y fuentes de información tanto propietarias como abiertas fiables de la mayor cantidad posible de disciplinas (académicas y no) para dotarnos de una suerte de «cultura general documental» que nos aportaría versatilidad para facilitarnos la adaptación a diversos contextos informativos en las que hipotéticamente pudiéramos incardinarnos en un futuro, bien en el ámbito académico bien en el profesional. Así, el TFM podría estar encaminado a cuadrar el círculo, pues «nosotros» podríamos bien aplicar sobre alguno de esos contextos concretos el enfoque y los conocimientos técnicos específicos de nuestro ámbito adquiridos en los años de grado o bien indagar en mayor profundidad en alguno de ellos, y «ellos» podrían hacer el camino contrario, profundizar en algún aspecto que les suscitase curiosidad de nuestro ámbito desde la aplicación sobre algún subcampo o asunto concreto de su especialidad. ¿Sería posible diseñar y sobre todo materializar un proyecto de esas características? Quizá con una iniciativa virtual que, teniendo perfectamente estructurados los contenidos para solventar de una manera lo más ágil posible las indeterminaciones administrativas inherentes al proceso (número de alumnos y distribución de especialidades según cada promoción y de asignaturas elegidas por estos una vez finalizado el proceso de matriculación, búsqueda de especialistas de diversas instituciones para aportar diversidad y facilitar la sincronización de sus disponibilidades…). En definitiva, a pesar del principio de respuesta aportado a mi propio planteamiento, la pregunta que planteo se responde de la misma manera que la que forma parte del título del post 😀
Quizás lo que comentas se resuelva con los nuevos planes de formación en los que uno ya no estudía una carrera al uso, si no que se crea su propia formación con asignaturas de diversas titulaciones.
Gracias por tu reflexión, un saludo 😉
En otras palabras que es más de lo mismo o sea tirar el dinero
Tampoco creo que haya que ser así de tajantes, hay opciones interesantes, en la UOC, por ejemplo, hay diversas opciones de especialización muy buenas. La pena es no encontrar éstas opciones en universidades públicas. En cualquier caso, es obvio que actualmente existe una gran burbuja en cuanto a la formación.
Gracias por comentar 🙂
Estudiar esto no sirve absolutamente para nada solo para perder unos cuantos años y tirar el dinero. Si no han desaparecido lo harán no tardando mucho. Conozco muchas personas haciendo labores de documentalista que no han estudiado esto y para opositar a auxiliares de bibliotecas no lo necesitas te preparas en una academia y ya . En una biblioteca pública que conozco ni el director ha hecho documentación se presento a las oposiciones con filología hispánica y aprobó. Lo dicho
Es cierto que la situación y el reconocimiento de los estudios en documentación a la hora de acceder al laboral dista mucho de ser la que todos querríamos, es, en otras cosas, una manera más de desprestigiar la actividad documental en el mundo laboral. Sin embargo, y aunque entiendo lo que dices, no creo que sea perder el tiempo y el dinero, si uno cree en la importancia de las tareas documentales en el engranaje de una organización, institución u empresa, se debe creer en la necesidad de una titulación que forme a los mejores profesionales para la realización de esta actividad, otra cosa es que el mercado laboral hago todo lo posible por repelernos :(.
Un saludo y gracias por comentar.
Jeje, bueno yo en mi caso me equivoque, bueno mejor dicho me engañaron, diciendo que esta era una profesión de futuro con una fuerte demanda tanto laboral ya sea en medios de información, editoriales, etc como en el ámbito público bibliotecas y archivos. Tuvo su boom pero ya no. La realidad es que con suerte tienes una beca si tienes un buen cv o un contrato temporal y mal pagado. Cada uno que estudie y haga lo que quiera pero que no se deje influenciar por lo que digan y más los profesores de un grado que lo único que quieren es alumnos. Yo estudié en Granada y he estado trabajando en la BN de España.
Yo no le aconsejo a nadie que haga el grado de información y documentación si no quiere acabar en el paro conozco gente que si trabaja de forma temporal y mal pagada y otros muchos que solo han tenido prácticas.
En cierta ocasión le pregunté a un funcionario en una biblioteca si había estudiado la diplomatura de Biblioteconomía y documentación y con una gran sonrisa me dijo:
-«Ehhh ni de broma! jajajaja con un año en una Academía te sobra para preparar unas oposiciones a bibliotecas»