Es cada vez más frecuente toparnos con errores de ortografía y lentamente las formas sintácticas correctas se van quedando olvidadas en un cajón. Algunos le adjudican la responsabilidad a Internet, yo estoy de acuerdo con los que proponen que las malas costumbres simplemente se hacen más evidentes, se exponen de manera pública, en los blogs o en las redes sociales. Y la peor parte se la llevan los más jóvenes…seamos sinceros, no es una cuestión generacional.
Si bien es cierto que para los adolescentes determinada forma de escribir es una especie de código, de lenguaje común y aun conociendo la forma correcta fuerzan los errores de ortografía, tal vez a manera de «rebeldía escrita», hay muchos adultos que descuidan cuestiones simples como el uso de la V/B la confusión entre S/C/Z y las alarmantes ausencias (o excesiva presencia) de la H.
Otro problema tenemos con los tildes. La regla básica para palabras agudas, graves y esdrújulas y los casos en que llevan tilde parecen ser algo del siglo pasado.
Personalmente creo que existe una relación muy estrecha entre lectura y escritura. Al escribir pensamos la palabra, la vemos primero en la mente y luego la llevamos al papel o al teclado. Seguramente les habrá sucedido: no estar seguro de cómo se escribe correctamente una palabra, la escriven escriben : solucionado. Cuando vemos re-conocemos.
Cndo no tnmos spacio
La costumbre de acortar o achicar palabras deviene de la falta de espacio, por ejemplo en Twitter, donde estamos limitados por los caracteres aceptados (menos de 140) o cuando mandamos un mensaje de texto por teléfono y pretendemos ahorrar el gasto, entonces podemos ver cosas como: «dnd nos encontrms mñn?» o «toy yegando a ksa».
Es importante entender que escribir en Internet tiene su protocolo, es un medio de comunicación con el mundo y una carta de presentación; lamentablemente hasta publicaciones reconocidas como periódicos o revistas en línea lo están olvidando y se está estableciendo la costumbre de dejar pasar ciertos errores de ortografía.
Soluciones ante la duda
Hacer uso de la web para expresar una opinión implica cierta responsabilidad y existen muchas herramientas para hacerlo correctamente:
El Diccionario panhispánico de dudas se propone servir de instrumento eficaz para todas aquellas personas interesadas en mejorar su conocimiento y dominio de la lengua española. En él se da respuesta a las dudas más habituales que plantea el uso del español en cada uno de los planos o niveles que pueden distinguirse en el análisis de los elementos lingüísticos: el fonográfico, pues resuelve dudas de tipo ortológico (sobre pronunciación) y ortográfico (sobre grafías, acentuación y puntuación); el morfológico, ya que orienta sobre las vacilaciones más frecuentes que se dan en el plano de la morfología nominal (plurales, femeninos y formas derivadas) y de la morfología verbal (formas de la conjugación); el sintáctico, al aclarar dudas sobre construcción y régimen, concordancia, forma y uso de locuciones, etc.; y el lexicosemántico, pues en él se examinan y corrigen numerosas impropiedades léxicas, a la vez que se ofrece orientación sobre el uso de neologismos y extranjerismos.
También podemos consultar el Manual de estilo de Fondeú BBVA, asesorado por la Real Academia Española que contiene muchas recomendaciones para el correcto uso de los nuevos medios de comunicación.El diccionario de la RAE tiene aplicaciones para Android, lo podemos tener hasta en el móvil.
En Twitter tenemos muchas opciones:
- La Real Academia Española: @RAEinforma
- Datos ortográficos: @_Ortografia
- Señor ortografía: @Sr_Ortografia
- Larousse: @Larousse_latam
…y pueden encontrar más utilizando el hashtag #ortografia.
La libertad que encontramos en la web 2.0, que nos permite crear contenidos, aportar información o expresar una opinión no debería terminar perjudicando al buen uso de nuestro rico vocabulario. Finalmente, y para revindicar el título de esta entrada: