La socialización del patrimonio es la base sobre la que se construye este manual, que ofrece diferentes herramientas para el desarrollo de un proyecto educativo de museos, como instrumentos de organización y planificación de las propuestas didácticas.
Los tres elementos para la educación patrimonial, en cualquier ámbito educativo formal o no formal, según José María Cuenca y Myriam J. Martín serían:
Público – Institución museística – Patrimonio
Este libro es un excelente recurso para conocer cómo se integra la didáctica del patrimonio en el proceso educativo, a partir de una concepción de patrimonio holísitica y simbólico-identitaria. Entendiendo como concepto de “patrimonio”:
Cualquier elemento del pasado que nos ayude a comprenderlo y a entender nuestro presente como resultado del mismo. Es decir, todo aquello que haga referencia al ser humano y a la naturaleza, al tiempo y al espacio y a los diversos acontecimientos de la vida.
De este modo, se marcan los siguientes ámbitos de trabajo en proyectos educativos de museos:
- Aumentos de conocimiento de los elementos patrimoniales.
- Mejora de las estrategias de protección y gestión del patrimonio.
- Mejora en los sistemas de comunicación para la difusión del patrimonio.
A lo largo del manual se explica con detalle cómo planificarlos, desarrollarlos y evaluarlos, acabando con interesantes casos de éxito y la propuesta práctica del Proyecto educativo de la ruta megalítica onubense.
Entrevista con Myriam J. Martín, co-autora del manual
¿Qué papel juegan los museos en la educación de la sociedad?
Los museos son centros educadores y de socialización del patrimonio y como tales deberían tener un papel relevante en el desarrollo comunitario y ciudadano, aunque esto no siempre es así, debido, fundamentalmente, a que las propuestas educativas y de difusión no llegan de manera efectiva a la sociedad, en gran medida porque éstas no tiene en cuenta las características del público al que van dirigidas y se hacen más con una mirada disciplinar y académica que los aleja de la sociedad.
Desde tu punto de vista, ¿cuál puede ser la fase más complicada en el desarrollo de proyectos educativos de museos?
En este punto tendríamos que señalar dos aspectos: en primer lugar es que realmente se crea que el museo es algo más que un centro de investigación y exposición y se apueste, de verdad, por la función educativa; en segundo lugar, existe un problema que es la falta de una evaluación sistemática, tanto antes de diseñar los proyectos como una vez que se ponen en marcha. Es necesario saber las características de los usuarios, sus intereses y motivaciones, y para ello es imprescindible una evaluación diagnóstica, de igual modo, una vez que los programas se ponen en marcha es fundamental una evaluación sistemática, que responda a las finalidades del programa educativo, y que evalúe contenidos, metodología, educadores y usuarios, y que sus resultados se tengan en cuenta a la hora de rediseñar estos programas.
¿Cómo se han incorporado las nuevas tecnologías en la difusión del patrimonio?
De manera lenta aunque de forma paulatina. Los recursos TiC han dejado de ser una excepción y ya están incorporados a gran cantidad de actividades aunque, de manera más generalizada en actividades patrimoniales que se desarrollan fuera de los muros del propio museo. Las tecnologías pueden permitir una mejor contextualización, dinamización y virtualización del patrimonio, pero sin olvidar que son un medio y nunca un fin del proceso de comunicación patrimonial.
Internet y las redes sociales, ¿qué papel juegan en los proyectos educativos de museos?
Los museos cada vez hacen un mayor uso de las redes sociales, pero todavía no podemos decir que sea algo generalizado y aún menos en los programas educativos. En cuanto al uso de internet ha permitido que ciertas actividades estén al alcance de cualquier interesado, aunque todavía hoy, en muchos casos, para lo único que se utilizan es para coger cita para realizar las actividades de manera presencial en el museo. Es importante que el uso de las nuevas tecnologías se empleen en toda su potencialidad didáctica, para el desarrollo de propuestas multidireccionales de comunicación entre museo, público y patrimonio. Las webs deben aportar algo más que ser simples escaparates de los museos, de manera que la sociedad también pueda generar contenidos dentro de los museos.
Para acabar, explícanos algún caso de éxito en proyectos educativos de museos que te haya llamado la atención.
Más que un caso concreto, en este punto me gustaría resaltar que las actividades más efectivas son aquellas que tienen en cuenta a la comunidad, los museos socializadores. Son aquellas que parten de las características del usuario potencial y tienen en cuenta las necesidades educativas tanto a nivel formal, como no formal e informal; que atiendan al contexto desde una doble perspectiva, de los propios elementos patrimoniales y de los usuarios del programa educativo; y finalmente, sería muy pertinente que las actividades conecten los elementos patrimoniales con el presente y que puedan dar respuesta a problemas socialmente relevantes.
Muchas gracias Myriam, por tu amabilidad contestando a la entrevista, ¡ha sido un placer leer vuestro manual!
- Editorial: TREA
- Referencia bibliográfica: Cuenca, José María; Martín Cáceres, Miryam J. Manual para el desarrollo de proyectos educativos en museos. Gijón: Ediciones TREA, 2014. 141 p. ISBN: 978-84-9704-819-4
- URL: http://www.trea.es/ficha.php?
idLibro=00001352