Los “content curators” son los padres

Comisarios de contenidosEn este post me gustaría reflexionar sobre cómo la cultura digital ha generado nuevas prácticas y nuevos valores en los usuarios que consumen información, y por lo tanto, en los profesionales especializados en gestionarla. Ya no hablamos de filtrar contenidos en un contexto infoxicado, si no de la influencia en este proceso de las redes sociales, de la ubicuidad del acceso web y de la explosión del almacenamiento con diferentes herramientas en la nube.

Como diría Juan Freire, “el conocimiento es algo que no se gestiona, se gestionan contenidos y comunidades de usuarios”. Internet es un espacio donde hay mucha información, pero también relaciones entre usuarios en todo momento y desde cualquier lugar. Ese cruce de contenidos y relaciones es lo que produce el conocimiento.

Gestionar el conocimiento ha sido una de las funciones más destacadas del profesional de la información, desde que existe nuestra figura. Ahora le llamamos curador de contenidos, comisario de contenidos, gestor de conocimiento… Al final se trata de diferentes términos para describir las funciones del documentalista “de toda la vida” en el entorno digital, donde se hace más valioso aún estas funciones de difusión selectiva de información que venimos desarrollando desde que comenzó nuestra profesión, creo que no hace falta más debate.

Si antes seleccionábamos la información para los usuarios de un “Centro de Documentación” especializado en un área, ahora estos centros son mucho más abiertos gracias a Internet. Podemos llegar a comunidades de usuarios interesados en nuestra especialidad de un modo mucho más sencillo, aunque el trabajo que realizar es muy superior: la criba y la manera de compartirla ha de ser muy cuidada.

Demostremos que somos capaces

Como siempre que hablo de nuevas profesiones digitales en las que el documentalista podría hacer un buen trabajo, pido honestidad a mis colegas de profesión. Es decir, no por tener el grado en Documentación “somos los mejores” curadores de contenidos, lo seremos cuando consigamos tener una serie de habilidades concretas.  Me ha gustado este post de Julián Marquina, donde se destacan las siguientes habilidades y valores:

  1. Sintético
  2. Proactivo
  3. Crítico
  4. Experto
  5. Empático
  6. Curioso

Concretamente -y dentro de este entorno de cultura digital- me gustaría destacar el valor de la empatía, pues esta figura se debe a su comunidad. Si no conoce a sus usuarios a la perfección, no le podrá suministrar esos contenidos de valor necesarios y las relaciones entre la comunidad no podrán ser consistentes.

Y por supuesto el valor de ser experto, mucho que conozcamos herramientas (como  Zite, Pulse, Bottlenose, Storify, Summify o la española Etceter que recomiendo especialmente) si no somos expertos en esa área del conocimiento, difícilmente estaremos agregando el valor necesario a la comunidad.

Para acabar, recomiendo estas lecturas sobre este apasionante tema de compartir conocimiento en la era digital:

 

Fuente de la imagen: Flickr

Irene Blanco

Codirectora de BiblogTecarios. Irene Blanco es documentalista, especialista en transformación digital y activista bibliotecaria. Escribe desde 2010 en Biblogtecarios sobre bibliotecas, comunidades e Internet.

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