El rol de las bibliotecas públicas en las #Elecciones2020

Ya llegó el primer martes de noviembre, famoso cada cuatro años por ser el Día de las Elecciones, en este 2020 ha sido, quizás, más esperado que nunca. Medio mundo mira hoy hacia Estados Unidos. Yo miro desde mi ventana en Uptown Manhattan al colegio que hay enfrente de mi apartamento, ese mismo que ha estado vacío desde que llegué en pleno lockdown y que hoy amanece con colas de personas, separadas a seis pies de distancia, con gorro, mascarilla y, yo diría, que ilusión. Una mujer sale con los puños en alto, dando un salto de alegría, otra sentada en silla de ruedas es ayudada por una de las voluntarias que están en la puerta. Hay carteles que piden que no se merodee ni se aconseje a quién votar en la puerta. La cosa está tranquila en este barrio.

Amanezco con otro correo de la New York Public Library (NYPL), esta vez lo firma su presidente, Anthony W. Marx, que alienta a todos los que aún no hayan votado anticipadamente o por correo a que lo hagan, informa de horarios, nos cuenta cómo la biblioteca está a la disposición del ciudadano que pueda votar en diferentes formas. “Hoy es un día que todos estábamos esperando. Independientemente de sus opiniones políticas, ha sido un camino difícil para todos nosotros, durante un año que nos ha obligado a enfrentar desafíos sin precedentes”.

Hace semanas que la NYPL ya está difundiendo en todos sus canales el listado de recursos que han curado relacionados con las elecciones presidenciales de 2020. Es abrumador la cantidad de guías, listas de novelas, recursos para nuevos ciudadanos y eventos que han organizado. Si aún no lo habéis visto, os recomiendo que no os lo perdáis.

Me gusta cómo también destacan parte de su fondo antiguo digitalizado, recordando grandes hitos de la democracia estadounidense, como el sufragio femenino del 1920 y el auténtico que llegaría en el 1965 cuando también lo pudieron hacer las mujeres negras, todas homenajeadas en el archivo de la NYPL. 

La tienda online se engalana con tote bags, chapas y otros souvenirs -como el collar que lucía Michelle Obama con las letras VOTE  y que ha causado tanta sensación a este lado del charco-  que empujan a “ser político” y, de paso, hacen caja. 

Pero esto no es algo excepcional de NYC, la American Library Association (ALA) publicó recientemente “Libraries and Voter Engagement”, una completa infografía de buenas prácticas para que las bibliotecas públicas conecten con los votantes, que merece la pena echar un vistazo. Y es que muchas de las bibliotecas de este país, están muy comprometidas con colaborar en procesos democráticos. Lo leíamos en el imprescindible artículo “How Libraries Can Save the 2020 Election” que escribía el sociólogo Eric Klinenberg, allá por septiembre, en The New York Times:  

“Hay más de 9000 bibliotecas públicas en Estados Unidos, en ciudades, suburbios, áreas rurales y pueblos pequeños. En las encuestas, las bibliotecas se encuentran entre las instituciones más confiables de Estados Unidos. Ayudan con el censo y ofrecen servicios de registro de votantes. Están abiertos a todas las personas. No son partidistas. Son gratis. […] Las bibliotecas se encuentran entre los lugares más populares y visitados de nuestro panorama cultural. Según una encuesta, los adultos estadounidenses van a la biblioteca casi una vez al mes de media, lo que hace que las visitas a la biblioteca sean la actividad cultural más común en la que participan los estadounidenses, con diferencia.”

Este artículo puede resultar emocionante especialmente para los fans de las bibliotecas, por la épica del momento y porque son entendidas como una de las instituciones más cercanas del pueblo al facilitar la árdua tarea que supone votar en Estados Unidos que, por cierto, parece que no tiene mucho que ver con la experiencia que tenemos en España, donde los que tenemos el privilegio de votar lo hacemos en domingo, sin registro previo y con bastantes menos pegas, lo contaban en este post de eldiario.es y te lo pueden contar algunos vecinos de mi barrio también.

Klinenberg exploraba cómo las bibliotecas podrían ayudar a garantizar unas elecciones más justas y equitativas en Estados Unidos, además de por ser colegio electoral tradicional, también por ofrecer urnas de votaciones. En este año esto ha sido importante para esos ciudadanos que han decidido votar temprano, de forma más segura, sin exponerse a largas colas o a colegios cerrados, sabiendo que su voto no sufriría retrasos del correo y que sería contado correctamente. Algo que parece de agradecer, en medio de todos los handicaps que ha traído este 2020 como la crisis sanitaria del Covid en la que seguimos inmersos o los devastadores incendios forestales que han sufrido algunos estados.

“Creo que las personas extrañan el entorno del lugar de votación y acudir a un buzón les ayuda a recrearlo”, decía la vicepresidenta de la Asociación de Bibliotecas de Oregon, Arlene Weible.

Podéis leer en este otro artículo de American Journal cómo algunos estados tienen claro que las bibliotecas tienen que consolidarse como instituciones donde la ciudadanía confía para ejercer su derecho al voto, y cómo han apoyado esta iniciativa de expandir la votación anticipada en las bibliotecas públicas. Algunas con iniciativas Covid free, como el caso de Oregón, que hasta ha habilitado el buzón de devolución de libros como buzón de voto por correo que, según fuentes del condado Multnomah dicen haber sido un éxito en impulsar el voto temprano. ¿Os imagináis a los bibliotecarios separando votos de libros a devolver? Pues así parece que fue.

Sin embargo, no todos los estados han estado a favor de esta política que podríamos pensar inofensiva o hasta galante de democracia, por aquello de aliviar algunos de los mencionados obstáculos para votar. Como bien anticipaba Klinenberg, “quizás en un momento menos polarizado, expandir la votación anticipada en las bibliotecas no sería controvertido”. 

Vaya 2020. Ahora sólo nos queda esperar, ser pacientes e intentar no asumir mucho hasta que pasen unos cuantos días, se sepan los resultados definitivos y qué repercusiones tiene. Podemos, eso sí, dar un aplauso a esos bibliotecarios que han puesto su grano de arena para que todo suceda de una manera segura y equitativa y, por qué no, también rezar para que todo discurra pacíficamente. 

Paciencia y Fortaleza

Irene Blanco

Codirectora de BiblogTecarios. Irene Blanco es documentalista, especialista en transformación digital y activista bibliotecaria. Escribe desde 2010 en Biblogtecarios sobre bibliotecas, comunidades e Internet.

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