Hace un tiempo leí una columna que me hizo reflexionar mucho, se titulaba What It Means to Decolonize the Library y la firmaba la catedrática estadounidense Nicole A. Cooke. En la misma, Cooke trataba el tema cada vez más popular y urgente en Estados Unidos y Canadá, a raíz del despertar antirracista y de los movimientos de justicia social acontecidos en los últimos años: descolonizar las instituciones académicas, editoriales y también las bibliotecas que perpetúan los valores occidentales y el orden colonial.
En ese momento pensé que sería necesario también acercar este valioso contenido a la comunidad hispano hablante que sigue este blog, especialmente con las personas que nos leen desde España con el pasado y responsabilidad colonial que tiene nuestro país y, de paso, preguntarnos cómo influye el mismo en las instituciones bibliotecarias. Le doy las gracias a Nicole A. Cooke, que muy amablemente me permitió publicarla traducida en este blog.
Sin más dilación, os dejo con las palabras de Nicole A. Cooke y os invito a reflexionar en los comentarios.
¿Qué Significa “Descolonizar las Bibliotecas”?
Yvette DeChavez, artista latina y académica de la Literatura de Texas, escribió en 2018 un editorial en Los Angeles Times titulado «Es hora de descolonizar ese programa». En este estudio postuló que si la academia continuaba ensalzando las obras de hombres blancos como lo más alto de la literatura, también seguiría defendiendo la supremacía blanca.
En este ensayo, DeChavez señalaba algo muy potente: cuando se enseña mayoritariamente obras de hombres blancos, se perpetúa la falsa percepción de que sus voces son las más importantes y que son las únicas que han dado forma a los Estados Unidos. Argumentaba DeChavez, que no deberíamos privilegiar las voces blancas y los valores occidentales (heterosexualidad, cristianismo, masculinidad, blanquitud, etc.), ya que estos se convierten en los estándares por los cuales somos educados y socializados. Más bien, deberíamos de buscar y priorizar intencionalmente las voces, las opiniones y las perspectivas de «los otros» y agregarlas a nuestra educación y pedagogía, a nuestras estanterías y a nuestras prácticas profesionales.
«Visualizo un futuro en el que podamos enumerar nombres de escritores indígenas y de personas racializadas tan o hasta más rápido, que las de autores-hombres-blancos», escribió DeChavez. “Claro que Emerson tenía obras maravillosas, El espíritu de la naturaleza me dejó alucinada cuando era adolescente, pero ¿has leído a Leslie Marmon Silko o LeeAnne Howe? ¿Y Jesmyn Ward o Gloria Anzaldúa o Erika Wurth o Kiese Laymon o Tarfia Faizullah? No sólo me dejaron boquiabierta, sino que cambiaron mi vida.»
Un proceso continuo
La idea de descolonizar ha cobrado especial importancia en las bibliotecas en los últimos años, en medio de los movimientos de justicia social y racial vividos recientemente. Pero, ¿qué significa descolonizar una biblioteca o una editorial y cómo se hace?
La descolonización no pretende excluir. Cuando hablamos de descolonizar un plan de estudios, o nuestras bibliotecas, editoriales o profesiones, de lo que estamos hablando es de descentralizar la blanquitud y de ser más inclusivos con las voces racializadas y con las voces que representan perspectivas diversas.
La descolonización no es un proceso sencillo. No puedes darle a un interruptor y olvidarte. Se trata, más bien, de un proceso que tendremos que visitar con frecuencia para asegurarnos que estamos actualizados sobre nuestro campo, así como sobre los cambios más profundos que ocurren en el mundo.
También es personal. Cada uno de nosotros debe hacer el trabajo necesario para desarrollar empatía, competencia cultural, alfabetización racial, humildad intelectual y una práctica culturalmente receptiva. Esto requiere que todo el mundo participe en una autorreflexión crítica, es decir, en la investigación y la contemplación de quién eres como persona, de quién eres como profesional y cómo la convivencia de estas identidades puede influir en tus acciones. Esto es algo que necesitas saber y comprender para trabajar hacia la descolonización.
También reconocer que el trabajo hacia la equidad y la inclusión ocurre en múltiples niveles a la vez: en el nivel micro, a través de la autorreflexión crítica; en el nivel meso, haciendo cambios en nuestros lugares de trabajo y cambios profesionales; y a nivel macro, entendiendo lo que está sucediendo en nuestras comunidades y en la sociedad en general.
El proceso de descolonización también es colaborativo. En mí docencia e investigación cuento muchas historias y les pido a mis alumnos que también las cuenten. Hablamos intencionalmente sobre el racismo y otros temas difíciles. Y juntos nos involucramos en una autorreflexión crítica. Nuestros usuarios, estudiantes y clientes están lidiando con diferentes frentes en sus vidas, y es importante que nos tomemos el tiempo para escucharlos, aprender a considerar a las personas de manera integral y a tratarnos unos a otros como seres humanos. Sólo entonces podremos revisar y volver a visualizar nuestras culturas organizacionales, incluidas las políticas que rigen nuestras organizaciones, así como nuestras prácticas cotidianas.
Una pregunta simple
Sin duda, el trabajo de descolonización puede resultar incómodo y, a veces, doloroso. Se necesita paciencia y perseverancia para desarrollar la competencia necesaria para tener las conversaciones necesarias. Y para tener éxito, debemos ser firmes en incorporar de manera consistente y adecuada diversas perspectivas en nuestro trabajo diario y ser conscientes de comunicar los backgrounds de las diversas personas y culturas, que mejoren nuestra perspectiva.
Como profesionales de la biblioteca y de la edición, debemos mantener conversaciones honestas y directas sobre el antirracismo, la equidad y la inclusión. Debemos reconocer nuestro papel como guardianes del privilegio de las normas occidentales. Es momento de dejar de privilegiar el «canon» o de mantener el status quo. Debemos dedicar un tiempo significativo y sustancial a discutir los problemas de diversidad de nuestro campo, nuestros sesgos implícitos y el lenguaje que usamos. Específicamente, debemos reconsiderar cómo pensamos y hablamos sobre el racismo sistémico, de la inequidad y de cómo se integra en la infraestructura de nuestra sociedad.
Este trabajo puede ser un desafío, sobre todo a la hora de reconocer el papel que jugamos implícita y explícitamente en el mantenimiento del status quo en la desigualdad social. Pero no lo tenemos que hacer en soledad. ¿Por qué no traer expertos para ayudar en el aprendizaje y en la comprensión de estos nuevos modelos? Ya sea un colega, un video o una charla TED – escuchar a otras personas contar sus historias puede ayudar con el desarrollo de la empatía y la humildad cultural.
Pensemos también en una auditoría de diversidad para su organización. Descubriremos exactamente dónde nos encontramos y conoceremos fortalezas y debilidades antes de decidir qué cambios deben realizarse. La capacitación sobre sesgos implícitos para los comités de búsqueda y contratación puede ayudar a su organización a crear un entorno que pueda atraer y, lo que es más importante, retener a profesionales diversos.
Si nos sentimos sobrepasados hagámonos una simple pregunta: ¿estamos ayudando o estamos haciendo sufrir? En última instancia, de eso se trata nuestro trabajo: de ayudar a todo el mundo a tener una vida lo más equitativa posible.
Nicole A. Cooke es Catedrática de Augusta Baker y Profesora Asociada en la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad de Carolina del Sur. Sus intereses de investigación y enseñanza incluyen equidad, diversidad, inclusión y justicia social en la Bibliotecología, estudios críticos de información cultural, comportamiento de información humana y consumo y resistencia a las noticias falsas.
Honestamente pienso que no todo es blanco o negro, que en cada espacio existe una realidad diferente y que no creo que fomentar cualquier contenido cultural sea negativo. Desde las bibliotecas, por ejemplo, debemos democratizar los contenidos de manera que sean lo más variados posibles, pero nunca intentar que nuestros usuarios se decanten por unos u otros. El estudio de los distintos contenidos y el criterio personal harán que cada individuo genere sus propias conclusiones y nunca serán erróneas porque cada persona somos una entidad distinta a las demás. Pensar diferente genera riqueza. En lo que, tal vez, deberíamos hacer hincapié es en la idea de respetar las opiniones de los demás.
Gracias por tu respuesta, Juan. Te animo a que sigas investigando sobre qué implica descolonizar las instituciones porque nada tiene que ver con hacer que un usuarix se decante por una u otra cosa. Un saludo.