Las 16 citas del Library Walk en Nueva York

NYPLLa primera vez que visité Manhattan tenía claro cuál era mi destino principal: la Biblioteca Central de Nueva York. Quería contemplar ese edificio majestuoso, sus leones en la puerta y sus salas de lectura abarrotadas de gente, como había visto tantísimas veces en el cine.

Al bajar en Grand Central, una siente una emoción que ensancha el pecho por la belleza de esta estación de trenes, por el ajetreo de los cientos de personas que recorren su vestíbulo y sus sus avenidas colindantes (Lexington o Madison) por la belleza de los rascacielos (ahí está el precioso Chrysler, que creo que es mi favorito de entre todos los que le dan entidad a ese skyline que representa esta ciudad) y porque poco a poco vas sintiendo la fuerza de la biblioteca central de NY, un paraíso para todos los que amamos las bibliotecas.

Mi sorpresa al llegar a la 41th street, entre las avenidas Park y Fifth, fueron las numerosas placas que van allando el camino hacia la biblioteca, poniendo en contexto a caminante, diciéndole que siga, que va por buen camino. Todo un desafío para esta ciudad en la que todo el mundo parece tener prisa, hablando por el teléfono móvil mientras van bebiendo un café y diciendo un fuerte “Excuse me” a cualquiera que ose pararse. Así que si tenemos el privilegio de parar y fijarnos en el suelo, veremos unas plaquitas de bronce con frases míticas que diseñó un artista llamado LeFevre, citando e ilustrando a 45 escritores (11 mujeres y 34 hombres) de 11 países, que abarcan 20 siglos. La Grand Central Partnership (GCP), una organización sin fines de lucro comprometida con la revitalización del vecindario alrededor de la Terminal Grand Central, concibió el proyecto a principios de los años noventa. Las citas se enviaron por bibliotecarios de Nueva York e hicieron la selección final expertos literarios convocados por el GCP, la Biblioteca Pública de Nueva York y la revista New Yorker. Después de 10 años y más de $100,000, este Library Way se inauguró en mayo de 2004.

A continuación, voy a compartir las 16 últimas frases, del total de 95 placas, que vemos desde Grand Central hasta una de las bibliotecas más impresionantes del mundo. Espero que las disfrutéis tanto como yo en estos paseos otoñales que me estoy regalando por la Gran Manzana.

Todo es sólo por un día, tanto lo que se recuerda como lo que se recuerda.
Si no dices la verdad sobre ti mismo, no puedes contarla sobre otras personas.
No sé qué es más desalentador, la literatura o las gallinas.
… la lectura de buenos libros es como una conversación con los mejores hombres de los siglos pasados.
John Ruskin (1819-1900)
Porque todos los libros son divisibles en dos clases, los libros de la hora y los libros de todos los tiempos. Marca esta distinción, no es sólo de calidad. No es simplemente el libro malo lo que no dura, y el bueno lo hace. Es una distinción de especie. Hay buenos libros para la hora, y buenos para todos los tiempos; Libros malos para la hora, y malos para todos los tiempos.
El ave que se elevaría por encima del nivel llano de tradición y prejuicio debe tener alas fuertes.
Donde la prensa es libre y cada hombre capaz de leer, todo está a salvo.
Las observaciones no son literatura.
Escribir tu nombre puede llevar a escribir frases. Y lo siguiente que harás es escribir párrafos y luego libros. ¡Y entonces tendrás tantos problemas como yo!
Aquellos de ustedes, perdidos y anhelando ser libres, que oyen estas palabras, anímense. Estuve en un tiempo en tantos borradores como ustedes. Pero brevemente, esencialmente, aquí estoy… Quien toca este poema, toca a una mujer.
Todo es solo por un día, tanto lo que se recuerda como lo que es recordado.
La verdad existe. Sólo hay que inventar la falsedad.
Todas las cosas son palabras del idioma en que Alguien o Algo, noche y día, escribe esa infinita algarabía que es la historia del mundo. En su tropel pasan Cartago y Roma, yo, tú, él, mi vida que no entiendo, esta agonía de ser enigma, azar, criptografía y toda la discordia de Babel.
Un gran libro debería dejarte con muchas experiencias, y un poco agotado al final. Vives varias vidas mientras lo lees.
Porque cuando leo, realmente no leo; Me meto una hermosa frase en la boca y la chupo como una gota de fruta, o la bebo como un licor hasta que el pensamiento se disuelve en mí como alcohol, infunde cerebro y corazón y avanza por las venas hasta la raíz de cada vaso sanguíneo.
El conocimiento de diferentes literaturas libera a uno de la tiranía de unos pocos.

Irene Blanco

Codirectora de BiblogTecarios. Irene Blanco es documentalista, especialista en transformación digital y activista bibliotecaria. Escribe desde 2010 en Biblogtecarios sobre bibliotecas, comunidades e Internet.

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