Lo que los libros dicen de nuestros personajes favoritos

Hay libros que inspiran películas, libros que provocan viajes o cambios de rumbo en la vida, libros que te llaman o se recomiendan después de una visita a un lugar o de ver una serie, libros que se compran porque los lleva un famoso o alguien a quién admiras. Sin embargo, poco se habla de los títulos que aparecen en las pantallas (quizá algún lector se recuerde girando la cabeza para intentar ver fuera de foco qué otros libros hay en una estantería, repisa o mueble) o en las páginas de nuestro relato favorito.

Hace poco una librera comentaba que el inusitado interés por un libro de fuera de la mesa de las novedades le llevaba a pensar qué famoso influencer, meme, serie o programa televisivo lo había provocado.

A través de las lecturas de un personaje podemos aprender mucho de ellos. Sus gustos literarios nos pueden indicar su personalidad o su destino. No siempre las referencias son manifiestas pues muchas veces se utilizan de forma sutil para dar pistas a los videntes o espectadores de hacia dónde se dirige la trama o que se pretende con la realización de la película.

Una muestra clara de esto es Apocalipsis Now y El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. En ambas se narra el camino hacia el infierno del protagonista (tanto física como mentalmente). También se puede ver en Harry Potter y el Prisionero de Azkabán, en la que Ian Brown, líder y vocalista de The Stone Roses lee las teorías acerca del tiempo y el espacio (uno de los temas cruciales de esta entrega) de Stephen Hawkins.

En Hot Fuzz, de Edgar Wright, uno de policías lee Cómplice de Iain Banks y al rato otro policía (interpretado por el mismo actor) está leyendo un libro de Iain M. Banks llamado The State of the Art.

Una de mis devoradoras de libros favoritas es Matilda. Sus padres le instan a que vea la televisión y tenga gustos más superficiales pero se impone su carácter rebelde y su instinto de superación. La variedad de lecturas con las que aparece muestran una persona muy curiosa, madura para su edad, independiente de pensamiento, asidua a las bibliotecas y con un gusto muy marcado por los grandes clásicos. La podemos ver leyendo El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett; Grandes esperanzas, Nicholas Nickleby y Oliver Twist, de Charles Dickens; Jane Eyre, de Charlotte Brontë; Tess, la de Urbervilles, de Thomas Hardy; Viaje a la Tierra, de Mary Webb; Kim, de Rudyard Kipling; El hombre invisible, de H. G. Wells; El viejo y el mar, de Ernest Hemingway; El ruido y la furia, de William Faulkner; Alegres compañeros, de J. B. Priestley; Las uvas de la ira, de John Steinbeck; Brighton Rock, de Graham Greene; Rebelión en la granja, de George Orwell ; y Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.

Otras niños muy maduros para su edad son la protagonista de Mi chica, que aparece leyendo Guerra y paz, o Dwayne de la Pequeña Miss Sunshine  que se atreve con Así habló Zaratustra, de Friedrich Nietzsche. Otros pequeños lectores son los protagonistas de Miss Agente Especial (The invisible intruder de Carolyn Keen), El lector (Emilia Galotti de Gotthold Ephraim Lessing) y La princesa prometida (La princesa prometida de William Goldman).

Otras ávidas lectoras son las protagonistas de Las chicas Gilmore. En sus estanterías se encuentran Anna Karenina, de Tolstoy; Sylvia Plath; Beloved, Toni Morrison; Eudora Welty; Crimen y castigo,Fyodor Dostoevsky; James Joyce; J. D. Salinger; Hojas de hierba ,Walt Whitman; Mikhail Bulgakov; Jhumpa Lahiri;Tobias Wolff; Binyon; El segundo sexo, Simone de Beauvoir; Siddhartha,  Hermann Hesse;  F. Scott Fitzgerald; Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides; o Joan Didion. Lisa en Los Simpson, como contrapunto al zafio de su padre,  lee Los hermanos Karamazov, de Dovstoievski; Robert A. Caro; la saga de Harry Potter; William L. Shirer;  Moneyball, Michael Lewis ; Las aventuras de Tintín, Hergé;  Ghost World, Daniel Clowes; Sylvia Plath; Edith Wharton; Las correcciones, Jonathan Franzen;  o John Knowles.

Entre los lectores adolescentes que muestran su rebeldía a través de sus lecturas tenemos El club de los poetas muertos (Hojas de hierba, de Walt Whitman), Heathers [Escuela de jóvenes asesino] (Moby Dick de Herman Melville), Pleasantville ( El amante de Lady Chatterley),  Sister Act 2 (Letters to a young poet), An Education (El rey Lear de William Shakespeare), Diez razones para odiarte (La campana de cristal, de Sylvia Plath), Una educación (El extranjero, de Albert Camus), Clueless [Fuera de onda](Yonqui, de William S. Burroughs), Drácula de Bram Stoker (Arabian Nights de Richard F. Burton), Annie Hall (Death and Western Thought de Jacques Choron y La negación de la muerte de Ernest Becker).

En la segunda temporada de Lost, el personaje de Desmond aparece leyendo El tercer policía, de Flann O’Brien, lo que provocó que se vendiesen más de 10.000 ejemplares los dos días siguientes a la emisión del capítulo. Esta serie está plagada de referencias a libros ya sea en la trama, en los títulos de los capítulos (por ejemplo, A través del espejo, Historia de dos ciudades, Catch-22, Forastero en tierra extraña) o siendo leídos por alguno de los protagonistas (más de 40 títulos). Gracias a Amanece que no es poco muchos han leído Luz de agosto de William Faulkner y  Ada o el ardor, de Vladimir Nabokov.

La ladrona de libros rescató de entre las cenizas El hombre invisible; el padre de Poltergeist lee Reagan: The Man , The President, de Hendrick Smith; John Travolta en Pulp Fiction se lleva al baño el cómic Modesty Blaise, de Peter O’Donnell, en el que una joven con un misterioso pasado vive al límite mientras intenta olvidar su pasado criminal; Don Draper en Mad Men, Meditaciones en una emergencia, de Frank O’Hara o Éxodo, de Leon Uris o El espía que surgió del frío, de Le Carré.

¿Qué libros recuerdas haber visto en una película? ¿Has ido a por alguno a la biblioteca después de verlo?

 

Inma Herrero

Documentalista, lectora voraz, curiosa empedernida. Intento aprender algo nuevo cada día y me encantan los retos. Mis áreas de interés crecen porque no hay nada que me guste más que el mundo en el que habito.

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