Calypso

Me resulta difícil comenzar la reseña de Calypso, de David Sedaris. Quiero recomendar encarecidamente la lectura del libro pero me viene la necesidad de no contar nada sobre él para no estropear el momento. Dan ganas de que se reduzca a un “no te voy a decir nada, tú léetelo”. Y sería el mejor consejo.

Sin embargo, no puedo hacerlo.  La primera vez que me lo topé, me gustó y me intrigó la portada (hasta un poco más de la mitad de la lectura no encuentras el sentido). La segunda, me llamó la atención la alegría de la editorial por publicarlo.  En la tercera ocasión, ya no me pude resistir: denominaban al autor el Mark Twain contemporáneo.

No sé si os ha pasado alguna vez que os guste tanto un libro que no lo queráis terminar y leáis las últimas páginas lenta y pausadamente para que dure más y una vez finalizado paséis por un pequeño duelo. Eso me pasó a mí (y hacía muchísimos años que no me ocurría) con Guía para viajeros inocentes de Mark Twain. Lo leí hace pocos meses y desee haberle tenido como compañero de viaje (tengo la convicción de que de vez en cuando me sacaría de quicio pero me iban a compensar las risas, la aventura y el disfrute). No os quejéis, dos recomendaciones en una: Mark Twain y Sedaris.

Ambos comparten el hacer diarios que no son diarios u obras literarias con sus aventuras y desventuras que son más que una compilación de anécdotas. Se ríen de sí mismos con una finura descarnada y un humor incisivo que disecciona su entorno con una precisión de cirujano.

Mark Twain nos describe Europa y Oriente Medio a mediados del siglo XIX y retrata a sus compañeros de viaje de forma irreverente y corrosiva. Sedaris narra el aburguesamiento de su vida una vez que ha llegado a la mediana edad. En un lado tenemos el exotismo de otras culturas y de tus compañeros de viaje y del otro la vida cotidiana y una familia numerosa de clase media norteamericana.

Aunque Sedaris incluye retazos de su vida en el norte de Francia o West Sussex con su pareja el pintor Hugh Hamrick, la mayor parte de los relatos se desarrollan en la casa de la playa situada en Carolina del Norte que compró para pasar temporadas con su familia y recordar los veranos de su infancia cuando veraneaban todos juntos en el lugar. No tiene piedad consigo mismo y cuenta del modo más descarnado posible no sólo las situaciones ridículas que le ocurren en el ámbito laboral o familiar o las pequeñas representaciones teatrales que realizas ante los demás para aparentar una vida más feliz o atractiva sino los hechos más trágicos de su vida (la muerte y alcoholismo de su madre, el suicidio de su hermana o el distanciamiento o falta de entendimiento con su padre). Tan pronto estás leyendo el comportamiento neurótico que ha desarrollado tras comprar un Fitbit o la locura consumidora de elementos extravagantes de su familia en Japón como reflexiona sobre la legalización del matrimonio gay o el triunfo de Trump en las elecciones.

El estupor, el dolor y la melancolía vertebran la obra pero el humor caústico, la mordacidad, la hilaridad y la ágil narrativa te impiden caer en ello. Su sinceridad te desarma pero el tono te eleva y minimiza la gravedad y el impacto de lo que está contando. Esa forma de presentar las idiosincrasias y miserias propias y ajenas recuerdan mucho a la primera parte de la filmografía de Woody Allen.

Cualquier lugar y momento es bueno para leer a David Sedaris. Si no estás de humor, te lo pondrá él. Y si estás de humor, reflexionarás. Ambas cosas nunca vienen mal. Corran a la librería y disfruten.

Referencia bibliográfica:

Calypso. David Sedaris. Barcelona: Blackie Books, 2020. 260 p. ISBN: 978-84-17552-95-4

Inma Herrero

Documentalista, lectora voraz, curiosa empedernida. Intento aprender algo nuevo cada día y me encantan los retos. Mis áreas de interés crecen porque no hay nada que me guste más que el mundo en el que habito.

2 respuestas a «Calypso»

    1. No te vas a arrepentir, Marta. Tenía el libro lleno de marcas para poner extractos y había hecho un resumen un poco extenso pero en el último momento no quise ponerlo. No quería romper la magia de la primera lectura. Yo no sabía nada de Sedaris así que el primer contacto con él ha sido sorprendente y quería que todo el mundo tuviera esa misma experiencia. Así que gracias por decirme que he conseguido animar a su lectura. ¡Disfrútalo!

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