Una biblioteca entre las olas

El concepto «biblioplaya» ya es conocido por usuarios y profesionales del sector. Lo que no nos imaginábamos es que, más allá de la sombrilla, las tumbonas y un calor sofocante, se encuentra una nueva idea de biblioteca frente al mar. Y en eso estaba pensando el estudio Vector Architects cuando se propuso construir un centro bibliotecario en un lugar que, si no nos adentramos más allá, puede resultar algo inhóspito.

La playa, cuyo nombre es Nandahie, se encuentra nada más y nada menos que en la República Popular China, y lo que pretendían sus propulsores no era otra cosa que unir lectura y mar. Es decir, que hubiese una conexión directa entre el océano y la cultura.

Lectura y mar: la unión perfecta

El concepto es bien sencillo: disfrutar del mar mientras se hace uso de la biblioteca. Ya sea leyendo, estudiando o consultando cualquier catálogo. Pero eso no es todo, los servicios adicionales de los que dispone se inclinan también por la paz y la armonía. Con una sala de meditación, un bar, una zona de descanso y una sala de actividades diversas.

El edificio en sí es puro hormigón, pero está recubierto de madera cuyo objetivo no es otro que conectar con la naturaleza, o al menos es lo que este grupo de arquitectos pretendía cuando la construyó. Pero lo que realmente llama la atención de esta biblioteca es el acceso. El usuario debe andar 30 metros por la orilla del mar hasta llegar al edificio. Y eso no es todo, y es que, una vez dentro se puede sentir el sonido de las olas al romper contra la orilla debido a sus aperturas en techos y paredes lo que hace la lectura aún más placentera si cabe.

Acceso para todos

Cabe destacar que la entrada es gratuita, lo cual dice mucho de una China cada vez más capitalista. Los fondos son algo escandalosos: más de 10 millones de libros. Pero no es de extrañar en un país en el que son 1.300 millones de habitantes, y en aumento.

Además,  la biblioteca se encuentra en Qinhuangdao, una zona que destaca por ser una de las zonas más turísticas del país, y que, anualmente, cuenta con 30 millones de viajeros en su época estival. Lo cual beneficia gratamente a la biblioteca, en cuanto a demanda se refiere.

Desde luego, una manera de relajarse, y disfrutar del mar, mientras nos recreamos en otro de nuestros pasatiempos favoritos: la lectura. ¿No os parece?

Fuensanta Martínez

En este blog pretendo dejar mis inquietudes sobre la que viene siendo mi profesión actual, documentalista web, sin embargo trataré otros temas dentro de la rama de la Biblioteconomía y la Documentación, basándome tanto en las opiniones de usuarios como de profesionales de la información, además de añadir mi opinión sobre nuevas perspectivas que vayan apareciendo.

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