En mi último post hice hincapié sobre la necesidad de formar a usuarios para un acceso correcto a la información. Pues bien, esta formación no sería posible si al profesional antes no se le inculcara cómo hacerlo.
Está claro, que este es el siglo del conocimiento, y que la información en estos momentos es el motor de la sociedad. Pero si esa información no se sabe cómo tratar o se trata de manera arcaica es probable que se pierda o simplemente ni se cree.
Por ello, en los últimos años se está intentando formar de manera continua a los profesionales de la información. Porque al igual que la sociedad evoluciona a pasos agigantados la información también lo hace, y no podemos quedarnos atrás en este proceso.
Existen sectores dentro de nuestra profesión que son reacios a seguir formándose, creen que ya lo saben todo y que no necesitan continuar con su aprendizaje. Está claro que se equivocan en la mayoría de los casos. Si la sociedad dejara de aprender (ya no hablo sólo a nivel profesional) esto sería un caos, no habría evolución y por tanto no existiría mejora.
Sin ir más lejos, una biblioteca informatizada requiere una formación por parte del personal que la gestiona, éstos adquirieron conocimientos para llevar a cabo el funcionamiento del sistema de gestión bibliotecaria. Aquí ya se plantea la formación a profesionales…pero vamos a ir más lejos: ¿y si se hiciese de forma continua?
Está claro que una persona mejor formada es aquella que investiga continuamente, que adquiere conocimientos regularmente, que mejora en definitiva, porque aprender nuevas técnicas o nuevos avances en el tratamiento de la información no va a ser nunca negativo, al revés, resulta beneficioso y hace que nos sintamos realizados.
Por eso la formación continua ha de hacerse cada día, porque nadie mejor que el profesional mismo para entender sus necesidades, por ejemplo, en el caso del bibliotecario/a, él es el que está en contacto directo con el usuario y sabe qué necesita para satisfacer a éste en cada momento. Además es recomendable la actualización a través de revistas especializadas, congresos, etc.; mediante publicación de artículos o ponencias en el caso de los congresos.
Es más, si uno se cree capacitado, puede incluso formar a sus propios compañeros con conocimientos que bien ha adquirido de manera autodidacta o mediante alguna formación que haya obtenido con anterioridad.
También influye en cuanto a curriculum se refiere, es decir, contratarán antes a una persona que está en constante aprendizaje que a una persona que, profesionalmente, se ha quedado estancada.
Sé que es difícil estar a la última y que existen sectores en los que simplemente no se requiere una formación muy actualizada, pero eso no quiere decir que debamos dejar de aprender, ya que es beneficioso tanto para nuestro entorno como para nosotros mismos.