Cuando nuestra biblioteca personal aumenta y se vuelve más diversa (con cuentos infantiles, libros de recetas o periódicos antiguos) es el momento de ponerla en orden y, si se desea, que pase a ser una biblioteca familiar y accesible para todos los componentes de la familia.
Para ello, se debe disponer de una colección variada que cubra las distintas necesidades de lectura en los diferentes rangos de edad de los que se compone el núcleo familiar. Además, es importante que los libros se encuentren organizados, pero no es necesario que se aplique una clasificación compleja, recordemos que es una biblioteca familiar sí, pero para nuestro uso personal.
A lo que hay que añadir que es una buena forma de divertirnos en familia y fomentar la lectura. Así como de aprender a restaurar, clasificar y amar a los libros. Un bien preciado que seguro los más jóvenes de la casa trasladarán a la biblioteca pública en un futuro no muy lejano.
De hecho, es habitual confundir el concepto de biblioteca familiar con biblioteca personal, pero es por la semejanza de sus fondos y porque de alguna forma estos dos tipos de biblioteca se complementan. Lo cual nos lleva a la importancia de poseer una colección variada y que cubra las necesidades correspondientes a la edad de nuestros hijos, así como un pequeño apartado para obras de referencia, periódicos, manuales, guías, etc.
Condiciones básicas para una buena gestión de la biblioteca familiar:
- Colección variada y adaptada. Es importante hacer hincapié en que, si la colección de libros no está adaptada al entorno familiar, puede que el niño no se interese por la lectura. Esto es, debemos de ser más abiertos a colecciones diversas y que no esté presente la premisa “no tocar los libros de papá y mamá”. Porque lo verán como algo prohibitivo y por tanto no tomarán conciencia de ello. Por eso se debe crear una colección de libros para jugar o para hacer cosas en familia (juegos, recetas, inventos publicaciones periódicas infantiles y juveniles)
- Una buena organización de todo el fondo.Esto es importante porque, además de poder acceder rápidamente a la colección, el niño aprende métodos de organización que podrá aplicar en la vida cotidiana o en cualquier biblioteca pública. Con un método de clasificación sencillo bastará. Podemos clasificar la colección por obras literarias (cuentos, novelas), obras de consulta (diccionarios, enciclopedias) y revistas o comics.
- Llevar un registro. Como sugerencia, y también para que adquieran la importancia de cuidar su fondo y por tanto de la biblioteca familiar, se puede llevar un pequeño control del uso del fondo, anotando autor y título, si ha sido prestado, etc.
Es una buena forma de inculcar desde la infancia el respeto y el valor por la biblioteca. ¡Y qué mejor manera que empezando desde casa!
¿Y tú?¿Tienes una biblioteca familiar? ¡Cuéntanoslo!