¿Qué es eFilm Canarias?
La era digital en la que nos hallamos inmersos ha provocado una transformación total en el funcionamiento y los servicios bibliotecarios y esto está afectando tanto a la información como a su modo de acceso y transmisión.
Internet se ha convertido en la herramienta casi imprescindible para realizar el trabajo bibliotecario y como vehículo de comunicación con los usuarios. Estos últimos no solo utilizan la Red para interactuar con nosotros (OPAC online, control del préstamo, demandas de novedades, redes sociales, etcétera), sino que también han encontrado en ella una respuesta a otras necesidades, derivadas de la conducta tecnológica de las bibliotecas y de explotar al máximo las oportunidades que ofrece aquella.
Si nos paramos a reflexionar, la implantación del mundo digital ha sido de la noche a la mañana, pero nuestra percepción temporal es que esto sucedió hace mucho tiempo. En realidad, solo hemos dado los primeros pasos, lo cual es perceptible en el mundo bibliotecario, donde aún estamos experimentando con muchos servicios, ya que es evidente que también queda mucho por cubrir y mucho por crear.
En este sentido, las bibliotecas públicas municipales de Canarias (España) han dado un salto cualitativo en relación a los avances de sus prestaciones digitales, implementado a través de la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias una plataforma denominada eFilmCanarias, que sirve para que los usuarios de la Red de Bibliotecas de Canarias puedan acceder al préstamo y visualización online de material audiovisual.
Dicha plataforma ha sido desarrollada por Infobibliotecas e integrada en AbsysNet y supone la materialización de lo que ya en 2016 se anunciaba desde la empresa Baratz como la eminente llegada del «préstamo del vídeo online».
El caso canario es casi pionero en España, ya que solo hay dos comunidades autónomas más que lo hayan puesto en marcha: Murcia (eFilmMurcia) y Euskadi (eFilmEuskadi), a lo que se suma una prueba a pequeña escala en el municipio madrileño de Torrelodones (eFilmTorredolones).
De manera paralela, esta novedad lleva aparejada el afianzamiento del cambio en la definición tradicional de lo que es un usuario de una biblioteca y sus necesidades informativas, la potencialidad que ofrece la Red para fines culturales y la redefinición de los actuales servicios bibliotecarios, donde lo digital es ya imprescindible, lo cual nos debe ayudar a reflexionar hacia dónde va nuestra profesión y cómo se transforma a media que también lo hace la información.
¿Qué cambios lleva aparejados eFilm?
eFilmCanarias supone otro adelanto en el sector de la Información y la Documentación en el ámbito del archipiélago canario y se suma a la proyección de las prestaciones bibliotecarias en torno a las nuevas tecnologías de la información. De este modo, constituye otro paso más en el conjunto de cambios que se están produciendo tanto en la sociedad del conocimiento como en nuestro ámbito de trabajo, pero sobre todo en las demandas informativas de los usuarios y en cómo circula la información.
En su momento, eBiblio, la plataforma de préstamo de libros electrónicos y cuyo proyecto fue impulsado por la Secretaría de Estado de Cultura, revolucionó multitud de conceptos como los de espacio, tiempo, desplazamiento, accesibilidad y disponibilidad, entre otros. No se trataba únicamente de esa lucha —aún con perspectivas de eternidad— entre si era mejor el soporte digital o el papel, sino que abrió las puertas a un nuevo universo donde podíamos disfrutar de un mismo tipo de información en soportes y formatos distintos, con lo cual se agrandaba el radio de acción cultural del servicio bibliotecario y se lograba una respuesta e interactuación más amplia.
Frente a los valores cuantitativos de la plataforma, centrados en los miles de títulos que tiene disponibles para su préstamo online, quiero resaltar lo que considero valores cualitativos, directamente relacionados con ese proceso de la expansión de la información digital y cómo afecta a las bibliotecas en su relación directa con la sociedad.
— cambio en el modelo de usuario tradicional de las bibliotecas
Nos hemos acostumbrados a la imagen tradicional de la presencia física de los usuarios, sentados durante horas en los lugares habilitados en las bibliotecas para la lectura o para conectarse a Internet, entre otras cosas. Este cliché se está viendo superado ampliamente por la progresiva aparición del «usuario virtual», es decir, aquel que solo aparece ocasionalmente o prácticamente nunca por la biblioteca, salvo para inscribirse en ella con el fin de acceder a las plataformas ya mencionadas.
eBiblio y eFilm comparten el mismo patrón: el usuario virtual que demanda información digital de manera remota, haciendo uso de la Red, sin desplazarse hasta la biblioteca. Su relación se establece con dicha plataforma, que le da la suficiente entidad para sentir que verdaderamente pertenece a una biblioteca (porque efectivamente es así), y no por ello debemos menospreciarlo, sino valorar que está haciendo uso de ese servicio con unos fines precisos para su desarrollo personal y profesional.
Esto está provocando que no nos interrelacionemos asiduamente con una cierta cantidad de nuestros usuarios, que han encontrado en eBiblio y eFilm muchas respuestas a sus necesidades, mostrándose poco proclives a utilizar físicamente la biblioteca. De hecho, a veces solo intercambiamos con ellos algunas impresiones en el momento en que se inscriben en nuestro centro de trabajo para el fin referido. Aún así, otro parte de la población sí convive entre lo físico y lo digital, entre hacer del espacio tradicional que ocupa aquella una necesidad básica para desarrollase y disfrutar en su casa de la biblioteca virtual.
— cambio en el préstamo del soporte tradicional de los materiales audiovisuales
Nos costó dejar atrás los sistemas VHS y Beta y el DVD nos pareció la solución eterna para visualizar contenidos en alta calidad, acrecentado aún más con el Blu-Ray. Aún así, todos esos avances se han quedado ya prácticamente obsoletos porque la información del presente y del futuro solo tendrá una vía de comunicación: la Red.
Las bibliotecas han incorporado muchos materiales audiovisuales en soporte físico a sus fondos, pero ahora se abre el interrogante de qué utilidad tendrán porque, a día de hoy, siguen condicionados tanto a la necesidad de contar con un aparato reproductor por parte del usuario como a la obligación de este último de desplazarse a la biblioteca para conseguir el disco físico, en el que se almacena el material en cuestión.
eFilm rompe totalmente con esa realidad, ya que los audiovisuales son accesibles directamente desde Internet, tienen calidad digital, el fondo común se ve incrementado progresivamente con numerosos títulos (algunas bibliotecas tenían pocos recursos económicos para adquirir materiales de este tipo) y es un servicio de veinticuatro horas, que supera el aislamiento geográfico de potenciales usuarios que antes, por diversas cuestiones (familiares, económicas, profesionales, etcétera), no hacían uso de la biblioteca.
— freno directo a la piratería
Aunque no lo creamos, este proyecto, lo mismo que eBiblio, influye en el descenso en la piratería informática. Los usuarios de eFilm no perciben la plataforma como una entidad desde donde pueden descargar películas de manera ilegal y sin coste alguno, sabiendo que en sí mismo su actitud sería contraproducente.
Por el contrario, aquella se convierte en un nexo cultural común, con un carácter socializador, donde se accede a los contenidos de una manera legal y se valoran los mismos con la garantía de que no se están vulnerando las leyes, que su sostenimiento se está afrontando con dinero público y que ya no es necesario poseer ni almacenar físicamente materiales obtenidos de esa forma ilegal porque muchos ya están a su disposición en la Red y de manera gratuita.
— más acceso directo, universal y democrático a la información
La información no es gratuita, al menos desde mi perspectiva, en vista de cómo funciona esta sociedad, donde todo tiene un precio. El hecho de poner en funcionamiento otro proyecto digital, cultural, público y abierto como es eFilm ha supuesto un nuevo paso en garantizar el acceso a la información para todas las personas, sin distinciones de ningún tipo, es decir, las bibliotecas somos aún más proclives a una universalización del conocimiento.
No obstante, el principal hándicap es disponer de conexión a la Red y de un dispositivo para visualizar los contenidos de la plataforma. El servicio está creado para dar una respuesta efectiva, pero muchas familias, debido a su situación económica, no cuentan en sus hogares con dispositivos de visualización (ordenador, tablet, etcétera) para este fin y las bibliotecas no tienen la capacidad para absorber esta demanda de manera alternativa.
Conclusión
Las bibliotecas se están adaptando cada vez más rápido a la información digital y han encontrado en este sector un nuevo servicio que contribuya a ampliar su radio de acción. La plataforma eFilm Canarias es el ejemplo de cómo la Red puede contribuir a ese objetivo, pero también la garantía de un acceso más amplio, eficaz y democrático a los contenidos audiovisuales, basado en un préstamo común centralizado.
¿Y cómo se gestiona la colección? ¿Quién es su propietario? ¿Dónde queda la misión «conservadora” de las bibliotecas?
Debemos seguir dando pasos hacia delante pero, como bibliotecarios, no podemos dejar de mirar atrás de vez en cuando.
Buenos días David.
Las cuestiones que planteas son bastante interesantes e inciden en otros aspectos que normalmente no se hablan de este tema.
Hay que entender que existe una diferencia entre el fondo audiovisual de una biblioteca en concreto y este fondo que es eFilm, que tiene un carácter común para toda una red de bibliotecas. Por tanto, quien lo gestiona no es esa biblioteca ni ninguna otra de las que componen dicha red, sino el Gobierno de Canarias, en el caso concreto de eFilm Canarias, que es igualmente aplicable a su implantación en el resto de comunidades autónomas del país. Esto provoca que su propiedad y gestión no sea de las bibliotecas, sino de dicha institución, que adquiere las oportunas licencias y selecciona los títulos en cuestión.
Como bien señalas, la misión «conservadora» de la biblioteca no desaparece porque cada biblioteca gestiona su propio fondo de materiales audiovisuales. El cambio tecnológico y de circulación de la información ha provocado que lo digital se incorpore a nuestros servicios bibliotecarios y los materiales físicos deben convivir con los de formato electrónico, formen parte o no del fondo de la biblioteca en cuestión. Nuestra misión o deber no cambia, sino que se transforma como lo hace la sociedad.
Gracias por leer el post y por las cuestiones que planteas.
Saludos,
Francisco Javier León Álvarez