Por Marta Piñera González.
Se desprende del Manifiesto de la Unesco de 1994 que entre las principales finalidades de la Biblioteca Pública se encuentra garantizar a todos los ciudadanos, sean particulares, agrupaciones o empresas, el acceso a la Información, así como prestar apoyo tanto a la educación formal como a la autoeducación.
Entendida como un espacio de reunión y colaboración entre ciudadanos, instituciones y centros locales, la Biblioteca adquiere un papel activo en la vida de la comunidad a la que presta servicio. Su integración e implicación en el vecindario como centro comunitario y punto de encuentro social hacen que la Biblioteca se escriba con b de barrio.
¿Qué aporta la biblioteca al barrio?
Para intentar responder esta pregunta me voy a centrar en dos bibliotecas pertenecientes a la Red Municipal de Bibliotecas Murcia (RMBM): Las Biblioteca Municipales de Espinardo y San Basilio.
Al acercarme a la biblioteca Municipal de San Basilio, lo primero que llama mi atención es la fachada del edificio dónde se ubica, que cumple con otra de las finalidades de la Biblioteca Pública según la UNESCO, facilitar el acceso a la expresión cultural de todas las artes del espectáculo. La parte más visible de la fachada está decorada con una inmensa obra vanguardista del grafitero brasileño Eduardo Kobra quien rinde homenaje a Salvador Dalí.
La biblioteca se encuentra totalmente integrada en el casco urbano. Desde el año 2003 se sitúa en la primera planta del Centro Municipal “Puertas de Castilla”, muy cerca de tres institutos y de la Escuela Oficial de Idiomas, lo que lleva a que sus usuarios más asiduos sean estudiantes de entre quince y veinticinco años, aunque según sus estadísticas también un buen sector de usuarios mayores de treinta utiliza regularmente tanto el servicio de préstamo como la hemeroteca.
Al acceder hasta la primera planta, dónde se sitúa la sección juvenil y de adultos, soy atendida muy amablemente por la encargada. Al contarle el motivo de mi visita, explica orgullosa el funcionamiento y las labores diarias que realizan.
Me muestra la sala infantil, situada en la entreplanta del edificio, dónde llevan a cabo diferentes actividades orientadas a los más pequeños de la comunidad como las de animación a la lectura. Entre el resto de sus muchas actividades las más representativas son las de acción social que vienen realizando con colectivos y asociaciones locales. Buen ejemplo de ello es el Club de Lectura Fácil que realizan en colaboración con ASSIDO (Asociación para personas con síndrome de Down.) Se trata de un encuentro literario puesto en marcha por la Federación Plena Inclusión de la Región de Murcia en el que se leen libros y otros textos, como noticias, adaptados especialmente a los usuarios que tienen dificultades de comprensión lectora. Aunque la Lectura Fácil no se dirige exclusivamente a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, también se pueden beneficiar de esta iniciativa otros colectivos como personas extranjeras que no conocen bien el idioma o personas mayores.
De una biblioteca en pleno centro urbano me traslado a otra ubicada en un barrio de la periferia. El origen de la Biblioteca Municipal de Espinardo se encuentra en la Agencia de Lectura creada en 1982, que estuvo en funcionamiento en la barriada del Espíritu Santo hasta 1990 para fomentar la integración y el acceso a la cultura de las familias de clases menos favorecidas.
Al igual que su compañera de red esta sucursal comparte edificio, estando situada en el complejo deportivo JC1 (primera y segunda planta). Entrando en sus instalaciones lo primero que encuentra el usuario es un punto de interés dónde se exponen algunas de las obras que los usuarios del Club de Lectura Fácil vienen leyendo dos veces por semana. Entre ellas podemos encontrar títulos como Oliver Twist, Moby-Dick, Sentido y Sensibilidad…
Aquí también llevan a cabo esta actividad social, en este caso en colaboración con ASTRAPACE (Asociación para el Tratamiento de Personas con Parálisis Cerebral, Discapacidad Intelectual, Trastornos del Desarrollo, Trastornos del Espectro Autista y Patologías Afines).
El espacio no solo se utiliza para desarrollar actividades directamente organizadas por la propia biblioteca, sino que también se cede a eventos en pro de la comunidad, como los que coordina el Ayuntamiento de Murcia. Desde Informajoven se dirigen Clubs de Idiomas en los que se realizan ejercicios, conversaciones en vivo, talleres, etc. o Programas de Voluntariado que facilitan clases de apoyo académico para colectivos sin recursos. Además de utilizar las instalaciones de la biblioteca estos proyectos aprovechan los recursos que ofrece como obras de consulta, referencia, materiales audiovisuales y multimedia.
Conclusión
Contar con una biblioteca pública en nuestro barrio nos beneficia como comunidad, ofreciéndonos un lugar de estudio, lectura o recreo, pero también de socialización favoreciendo la vida vecinal. Fomentan la relación con los demás, la inclusión y el intercambio cultural, promoviendo todo tipo de identidades.
Tanto niños como estudiantes, pasando por nuestros mayores, personas en riesgo de exclusión social, minorías… cada grupo encuentra en ella un lugar en el que cubrir sus necesidades informativas, formativas y recreativas. Un punto de encuentro en el que acceder a las primeras lecturas, y en el que encontrar apoyo durante la etapa educativa. Una guía donde acceder a todos los servicios de información, para cualquiera de nuestras necesidades.
La biblioteca ofrece un espacio de inclusión, dónde se fomenta la convivencia en el respeto y la tolerancia. Su uso tiene un efecto beneficioso sobre cada uno de nosotros como individuos y, en consecuencia, sobre la comunidad a la que pertenecemos.
Marta Piñera González.
Me gradué en Biblioteconomía y Documentación por la Universidad de Murcia. He trabajado
como Técnico en la Biblioteca Municipal de Cieza. Aunque actualmente mi rumbo laboral ha
cambiado intento seguir ligada al mundo bibliotecario.