¡OJO AL DATO!: ¿De qué sirven tantos datos abiertos si no los explotamos?

Datos abiertos, ¿qué son?

Según la Carta Internacional de Datos Abiertos (Open Data Charter), datos abiertos son datos digitales que son puestos a disposición con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Ortiz de Zárate, señala que los principios de los datos abiertos son los siguientes:

a) Públicos: se recomienda abrir todos los datos públicos.
b) Detallados: publicar relatos originales con el nivel de granularidad más detallado posible.
c) Actualizados: los datos deben ser puestos a disposición de los usuarios con la frecuencia necesaria para que los datos no pierdan su valor.
d) Accesibles: es necesario hacer accesible los datos al mayor número de usuarios posible.
e) Automatizados: los datos deben ser procesados automáticamente, es decir sin intervención humana manual.
f) Sin registro: los datos deben estar disponibles para todo el mundo, sin necesidad de registro previo.
g) Abiertos: se recomienda la utilización de formatos no propietarios.
h) Libres: los datos deben ser de uso 100 × 100 libre para los usuarios.

Según el Portal Europeo de Datos, España es uno de los referentes europeos en open data y, si bien es cierto que ha caído un puesto en el último año, se mantiene en el podio solo superada por Irlanda. Su clasificación responde a méritos propios: el Gobierno ha impulsado más de 160 iniciativas de open data y cuenta con algo más de 23.800 catálogos públicos de información. Somos un referente europeo en apertura de datos, pero la falta de una estrategia de estandarización a nivel local y regional dificulta el tratamiento de la información.

En el documento “Orientaciones sobre protección de datos en la reutilización de la información en el Sector Público”. Madrid 2.016, de la Agencia Española de Protección de Datos, queda claro que es necesario formular propuestas que permitan compatibilizarlas con la garantía del derecho fundamental a la protección de datos reconocido en el artículo 18.4 de la Constitución y en el artículo 8 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Ventajas de los datos públicos

  • Ayudan a mejorar el flujo de información dentro de los gobiernos, entre ellos, entre ellos y los ciudadanos y hacen que las decisiones y procesos de gobierno sean más transparentes.
  • Ayudan a los individuos y a las organizaciones a desarrollar nuevos hallazgos e ideas innovadoras que pueden generar beneficios sociales y económicos, mejorando la vida de las personas.
  • Generan crecimiento económico inclusivo al apoyar la creación y el fortalecimiento de nuevos mercados, empresas y empleos.
  • Hacen a los gobiernos transparentes, que rindan cuentas y que colaboren de manera regular y significativa con los ciudadanos.
  • Apoyan políticas públicas basadas en evidencia: alentando a los gobiernos a usar datos en el desarrollo de políticas y en la toma de decisiones basadas en evidencia, lo cual permite mejores resultados de las políticas públicas y apuntala el desarrollo económico sostenible y el desarrollo
  • Habilitan la colaboración intersectorial: apoyando la colaboración entre gobiernos, ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil y del sector privado en el diseño de políticas y en la implementación de mejores servicios públicos
  • Siguen el uso de recursos públicos: mostrando cómo y dónde se gastan los fondos públicos, lo que incentiva a los gobiernos a demostrar que están usando el dinero público de forma eficaz
  • Evalúan el impacto de programas públicos, que a su vez permite que los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado respondan de manera más eficaz a las necesidades específicas de las comunidades locales
  • Promueven el crecimiento equitativo: apoyando el crecimiento sostenible e inclusivo a través de la creación y el fortalecimiento de mercados, empresas y empleos
  • Geolocalizan datos: proporcionando referencias de observaciones geoespaciales y terrestres, que permiten la comparabilidad, e interoperabilidad y análisis eficaces al permitir que los datos dispongan en capas geográficas
  • Mejoran la toma de decisiones: haciendo posible que los ciudadanos tomen decisiones mejor informadas respecto a los servicios que reciben y a la calidad de servicio que deberían esperar

¿Se pueden crear, a través de los datos públicos, soluciones que aporten un valor diferencial?

Es importante recordar que los datos abiertos, tienen como principal finalidad estar puestos a disposición de toda la población de manera accesible, en formatos técnicos y legales para cualquier fin que se desee. Significa, que las bases de datos que se generan y administran desde las Administraciones Públicas pueden ser publicadas con ciertas características, para permitir que los datos sean utilizados, reutilizados y redistribuidos, y así crear valor económicamente evaluable.

Para Victoria S. Nadal, aunque la tendencia más extendida es que las grandes compañías trafiquen con nuestros datos, hay una pequeña esperanza que reside en la colaboración entre entidades públicas y privadas. El análisis de big data se postula como un nuevo método para llegar a soluciones de problemas realesque nos afectan a todos. ¿Hay forma de conseguir esto? Sí, haciendo posible que las empresas privadas compartan estos datos que recopilan con algunas instituciones públicas. Unir el acceso a los datos que tienen las compañías con la capacidad de acción de los ayuntamientos también nos lleva a poder mejorar las ciudades. Teniendo datos sobre tráfico, contaminación y las zonas más transitadas de la ciudad, los ayuntamientos podrían mejorar la planificación urbana y obtener más información sobre cómo reducir los atascos. Pero, ¿por qué no son los ayuntamientos quienes recogen esos datos directamente? A grandes rasgos lo hacen, pero es mucho más fácil que Google Maps les envíe los movimientos de los móviles de sus usuarios y el tiempo que pasan en cada punto de la ciudad que hacer un estudio independiente pormenorizado que corra a cargo del ayuntamiento.

Retos

Como se ha comentado, la rendición de cuentas, la democracia, la participación civil y el trabajo voluntario de interés social son importantes retos a los que se enfrentan los datos abiertos, pero desde luego, no son los únicos. Hacer negocio y crear ventajas competitivas a partir de recursos abiertos no es sencillo, y convertir los datos abiertos en un negocio rentable representa un desafío crucial. Por ello, puede afirmarse que sin lugar a dudas, las posibilidades ofrecidas por los datos abiertos en el ámbito económico son prometedoras. Y aparece la economía de datos que muestra que las relaciones comerciales están cambiando. No importa la forma de su organización o el tamaño, el propósito o la geografía. Está cambiando la forma en que se opera para servir mejor a sus clientes y partes interesadas. Cada ciudadano es parte interesada, y las mejores organizaciones están construyendo relaciones de confianza a través de repensar lo que significa ser transparente. Al pasar de una sociedad transaccional a una orientada al servicio, hay un nuevo conjunto de reglas para hacer negocios. Las mismas ventajas son a la vez retos, no se consiguen solos.

Para Javier Cortés, otro reto que tienen que afrontar las administraciones es que los datos deben estar jerarquizados y tienen que recogerse y exponerse de manera homogénea para que puedan ser tratados con facilidad. Es algo que parece obvio, pero, actualmente, la falta de un estándar a escala nacional impide que muchos datos puedan cruzarse en el espacio o en el tiempo. Para que lo hicieran, sería necesario que ambas fuentes se recogieran con la misma frecuencia y jerarquización geográfica. Esta práctica permitiría una transversalidad y unificación de contenido que daría mayor sentido a la iniciativa. La falta de estándares no es el único problema del que adolecen las políticas públicas de apertura de datos: pocos ciudadanos acceden a la página web de su ayuntamiento buscando información. Mientras tanto, algunas empresas utilizan datos públicos para crear aplicaciones que tienen un valor real para la comunidad: plataformas para saber dónde encontrar aparcamiento o cuándo va a pasar el próximo autobús.

Otro reto muy importante es la necesidad de formación y asesoramiento. Para asegurar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de reutilización, el Proyecto Aporta viene ofreciendo, desde octubre de 2012, apoyo y asesoramiento RISP a organismos públicos , tanto de forma telemática como presencial. A través de este servicio, se han atendido más de 1.500 consultas y se han realizado 120 visitas presenciales en las que se han resuelto dudas de carácter operativo y técnico. En este sentido una evidencia, tal y como apunta Javier Cortés, el problema no es tanto tecnológico como cultural. Cuando una compañía toma decisiones basadas en datos tiene que contar con que las personas sobre las que recaiga esta responsabilidad estén preparadas para poder hacerlo. No todo el mundo es capaz de analizar e interpretar datos. En este ámbito entra en juego el concepto de alfabetización de datos o data literacy, que se compone de la habilidad de leer, trabajar, analizar y argumentar con datos. Según el MIT, leer implica comprender qué son los datos y qué representan; trabajar consiste en crearlos, adquirirlos y administrarlos; analizar supone filtrarlos, clasificarlos y compararlos; y argumentar significa utilizarlos para apoyar una narración más grande para comunicar un mensaje.

Otro de los retos o tareas fundamentales que tienen que ver con la gestión de los datos de los datos, es según José H. Canós, la catalogación. Catalogar consiste en describir un objeto digital mediante metadatos como títuloautorfechatipo de contenido, y otros. Construir un catálogo de nuestro contenido digital puede parecer superfluo, pero es clave para su posterior localización eficaz. No se trata de emular a los bibliotecarios en la creación de registros exhaustivos, sino que con unas cuantas propiedades asociadas a nuestro contenido sería suficiente para poder localizarlo mejor posteriormente.

Y otro reto siempre que se habla de big data es el de la privacidad, tal y como apunta Victoria S. Nadal. Las compañías no cogen datos que tú no les hayas cedido (hay que leer siempre la letra pequeña) y esa es precisamente su salvaguarda. Con nuestros datos pagamos, por ejemplo, poder utilizar sus servicios gratis, no debemos olvidar el axioma que dice que “cuando algo es gratis, el producto eres tú”. Para Jorge G. García, los datos son el nuevo petróleo del mundo del siglo XXI. La revolución digital ha propiciado que los usuarios accedan a unos productos más personalizados a cambio de que expongan diariamente información sensible a través de internet. La Unión Europea ha intentado frenar este descontrol legislativo y, a partir del próximo 25 de mayo, entrará en vigor el nuevo reglamento de protección de datos que afectará a cualquier empresa y a todos los ciudadanos comunitarios. El Reglamento europeo de Protección de Datos refuerza los derechos de los ciudadanos sobre sus datos personales y les otorga una mayor protección ante empresas ubicadas fuera de la Unión Europea.

Y las bibliotecas, ¿qué aportan?

Tomemos como ejemplo a la Biblioteca Nacional de España, que desde marzo de 2016 dispone de un plan de medidas de impulso de reutilización de la información pública (RISP): una apuesta firme para poner a disposición del conjunto de la sociedad española los datos custodiados por la institución. Este plan responde a los requisitos que fija la Directiva 2013/37/UE de 26 de junio de 2013 -incorporada en el ordenamiento nacional por la Ley 18/2015 -, y que incluye como novedad el destacado valor que tiene para la sociedad el acceso abierto a la información custodiada por bibliotecas, archivos y museos. El plan de la Biblioteca Nacional incluye directrices en las siguientes áreas:

  • Identificación y selección de la información reutilizable.
  • Procedimiento de preparación de los datasets.
  • Condiciones de reutilización de los datos abiertos por la BNE.
  • Diseño y gestión de un portal online.
  • Publicación y mantenimiento de los datos reutilizables.
  • Medidas de evaluación y mejora de la calidad de reutilización y fomento del consumo de los mismo.

Además, la puesta en marcha de BNElab, la Biblioteca Nacional quiere que el conocimiento se convierta en mucho más……que mute, que abone y que haga brotar cosas nuevas. Que nuestro patrimonio esté en todas partes y que sea todo lo que hacemos: arte, medicina, servicios turísticos, videojuegos, ciencia. Que sea enología, tecnologías del lenguaje, cine, big data o gastronomía. Que cualquiera pueda reutilizarlo paracrear algo nuevo, porque así se crea cultura, tecnología y sociedad. Así se crean y recrean productos y servicios, de la biblioteca, para la propia biblioteca y obviamente para los ciudadanos, como: juegos, libros interactivos, videojuegos, ePubs, iniciativas de crowdfunding para enriquecer los catálogos, o recetas en el proyecto ChefBNE, del cual Ana Ordás ya ha dado cuenta por aquí. Lo que empezó con un esfuerzo en la digitalización de obras para asegurar su preservación es ahora un proyecto de reutilización y apertura de la colección de la biblioteca. “Queremos facilitar la utilización de nuestros datos en todos los sectores. Que se cree algo nuevo, que se recree el patrimonio”, explica la directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos.

Es evidente que el resto de las bibliotecas no están “al nivel” de la Biblioteca Nacional, pero no podemos olvidar que todos los datos de los que disponen las bibliotecas públicas (información del sector público, en definitiva), podrían convertirse en datos abiertos, reutilizables y de interés para la comunidad, sin menoscabo de la privacidad de los usuarios: la geolocalización de sus instalaciones, la oferta de contenidos y servicios, datos sobre usuarios, préstamos, uso de ordenadores y asistencia a actividades, entre otros…y datos referidos a las investigaciones llevadas a cabo por las universidades a través de los repositorios en abierto.

En este sentido y para ir acabando, recordar algo que ya se ha comentado, no se trata sólo de publicar los datos, sino que hay que garantizar el acceso a ellos, razón por la que debe recurrirse a formatos digitales, estandarizados y abiertos, siguiendo una estructura clara que permita su comprensión y reutilización, como nos recuerdan Maseda-Seco, Bueno-de-la-Fuente y Méndez en su artículo: Análisis y categorización de los datos abiertos de las bibliotecas municipales españolas: metadatos, interoperabilidad y propuesta para la apertura y reutilización.

Felicidad Campal

Codirectora en BiblogTecarios Bibliotecaria que apuesta por el poder formativo, social, integrador e igualador de las bibliotecas. Eterna aprendiz y en fase beta en constante renovación. Coordiné desde su creación en el 2001 el Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional, hasta su reconversión en el 2017 en el Grupo de Trabajo “Banco de recursos ALFIN/AMI” del CCBiblio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *