No todos quieren ser bibliotecarios

«…I’m only human after all
Don’t put your blame on me…»
Rag’n’Bone Man

«Vivimos, existimos, hacemos, fallamos. Lo tenemos». Del Facebook de nuestro compañero bibliobusero portugués Nuno Marçal http://bit.ly/2Lq3Anx

Ester Angulo en su post para Biblogtecarios: Coaching para bibliotecari@s : características y habilidades que se buscan, citaba la “capacidad de autocrítica, imprescindible para mejorar y aportar lo mejor de nosotros mismos tanto al equipo como a la biblioteca/centro documental/archivo”, como una de las 10 habilidades que se buscan en el colectivo bibliotecario/documentalista, muchas de las cuales coinciden con las que yo mencionaba en mi post del mes pasado. Tal y como advertí o amenacé en la difusión de mi post del mes anterior «No todos somos bibliotecarios«, en este pretendo hacer autocritica de la profesión.

Efectivamente, ya todos nosotros sabemos que no todo el mundo puede ser bibliotecario, y lo cierto es que la mayoría de la población no quiere serlo, bajo ningún concepto, porque, entre otras cosas, creen que las bibliotecas, como ya desgrané en mi artículo “Bibliotecas, mentiras y cintas de vídeo: desmontando estereotipos, mitos y prejuicios sobre las bibliotecas públicas” para la Revista Desiderata, son:

Solo silencio

Si bien esta puede haber sido una de las principales características de las bibliotecas en un cierto en un momento, definitivamente no es así ahora. O al menos no lo es de forma generalizada, quizá en algunas zonas reservadas de las bibliotecas, pero es difícil contener «el ruido alegre” en las secciones infantil y juvenil y más cuando se tiene un concepto abierto del diseño. Si la biblioteca dispone de zonas de para el trabajo en grupo o zonas para los negocios, donde el co-working y la colaboración se permiten, o zonas de juegos para adolescentes, el silencio brilla por su ausencia. A medida que evolucionamos más y más de ser salas de estudio a salones y lugares para la reunión de la comunidad, donde los ciudadanos pueden ir a debatir sobre determinados temas de actualidad e interés para los ciudadanos, las bibliotecas dejan de ser esos lugares de sacrosanto silencio. Estas conversaciones o debates, lógicamente en voz alta, pueden ser en castellano o en cualquier otro idioma, con el único fin de practicarlo, de hablar en definitiva, de no estar en silencio. Las bibliotecas casi están obligadas a tener un poco de ruido en ellas. En estos casos y siempre manteniendo el respeto y la convivencia, y si las bibliotecas son espacios donde se hacen cosas y se dejan hacer (makerspaces), el ruido es acción, el ruido es vida.

Solo libros y lectura

Somos bibliotecarios, nos encanta leer, siempre promoveremos la lectura, y siempre proporcionaremos la lectura de una manera u otra, de forma individual o colectiva a través de los clubes de lectura. Sin embargo, todos hemos leído un montón de artículos y conocemos ejemplos reales que muestran que las bibliotecas son mucho más que sólo libros y que solo estudio (aunque eso suponga en ocasiones enfrentarse a uno de los grupos más potentes y numerosos, los estudiantes). Las bibliotecas también son discos, películas, revistas, partituras. Ahora también prestamos videojuegos, tablets, ordenadores, lectores de libros electrónicos y libros electrónicos de forma gratuita y legal. Los tiempos cambian y las necesidades y los usos que se hacen de las bibliotecas también, pero esto es una realidad. Pero además, las bibliotecas son lugares de reunión, entornos de aprendizaje, espacios de colaboración, centros de innovación y lugares de entretenimiento, así como, es obvio, espacios para la lectura. Son lugares para la conexión gratuita a Internet, aspecto en el que la crisis y las desconexiones domésticas por problemas económicos, nos han situado en un lugar prioritario. ¿Y qué me decís de todos los talleres sobre dibujo, manualidades, música… o cualquier tema que en estos momentos son ya habituales en las bibliotecas?. Las bibliotecas en muchos casos ofrecen servicios y eventos para la comunidad que nadie más hace en la comunidad. Y al hilo de este mito de la lectura, otro que se repite con cierta frecuencia cuando decimos a qué nos dedicamos y en donde trabajamos: “Entonces leerás mucho” suele ser el comentario habitual…”Sí, eso sería genial, pero lamentablemente y por placer, leo lo que leo fuera de mi trabajo”, como tú…

Solo niños y estudiantes (empollones más concretamente…)

Estos parecen ser los destinatarios para los que el imaginario colectivo, piensa que trabajamos. Sin embargo está demostrado que las bibliotecas ofrecen algo para todos: desde cuenta cuentos para bebés y/o adultos, hasta juegos de adolescentes y talleres para la alfabetización digital e informacional para adultos mayores. Con el aprendizaje permanente siendo un principio clave para las bibliotecas, los programas de formación no terminan en un momento determinado de la vida.

Si ya tenemos Internet, ¿para qué queremos bibliotecas?

Este argumento no funciona cuando se considera que una biblioteca, como hemos visto, tiene otras funciones más que simplemente un contenedor de información y recursos (como si eso en el peor de los casos, no fuera suficiente para que estuviera bien considerada…). Pero aunque en la era de internet las bibliotecas desaparecieran, con el trabajo de los bibliotecarios, Internet siempre puede ser más fácilmente accesible, ya que todavía hay mucho que tener en cuenta y más en esta época de bulos y medias verdades. Como propone la IFLA, el pensamiento crítico es una habilidad clave en la alfabetización de los medios de comunicación y la información, y la misión de las bibliotecas es educar y defender su importancia. Las bibliotecas ayudan a despertar y aplicar el espíritu crítico de los ciudadanos, invitándoles, y formándoles cuando así lo requieren, a considerar aspectos como la fiabilidad de la fuente que está leyendo; a comparar diferentes informaciones de diferentes fuentes para saber si una información es verdadera; a comprobar quién es el autor de la noticia, los intereses que este o el medio en el que escribe puedan tener; a revisar la fecha en la que se creó la noticia o a siestamos ante un recurso válido y actualizado con los hechos y estadísticas más actuales…

Muchas bibliotecas, sobre todo las universitarias, ofrecen acceso a enormes bases de datos de artículos de investigación académica, muchos de los cuales serían bastante caros para pagarlos de forma individual. Además, un bibliotecario podría ser capaz de señalar en la dirección correcta antes de ir a través de páginas y páginas de resultados de búsqueda de Google. No sólo encontramos hechos, como ya ha quedado claro, ayudamos a las personas a encontrar hechos más confiables, no cualquier información. Desarrollamos programas y clases que enriquecen la vida de las personas y proporcionamos un lugar para la comunidad.

Solo difusoras de información

Una de las características más innovadoras de la biblioteca del siglo 21 tiene que ver con la toma de una postura activa frente a la gestión y generación de contenidos. Con la llegada de la Web 2.0 las bibliotecas no sólo siguen salvaguardando y difundiendo información como han venido realizando a lo largo de su historia, también cada vez con más frecuencia crean nueva información con el objetivo de prestar los mejores servicios a sus ciudadanos, a través de recursos y servicios tales como la elaboración guías de investigación, boletines de alerta y novedades, recursos web, información a través de sus blogs, y como administradores de contenidos a través de repositorios y revistas de acceso abierto. Un paso más allá en esta dinámica tienen que ver con la biblioteca como editora y distribuidora de libros, especialmente en el ámbito local, siendo la impulsora, formadora, dinamizador y difusoras de las obras de los autores de su comunidad, como señalan Alonso y Vázquez. Otro ejemplo de la biblioteca como creadora de contenidos, fue la colaboración entre el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y Amical Viquipèdia, que se basó en el principio que, siendo Wikipedia el principal acceso online al conocimiento y siendo las bibliotecas el principal centro offline de acceso al conocimiento, deberían trabajar juntas para crear nuevos niveles de acceso. Por medio de una serie de talleres se formó a los bibliotecarios, estos aprendieron a editar la Wikipedia y el objetivo después era animar a sus usuarios a mejorar la presencia online de la historia y patrimonio local mediante la conocida enciclopedia.

Solo aburrimiento

Detrás de muchos de estos otros conceptos erróneos, se esconde una queja más: «Las bibliotecas son tan…aburridas.» Y en esto, ¡tampoco podríamos estar más en desacuerdo! Las bibliotecas, por el contrario son subversivas: defendemos los libros prohibidos y las ideas desafiantes. Las bibliotecas son vibrantes y reunimos a miembros de la comunidad. Por encima de todo, las bibliotecas son una puerta de acceso a la información, donde todos los ciudadanos, independientemente de su ideología política y condición económica, social o sexual, pueden conectarse a sus intereses literarios, musicales, cinematográficos… Las bibliotecas no sólo disponen de todo esto para el préstamo, sino que cada vez más ofrecemos formación para ayudar a la ciudadanía a crear sus propios recursos, teniendo en cuenta las lógicas cuestiones éticas y legales. Después de todo lo expuesto, ¿alguien sigue pensando que las bibliotecas son aburridas? Quizá, solo quizá, los aburridos (e ignorantes) sean ellos….

Un poquito de crítica…

Pero a pesar de todo lo expuesto, que sin duda, dignifica nuestro trabajo como bibliotecarios y hace a las bibliotecas aparentemente necesarias, nuestro lado más oscuro también se plantea cuestiones como estas: ¿Qué hemos hecho mal o simplemente, qué no hemos hecho para que  en el imaginario colectivo de los españoles, se formulen toda la serie de mitos, estereotipos, prejuicios y cosas que no son ciertas sobre las bibliotecas y los bibliotecarios?. ¿Por qué los ciudadanos, como se plantea nuestro compañero Luis Miguel Cencerrado, encuentran otros espacios que les resultan más atractivos para resolver cuestiones que la biblioteca podría ayudarles a solventar? ¿Por qué, esta misma semana, Panos Mourdoukoutas, un profesor de Economía en LIU Post (New York), proponía en Forbes (con tan poco acierto que el desafortunado artículo ha desaparecido de la red por la cantidad de críticas recibidas por parte de bibliotecarios y otros colectivos), que se cerraran todas las bibliotecas públicas para ahorrar dinero a los contribuyentes ya que las bibliotecas han dejado de ser esos «terceros lugares» que proporcionan a los residentes un lugar cómodo para leer, navegar por la web, conocer a sus amigos y asociados, y disfrutar de una gran bebida, como Amazon o Starbucks, por ejemplo?.

Desde la posición crítica que pretendo ocupar en este post, reconozco que nuestras bibliotecas quizá estén muy lejos de ser perfectas, pero desde luego no son esa pérdida de dinero que Mourdoukoutas comentaba en su artículo. Lo que este economista no ha considerado en absoluto, es que las bibliotecas están para servir al público y que Amazon o Starbucks son empresas creadas para general la mayor cantidad de beneficios económicos y no sociales, culturales, educativos o personales, como es el caso de las bibliotecas. Creo que es un buen momento para recordar una vez más que “las bibliotecas no son un gasto, sino una inversión”, también creo firmemente en las capacidades de las bibliotecas y de los bibliotecarios, pero personalmente considero que tenemos serios problemas en sabernos “vender”, en saber difundir los nuevos modelos de biblioteca, en hacer llegar la información a los destinatarios de todas nuestras actividades, en la interacción con los usuarios, en definitiva y también en la relación e interacción con nuestros políticos responsables de las bibliotecas. Por eso es muy necesaria la labor que se está realizando desde FESABID, responsable en España de los Talleres Nacionales de la IFLA Global Vision, cuyo eje del debate es crear un sector bibliotecario sólido y unido para impulsar el desarrollo de sociedades alfabetizadas, informadas y participativas en las que las bibliotecas han de estar muy presentes.

Como explican muy bien nuestros compañeros de APEI en un post relatando su participación en el IFLA Global Vision Workshop 2018 del día 13 de julio, los bibliotecarios “somos importantes si nos alineamos a las necesidades sociales globales”, pero también somos conscientes que hay que cambiar y ponerse las pilas.

Y algunas oportunidades y acciones

Por ello, en ese taller salieron algunas ideas clave para defender las bibliotecas y sus profesionales como:

  • promover el asociacionismo
  • cuidar y fomentar la imagen de las bibliotecas ante la sociedad, ante la ciudadanía y ante autoridades políticas
  • actuar, ser influencers
  • cambiar la imagen de los/as bibliotecarios/as, hay que ser “sexy”
  • protagonismo en redes sociales
  • formarse, conectar, competencias
  • actividades con impacto social

Se trata de pasar de la teoría a la práctica y de aprovechar las oportunidades para que las ideas se conviertan en acciones. En el entorno bibliotecario español se han establecido siguientes prioridades, entre las 10 oportunidades apuntadas, y se han pensado, debatido y apuntado algunas posibles acciones:

  • Oportunidad 7: Debemos desarrollar espíritu de colaboración
    • Bibliotecas en una red de escuchas y palabras con asociaciones, ciudadanía, asociaciones, instituciones, autoridades
    • Dar y recibir ideas, proyectos
    • Bibliotecas abiertas
  • Oportunidad 3: Debemos entender mejor las necesidades de la comunidad y diseñar servicios que tengan impacto
    • Hacer estudios de mercado
    • Difusión y uso de tecnologías disruptivas
    • Versatilidad
  • Oportunidad 4: Debemos adaptarnos a los permanentes cambios tecnológicos
    • Crear redes de intercambio profesionales
    • La ciudadanía, una oportunidad para estar al día
    • Fomentar alianzas con asociaciones colectivas del mundo tecnológico
  • Oportunidad 2: Debemos actualizar nuestros roles tradicionales en la era digital
    • Educar en información
    • Creadores de nuevas fuentes de información
    • Accesibilidad

Aunque también han reflexionado sobre otras prioridades igualmente necesarias:

  • Oportunidad 1: debemos luchar por la libertad intelectual
    • Ser beligerantes con la neutralidad de la red
    • Un código ético vinculante
    • Bibliotecas lugares de libertad y pensamiento crítico, derechos humanos el referente
  • Oportunidad 5: necesitamos más y mejores promotores y defensores de la profesión en todos los niveles
    • Asociacionismo
    • Existencia de una voz bibliotecaria
  • Oportunidad 6: Debemos asegurarnos de que las partes interesadas comprendan nuestro valor e impacto
    • Evaluar, comparar
    • Integrar metodologías de análisis de calidad, datos cualitativos, ROI
  • Oportunidad 8. Debemos desafiar las estructuras y los compartimientos existentes
    • Intercambios profesionales
    • Escuchar
  • Oportunidad 9: debemos maximizar el acceso al patrimonio mundial
    • Acceso significativo
    • Lo local en la globalidad
  • Oportunidad 10: Debemos ofrecer a los/as jóvenes profesionales oportunidades eficaces de aprendizaje, desarrollo y liderazgo
    • Identificar los talentos de cada uno/a
    • Fomentar y potenciar su participación en cargos, y en puestos de liderazgo

La autoevaluación y la autocrítica son necesarias. Algunos de los mitos alrededor de la biblioteconomía son divertidos e inocuos. Algunos son un poco más difíciles de luchar. Sólo tenemos que seguir mostrando lo que hacemos y quiénes somos. Después de muchos años en esto he aprendido a no tomar estos bulos como algo personal, porque me doy cuenta de que quien manifiesta estas ideas, realmente no sabe lo que hace un bibliotecario. ¿Mi consejo? Tomemos estos comentarios y las criticas como una gran oportunidad para mostrar lo que realmente hacemos en las bibliotecas, porque lo que la mayoría de la gente desconoce es que, como dijo Fred Gitner, el que fue coordinador del programa “New americans” en la Biblioteca Pública de Queens: «Las bibliotecas cambian vidas, y, a veces, las salvan».

 

Felicidad Campal

Codirectora en BiblogTecarios Bibliotecaria que apuesta por el poder formativo, social, integrador e igualador de las bibliotecas. Eterna aprendiz y en fase beta en constante renovación. Coordiné desde su creación en el 2001 el Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional, hasta su reconversión en el 2017 en el Grupo de Trabajo “Banco de recursos ALFIN/AMI” del CCBiblio.

6 respuestas a «No todos quieren ser bibliotecarios»

  1. Soy estudiante y me encantó tu post, pues yo veo que dentro del mundo sobre todo educacional existe poca crítica, muchos le temen y no la ven como una herramienta para mejorar.

    1. Muchas gracias Ximenique. No puede haber avance si no hay evaluación y autocrítica y si nos instalamos en ese cómodo lugar de la autocomplacencia. Hay que salir de la zona de confort y seguir trabajando, aunque a veces lo tengamos complicado, pero ¿quién dijo fácil?

  2. Hola!
    Estoy recién ingresando a ejercer en la profesión. Me encanta la manera en que nos propones el tema, ya que son desafíos a enfrentar; pero sobre todo, da buenos augurios si los superamos.
    Saludos y que estés muy bien!

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