Menú informacional

Pase lo que pase, el tiempo no para en esta extraña anormalidad. Se acerca la cena de Nochebuena y las comidas de Navidad y ya han comenzado los nervios para la organización de los banquetes navideños y la elección de los menús. Los hay para todos los gustos: menús clásicos (para los que no quieran prescindir del cordero y el turrón), menús de Navidad económicos (sí, es posible…), menús literarios elaborados por chefs bibliotecarios (como el que han elaborado los compañeros de ABIBA, Asociación de Bibliotecarios/as de Albacete), menús para los niños, menús sencillos y otros más completos, incluyendo también ideas para los veganos, vegetarianos, los intolerantes al gluten o a la lactosa…

En este breve post de hoy, os propongo un menú informacional que es para todos los públicos independientemente de la edad, la profesión y los gustos, preferencias o intolerancias alimentarias, ya el ingrediente principal es la información. “Ollas” de información siguen bullendo a todo gas, nos llega a través de televisores, ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, vallas publicitarias, revistas y periódicos, anuncios… Estamos sometidos a diferentes tipos de sobrecarga de información a nivel personal, social y laboral, que afectan nuestra vida diaria y nuestra productividad de diferentes formas.

Menú

El menú informacional incluye dos aperitivos, unos entrantes, un plato principal y un postre. Es un menú sencillo, pero que requiere un poco de reflexión y sentido crítico, por lo demás no tiene grandes pretensiones, porque más vale algo pero práctico y eficaz, que algo demasiado elaborado pero inasumible.

Aperitivos

Un picoteo de duda, desconfianza y reflexión sobre de todo lo que lees, ves u oyes por cualquier medio, especialmente si va acompañada de alta intensidad emocional.

Entrantes

Una ensalada de preguntas y una sopa de verificación de la información con otras fuentes: ¿Quién ha creado esa información, cuándo, para qué, para quién y dónde aparece?

Plato principal

Un guisado de postura crítica incluso ante información que recibes de tus “allegados” y que confirma tus creencias preestablecidas.

Postre

Una milhoja de reenvío de información tan solo si es cierta.

Ingredientes

Opiniones, noticias, muchas y muchas falsas, altas dosis de datos, una generosa cantidad de sentido crítico y reflexión, una buena búsqueda comparada en diferentes fuentes e información a discreción a través de redes sociales, internet, WhatsApp, televisión, prensa escrita y radio.

2,5 trillones de bytes de datos nuevos se producen todos los días en Internet. Cada dos días, los  humanos creamos tantos datos como lo hicimos desde el comienzo de la civilización hasta 2003.

Según Panda Security el 52% de los españoles ha recibido noticias falsas de manera habitual en sus plataformas digitales como las redes sociales, WhatsApp o simplemente mientras navegaban por Internet Y un 12% de los encuestados afirma que recibe bulos y noticias falsas a través de dispositivos y métodos analógicos, como los rumores de viva voz o informaciones de poca credibilidad en medios de comunicación tradicionales, como la televisión o la radio. Un 64% no se sienten capaces de identificar todas las fake news de las que son víctimas. El 18% de los encuestados asegura que las noticias falsas le llegan a través de WhatsApp. En este sentido, la mayor fuente de creación de bulos han sido las redes sociales, pues el 47% de todas las fake news llegaban por este medio. Twitter, por ejemplo, ha identificado más de 1.5 millones de cuentas sospechosas de manipular información sobre el coronavirus”. Desde Digilab, un grupo de investigación de la FCRI de Blanquerna-URL, realizaron entre el 4 y 10 de abril una investigación sobre los cambios en el consumo informativo  con una muestra de 1.220 personas en todo el estado español. Medios, desinformación y memes”, recoge las conclusiones del estudio. “La crisis del coronavirus ha provocado que la ciudadanía se informe más. El 78% de los ciudadanos se informa más que antes de la pandemia, y el 52% lo hace tres o más veces en el día, mientras que antes de la crisis solo lo hacía el 28%”, explica. Para informarse, los ciudadanos confían sobre todo en los medios digitales y los informativos de televisión, especialmente de las televisiones públicas.

Modo de elaboración

Aprender a dudar y a hacernos preguntas sobre lo que leemos en internet y las «fuentes» de información es una buena manera de fortalecer nuestras habilidades de pensamiento crítico.

Si tienes dudas sobre la veracidad de un mensaje, haz una búsqueda en Internet de los hechos y corrobora la información en sitios de noticias confiables para identificar la fuente de la historia. Si todavía tienes dudas, trata de informarte más consultando a personas confiables o a profesionales de la información.

Cuando veas que ya hay demasiada información, deje de añadir más. Está bien dejar de ver las noticias de la noche. Está bien dejar de leer artículos o consultar sitios de redes sociales varias veces al día.

La sobrecarga de información es especialmente problemática cuando interfiere con nuestra capacidad para tomar buenas decisiones.

Nos ahogamos en información, por lo es fundamental que las personas encontremos formas de administrar de manera efectiva el flujo y el volumen para que lo importante esté protegido, la mentira sea obviada y lo trivial sea eliminado.

Sugerencias

Entre tanta cantidad de información que se produce cada día, nos guste o no, hay cabida para todo. Lamentablemente, hay mucho malo, demasiado negativo. Sin embargo, también hay mucho bueno y, sobre todo, espacio para mucho más que sea positivo. Depende de ti, de mi, de cada persona, el uso que le quieras dar a esa información. Depende de ti, de mi, de cada persona ser parte de la infoxicación o de la solución. Es responsabilidad de todos y no podemos bajar la guardia.

Di hasta nunca a 2020 con este menú informacional con el no morirás de estrés en este tsunami de información. Te garantizamos que funciona, pero como todo y como siempre, hay que practicar mucho para que cada vez salga mejor.

Felices fiestas a todos y un brindis por el 2021, que lo tiene fácil para mejorar el innombrable que se acaba… ¡Salud y felicidad!

 

Felicidad Campal

Codirectora en BiblogTecarios Bibliotecaria que apuesta por el poder formativo, social, integrador e igualador de las bibliotecas. Eterna aprendiz y en fase beta en constante renovación. Coordiné desde su creación en el 2001 el Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional, hasta su reconversión en el 2017 en el Grupo de Trabajo “Banco de recursos ALFIN/AMI” del CCBiblio.

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