Fatiga informativa: atentos a todo o a nada…momento de desconectar

¿Sentís que a veces os abruma tanta información? ¿Os paralizan tantos datos, cifras, nombres, textos y un largo etcétera? Es probable que estemos siendo víctima de un nuevo padecimiento llamado Síndrome de Fatiga Informativa. Y para no contribuir a ello, no robaros más tiempo y dejar paso a un tiempo de desconexión, este post será (sorprendentemente) breve…

«Infoxicación» llamó a ese síndrome Alfons Cornella: situación de exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que tienes más información para procesar de la que humanamente puedes, y, como consecuencia, surge la ansiedad. El psicólogo David Lewis creó no hace muchos años, este concepto en su informe Dying for information? (¿Muriendo por la información?) elaborado para la agencia de noticias Reuters.

El síndrome se da en personas que tienden a manejar grandes cantidades de información procedente de libros, revistas, periódicos, correos electrónicos, móviles  y sobre todo redes sociales y que provoca parálisis de la capacidad analítica, ansiedad y dudas, además de conducir a malas decisiones y conclusiones erróneas. Los síntomas más destacados del mismo son: estrés, ansiedad, confusión, superficialidad y falta de atención, además de daños en las relaciones personales.

El filósofo coreano afincado en Alemania, Byung-Chul Han, recoge y concreta estas conclusiones en su ensayo En el enjambre: «El principal síntoma es la parálisis de la capacidad analítica. Que es lo que precisamente constituye el pensamiento. El exceso de información atrofia el pensamiento, la capacidad de distinguir lo esencial de lo no esencial». Y va más allá: «El cansancio de la información incluye también síntomas característicos de la depresión que, ante todo, una enfermedad narcisista. El sujeto se ahoga en su propio yo, agotado y fatigado de sí mismo. Nuestra sociedad se hace cada vez más narcisista. Redes sociales como Twitter o Facebook agudizan esta evolución, pues son medios narcisistas». La sobreinformación nos lleva, en su opinión, a una nueva protocolización general de la vida, y la ingente cantidad de información que dejamos a nuestro paso por la red, reunida en eso inabarcable llamado big data, lleva a un nuevo concepto de Big brother: «Cada uno observa y vigila al otro, y cada uno es observado y vigilado».

Luis Meyer en su artículo “Fatiga informativa o la nueva enfermedad de la era digital”, señala que existe una derivada a la fatiga informativa y es otra nueva patología, definida por los psicólogos como tecnoestrés. Y se da tanto por déficit como por exceso: por un lado, quienes se ven incapaces de sumarse y aceptar los nuevos usos impuestos por la era digital; por otro, quienes son incapaces de hacerlo de una manera saludable, y se identifican en exceso con la tecnología, perdiendo la perspectiva de su propio yo.

¿Cómo gestionar esta cantidad ingente de información? Se preguntaba hace unos años Sergio Fanjul. Su respuesta entonces, y ahora con más motivo, es obvia: tomárnoslo con calma. Aprovechemos el verano para desconectar y desconectarnos: apaguemos ordenador, la televisión, silenciemos el teléfono. Volvamos por un par de meses a aquel mundo que era (un poco) más tranquilo. Escribamos cartas postales cuidadosamente manuscritas y reencontremos a los amigos alrededor de la mesa de algún bar. Ahondemos en el trato humano y pausado. Adoptemos un hobby alejado de los gadgets tecnológicos. Salgamos a la calle. Durmamos siestas y leamos unos cuantos libros. Y si entre tanta avalancha de publicaciones actuales (ya en 1550 el teólogo Juan Calvino se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempo de leer los títulos), no sabéis lo que elegir, dejaos ayudar, asesorar y llevar por las recomendaciones de vuestra biblioteca de cabecera. Si aún no tenéis ninguna, el verano es un buen momento para buscarla y perderse en ella. ¡Nos vemos en las bibliotecas!

Felicidad Campal

Codirectora en BiblogTecarios Bibliotecaria que apuesta por el poder formativo, social, integrador e igualador de las bibliotecas. Eterna aprendiz y en fase beta en constante renovación. Coordiné desde su creación en el 2001 el Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional, hasta su reconversión en el 2017 en el Grupo de Trabajo “Banco de recursos ALFIN/AMI” del CCBiblio.

2 respuestas a «Fatiga informativa: atentos a todo o a nada…momento de desconectar»

  1. Me ha encantado Feli! y es tan cierto! aprovechemos el verano para desconectarnos y reencontrarnos con nosotros mismos.
    un cordial saludo,
    Eva

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