Es común que cada vez que pensamos en que se acercan las fechas que dan entrada al verano queramos llevar un estilo de vida más saludable, tanto a nivel corporal como mental. El período estival está asociado al descanso y a la desconexión y no solo de las obligaciones, puede ser este un buen momento para una desconexión o détox digital e informacional o para practicar ayunos digitales e informacionales intermitentes. Tema que ya abordé brevemente por aquí en 2019, con el título “Fatiga informativa: atentos a todo o a nada…momento de desconectar”. Profundicemos un poco más…
Algunas preguntas para la reflexión
- ¿Necesitas utilizar el móvil en todo momento?
- ¿Necesitas estar permanentemente al tanto de lo que pasa en el mundo?
- ¿Eres incapacidad de limitar el uso del smartphone, incluso después de pensarlo mucho?
- ¿Tienes sentimientos de ira, frustración, impaciencia, irritación, tensión, etc., cuando no puedes acceder a tu teléfono?
- ¿Padeces tensión y molestias en los ojos, dolor de cuello, disminución de la movilidad o alteraciones del sueño?
- ¿Tienes miedo o fobia a estar sin el móvil un intervalo de tiempo determinado? Te presento a doña nomofobia (del inglés, no mobile-phone phobia)
- ¿Te cuesta concentrarte?
- ¿Tienes poca vida social? O por el contrario, ¿tienes miedo a perderte un evento social o cualquier otra experiencia positiva, especialmente del tipo de actividades que te enteras vía redes sociales, padeces Síndrome FOMO (acrónimo de “fear of missing out”), un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo?
- ¿Serás capaz de leer este post sin mirar el móvil? En los comentarios espero vuestras respuestas.
Si has contestado SÍ a la mayoría de ellas, es un buen momento para tomar conciencia e implementar un plan de acción para moderar el uso del móvil y para tener un mayor control sobre la información que recibimos permanentemente.
Algunos datos
¿Te has parado a pensar cuántas veces consultas el móvil a lo largo del día? Según el estudio ¿Estamos hiperconectados?, de Ikea España, en 2018 una de cada tres personas mira este aparato más de 100 veces tal día, lo que se traduce en una vez cada diez minutos. Y la cosa va en aumento, ya que según un estudio realizado por HMD Global, consultamos el teléfono una media de 142 veces al día.
En el artículo “Qué es un detox digital y cuáles son los efectos en la salud de practicarlo”, Patricia Espín aporta algunos datos esclarecedores:
- El 85,4% de las personas en España con edades comprendidas entre los 16 y los 74 años usa Internet diariamente.
- Segúnun estudio llamado «Digital 2024: Global Overview Report« publicado por DataReportal, las personas pasamos una media de 6 horas y 40 minutos diarios conectados a internet, casi un 1 por ciento más en comparación con esta misma época del año pasado, cuando los usuarios de Internet informaron haber pasado un promedio de 6 horas y 36 minutos. España se sitúa por debajo de la media global con 5 horas y 42 minutos; y Japón por su parte ocupa el último lugar con 3 horas y 565 minutos.
- Pasamos más de un cuarto de nuestro día usando teléfonos móviles, tabletas, ordenadores y otros dispositivos, tanto para uso recreativo como laboral. Laswebs de entretenimiento lideran los lugares más visitados de internet.
En Diciembre 2023, Domo’s presentó su esperada 11ª edición de Data Never Sleeps en el que confirma un panorama digital en constante cambio y a un ritmo vertiginoso que sigue aumentando por la llegada de la IA generativa. Durante la última década, Domo ha rastreado el uso de datos en el mundo, revelando aumentos notables en la actividad en varias plataformas en línea, desde Instagram y X hasta Amazon, Venmo y muchas otras. La infografía anual Data Never Sleeps 11 ofrece una visión general del inmenso volumen de datos que se generan en Internet cada minuto, y muestra cómo los datos evolucionan y cambian constantemente a medida que más personas interactúan con plataformas y servicios digitales.
«Los hallazgos de este año reflejan el panorama digital en constante cambio y ritmo acelerado, que solo se ha visto acentuado por la rápida popularidad de modelos de IA como ChatGPT», dijo Josh James, fundador y director ejecutivo de Domo. “Los datos impulsan todo lo que hacemos, desde una búsqueda rápida en línea o enviar un correo electrónico, hasta consultar los últimos titulares de camino al trabajo. Data Never Sleeps, ahora en su undécimo año, muestra cuánto dependemos de los datos y su impacto en nuestra vida diaria en uno de los 525.600 minutos de un año”.
Y como siempre, unos tanto y otros tan poco, ya que a pesar de las impresionantes cifras de hoy, según el «Digital 2024: Global Overview Report todavía estamos muy lejos de alcanzar el objetivo declarado por las Naciones Unidas de «conectividad universal», y el análisis de Kepios indica que más de 2.660 millones de personas seguirán sin conexión en abril de 2024.
Pero hoy, aquí y ahora no vamos a hablar de la falta de conexión, sino del exceso de conexión y de la necesidad de tener lo que otros ansían, la desconexión…
Dieta o détox informacional
Las personas estamos expuestas cada instante a una ingente cantidad de datos que no somos capaces de procesar, por mucho que el mito de que solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro se haya quedado obsoleto. Es cierto que en la era de la información es complicado abstraerse de ella, pero en nuestras manos (y en nuestra atención) está el revertir este consumo exagerado con objeto de mejorar nuestro bienestar intelectual, creativo y psicológico. ¿Cómo hacerlo? Se plantea Marta Sahelices, y no puedo esta más de acuerdo con ella cuando apela a la responsabilidad personal, que implica, entre otras acciones, diseñar una ‘dieta digital’, concepto popularizado por el tecnólogo Clay Johnson en su libro The Information Diet: A Case for Conscious Consumption. En “La dieta informativa”, un argumento a favor del consumo consciente que nos enseña no solo a prosperar a pesar de este exceso de información sino, además, a identificar aquello que vale la pena de aquello que debemos evitar. Los seres humanos pasamos hasta once horas al día consumiendo… Pero no alimentos sino la información que obtenemos constantemente en nuestras pantallas y audífonos. Así como nos hemos vuelto obesos consumiendo azúcar, grasas y harinas en exceso, también nos hemos vuelto unos glotones de mensajes instantáneos, descargas, videos, emails, actualizaciones y tuits.
Trazando un paralelismo entre la industrialización de los alimentos y la industrialización de la información, Johnson argumenta que, de igual modo que no podemos culpabilizar de la epidemia de obesidad a la abundancia de alimentos, también sería absurdo achacar a la abundancia de información en sí misma todos los problemas derivados de su consumo excesivo. Por ello, propone crear una relación saludable con ella adoptando hábitos más inteligentes y volviéndonos tan selectivos con la información que consumimos como con los alimentos que comemos. Es decir, en lugar de atiborrarnos con todo aquello que nos arrojan de manera innecesaria los móviles, ordenadores y demás aparatos tecnológicos, hemos de diseñar una ‘dieta’ de información que nos permita ser más inteligentes, productivos y sanos.
Es la analogía entre la comida y la información la que nos lleva, como Marta Sahelices propone, al siguiente punto: el ‘ayuno digital intermitente’, una estrategia que implica la abstención temporal de dispositivos electrónicos, con objeto de mejorar la salud mental y reducir la dependencia de la tecnología. Porque, al igual que demasiada comida basura puede causar obesidad, demasiada información basura puede provocar problemas emocionales o psicológicos.
Pero ¿cuál es la dieta informativa más saludable? Para Joshua Benton, probablemente los medios tradicionales, pero no se atiborre: demasiado puede dejarlo menos informado. Un nuevo estudio encuentra que leer, mirar y respirar noticias todo el día puede dejarte menos informado sobre política y gobierno que ser más selectivo (con las fuentes adecuadas). Yo misma me atreví a diseñar un “menú informacional”…
¿Sabes cómo hacer frente a toda esta información sin sufrir una indigestión?
Está claro que vivimos en una sociedad plagada de información y como decía el periodista Ramon Barnils, «el exceso de luz no nos hace ver, ciega». Y esta infoxicación hace que no podamos diferenciar las noticias verdaderas de las fake news o las noticias relevantes de aquellas que no lo son tanto. Y ante la pregunta ¿cómo me informo? que se plantea Joana Ariet Porta, sugiero releer el post “Desinformación en momentos de elecciones…”, además de sus cuatro ítems: ir más allá del titular y leernos el contenido para saber si lo que dice el título es engañoso; saber quién es el autor de la noticia, si es un periodista y, por tanto, tiene una vocación de servicio público a la hora de escribir la noticia, o si, por ejemplo, son otros agentes, como tertulianos o alguna parte interesada; fuentes de información plurales y relevantes; y saber la naturaleza del contenido; ¿es un contenido únicamente periodístico o es un contenido publicitario? ¿Es un publirreportaje o un contenido patrocinado? Esto nos diferenciará el interés de la noticia.
Recomiendo seguir el Detox Information Project DIP o en español Proyecto para Desintoxicar la información. DIP es el primer proyecto de alfabetización digital e informativa en Colombia que utiliza las ciencias del comportamiento, la comunicación y la tecnología para ayudar al país a reducir su vulnerabilidad frente a la desinformación y a la polarización. Utilizan el método D.E.T.O.X para ayudar a las personas y a las organizaciones a desintoxicar los ambientes en los que comparten y utilizan información, diseñando herramientas divertidas y fáciles de utilizar que empoderen a las personas frente a las noticias falsas y la desinformación.
No es necesario consumir todos los contenidos que se publican en la Red, pero sería
genial que no te pierdas nada de lo que te interesa. Ante el exceso de información actual, desde Campus Sabadell, proponen 4 recetas para seguir una dieta informativa online saludable.
- Identifica tus fuentes de información online. Tienes muchas opciones para informarte: medios de comunicación, buscadores, blogs, redes sociales, mensajería instantánea… Selecciona las que consideres más creíbles y más útiles en función de tus intereses. Si tuvieras que elegir 10, ¿cuáles serían? Haz tu lista.
- Organiza tu información. Existen multitud de herramientas que te ayudarán a recibir y ordenar la información que te interesa fácilmente. Elige la que mejor se adapte a ti, en función de las fuentes de información que hayas seleccionado, e incorpóralas en tu rutina diaria. La mayoría están disponibles tanto para el ordenador como para dispositivos móviles: Feedly, Inoreader, Flipboard, Unsuscriber, AlertasGoogle, Pocket, Evernote o OneNote.
- Crea tus propios entornos personales de aprendizaje (EPA). Combinando algunas de las herramientas citadas en el punto 2, que permiten filtrar y organizar la información de Internet, puedes crearte un entorno personal de aprendizaje (en inglés, Personal Learning Environment, PLE).
- Ponte horarios: Consultar constantemente el móvil para asegurarte de que no te pierdes nada afectará tu capacidad de concentración y puede llegar a generarte ansiedad. Para evitar distracciones y focalizar tu atención, establece unos horarios para informarte. Todos los dispositivos móviles (smartphones y tabletas) ofrecen la opción de silenciar las notificaciones y algunos incluso permiten establecer horarios en los que se recibe información. El tema de los horarios es imprescindible a la hora de diseñar tu ayuno digital intermitente o détox digital, como veremos a continuación.
Dieta o détox digital
Llevamos un rato hablando de estos conceptos, ¿pero en realidad, ,de qué estamos hablando?
Para el psicólogo Celestino González Fernández, el detox digital es una forma abreviada de referirnos a la desintoxicación digital. Básicamente el término se refiere a un periodo de tiempo determinado en el que una persona de manera voluntaria controla y desconecta del uso de la tecnología como smartphones, ordenadores personales o portátiles. También relacionado a la abstención del uso de redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Tik-Tok…) y aplicaciones que nos quitan o “roban” nuestra atención y tiempo de manera poco productiva. El detox digital como se aprecia ayudaría a una gestión saludable del ocio, mejorar la cantidad y calidad nuestro tiempo libre y ayudarnos a desconectar de dispositivos electrónicos que por su uso continuado nos llevan a estados estresantes, ansiosos y de fatiga pudiendo desencadenar trastornos de adicciones y peligrar nuestra salud mental.
El detox digital también ayudaría a paliar los efectos del tecnoestrés y algunas de sus variantes como la tecnofatiga y un tipo de esta el llamado: síndrome de la “fatiga informativa” derivado de los actuales requisitos de la Sociedad de la Información y que se concreta en la sobrecarga informativa cuando se utiliza Internet. Está asociado al término de infoxicación o overland information. También podría llegarse a la tecnoadicción con el uso continuado y compulsivo.
La Guía de Desintoxicación Digital del ITF (Instituto Federal de Telecomunicaciones), México, recoge que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha tratado las implicaciones para la salud pública del uso excesivo de Internet, ordenadores, teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos, como una “adicción conductual” que, según la misma OMS, se caracteriza “por una necesidad o impulso a menudo irresistible de participar repetidamente en una actividad (sin uso de sustancias) y una incapacidad para reducir o detener este comportamiento (pérdida de control) a pesar de las graves consecuencias negativas para el físico, la salud y el bienestar mental, social y/o financiero de la persona.” La OMS ha concluido que “Las consecuencias psicosociales y de salud negativas observadas y documentadas incluyen una variedad de condiciones de salud que comparten signos y síntomas con trastornos como el juego y los trastornos por uso de sustancias.
Algunos consejos para llevar a cabo un “detox digital” o ayuno intermitente digital este verano.
A partir de estos datos y de una reflexión, podemos tomar ciertas medidas adaptadas a nuestra situación particular. Se trata de incluir pequeños hábitos diarios que nos ayuden a mejorar nuestra calidad de vida. Como apunta Celestino González Fernández, no es cuestión de dejar el móvil en casa si te vas de viaje pero sí gestionar su uso de manera razonable comenzando por limitar su uso a unas determinadas horas del día y poco a poco aumentar las mismas sin el móvil y descubrir que también hay una vida plena más allá de la vida online. Con el detox digital en período de vacaciones podrás focalizar tu atención en situaciones, hobbies o actividades que igual tenías más descuidadas como leer un libro con conciencia plena (los clásicos siempre son una buena opción), pasear y descubrir nuevos lugares vacacionales, abrirte a nuevos estímulos o disfrutar de una buena conversación cara a cara (offline) con un ser querido o buen amigo detrás de un café.
Para Wellnes Coach Institute, se trata de una práctica que combina los beneficios del ayuno intermitente con la reducción del uso de dispositivos electrónicos y tecnología digital, siguiendo los patrones parecidos a los del ayuno intermitente tradicional.
Algunas ideas:
- Comprométete contigo misma: decide en qué momentos no consultarás el móvil y cúmplelo. Por ejemplo, cuando estés en compañía de otras personas.
- Ponte objetivos realistas. El abuso de los dispositivos electrónicos es un hábito muy instaurado y será mejor dar pasos pequeños, pero seguros.
- Busca apoyo social en familiares, pareja o amigos que se unan a tu causa del detox digital y os motivéis mutuamente. Reto compartido, reto cumplido.
- Desactiva las notificaciones: de esta forma evitarás distracciones.
- Personaliza la pantalla de inicio: coloca en la primera pantalla de tu teléfono solamente aquellas apps imprescindibles y esconde aquellas que quieres consultar de manera puntual.
- Desinstala las aplicaciones que te hacen perder el tiempo y deja de seguir los perfiles de redes sociales que consideras que no te aportan, o que no te hacen sentir bien.
- Activar Modo sin distracciones(desactivar notificaciones y activa momentos de silencio digital). Utilizar el modo sin distracciones en los dispositivos móviles y ordenador puede ayudar a evitar notificaciones innecesarias y reducir la tentación de revisar continuamente las redes sociales o el correo electrónico.
- Déjalo a un lado.Lo mejor para no caer en la tentación, sobre todo cuando estamos empezando el détox digital, es poner el teléfono, el ordenador o cualquier otro dispositivo fuera de nuestra vista.
- Evita utilizar el móvil como despertador. Si mirar el teléfono es lo primero que haces al empezar el día, seguramente acabarás consultando e invirtiendo más tiempo del que te gustaría en determinados sitios web o redes sociales.
- Crear espacios libres de tecnología dentro de tu casa: zonas en las que se prohíba el uso de móviles u ordenador. El mejor lugar para empezar es tu dormitorio.
- Que la alternativa no sea estar sin hacer nada. No se trata de recordarnos constantemente lo que no debemos hacer o no nos viene bien, que normalmente ya lo sabemos, sino que lo que realmente funciona es ofrecernos alternativas apetecibles y gratificantes. Cada uno puede tener sus preferencias, pero algunos ejemplos podrían ser: hacer deporte, meditar, jugar con nuestros hijos, dibujar, tomar el sol, LEER, escribir.
- Recompensa tu esfuerzo y sé consciente de los avances y recuerda que las caídas son parte del proceso. La autoexigencia puede llevarnos a pensar que si tenemos algún tropiezo en el camino hacia el détox digital significa que no valemos para esto o no podremos conseguirlo.
- Controla tu bienestar digital de formas que sientas correctas para ti. ¡¡Haz uso del DATA DETOX KIT!!
- Descargar aplicaciones para la gestión del tiempo y mejorar el bienestar digital:Existen aplicaciones que pueden ayudar a limitar el tiempo de uso de los dispositivos móviles y ordenador como RescueTime, FocusMe o Lock&Stock, Bienestar Digital, ActionDash, Focus Plant: tiempo de estudio, Headspace: meditación y sueño, AppBlock Bloquea apps y webs, Forest – Mantente concentrado.
- Pantalla en escala de grises, con la idea de que “los tonos grises hacen que la pantalla brillante sea un poco menos estimulante”, el modo avión o volver a lo móviles tontos, sin redes sociales ni enormes pantallas.
- Limita el tiempo de uso: los propios smartphones nos ofrecen herramientas para ayudarnos a desconectar de ellos mismos. Puedes consultar las funciones ‘Tiempo de uso’ si utilizas iPhone, o ‘Bienestar digital’ si dispones de Android. Te ayudará a ser consciente de las horas diarias que dedicas al teléfono, segmentado incluso por tipos de aplicaciones. Además, podrás configurar un límite de tiempo diario para las aplicaciones, así como definir un tiempo de inactividad en el que solo estarán disponibles las apps y llamadas que tú decidas.
Este consejo de límite de tiempo es el más recurrente a la hora de poner en marcha un ayuno intermitente digital. Wellnes Coach Institute, lo concreta de esta manera:
- Ayuno de pantalla: este método implica abstenerse de utilizar dispositivos electrónicos durante ciertas horas del día.
- Ayuno de 12/12:Este método implica no usar teléfonos móviles ni ordenador durante 12 horas y una ventana de uso de 12 horas. A medida que te vayas adaptando puedes ampliar a 14/10 o incluso 16/8.
- Ayuno de 5:2:Este método implica la reducción de uso de dispositivos a 5 días y 2 días de descanso.
- Ayuno de redes sociales:este enfoque implica no utilizar redes sociales durante un período de tiempo determinado. Puedes decidir no revisar tus cuentas de redes sociales durante una hora al día o no utilizarlas durante todo un día a la semana.
Beneficios del détox o ayuno
El ayuno intermitente digital y las técnicas de monitorización del uso de la tecnología. tienen beneficios similares a los del ayuno intermitente tradicional, como la mejora de la salud metabólica y la reducción del estrés oxidativo y la inflamación del cuerpo. Y además:
- Mejora tu capacidad de concentración: Las tecnologías pueden ayudarte de muchas maneras, pero también pueden distraerte de muchas otras formas, de hecho, son un foco de distracción importante en tu día a día. Tanto en el ámbito laboral como en el personal, la clave para optimizar nuestra productividad radica en la capacidad de concentrarnos en una sola tarea a la vez. Al practicar este tipo de ayuno mejoramos nuestra habilidad para permanecer enfocados en la actividad que estamos realizando, resistiendo la tentación de echar un vistazo al móvil en cada notificación. Esto, a su vez, te ayuda a mantenerte en tu tarea actual sin divagar.
- Mejora la calidad de tu sueño: El ayuno digital intermitente, concretamente antes de dormir, contribuye significativamente a la mejora de la calidad del sueño mediante la reducción de la exposición a la luz azul emitida por las pantallas de dispositivos electrónicos antes de la hora de dormir. La luz azul interfiere con la producción de melatonina, un neurotransmisor esencial en la regulación del sueño.
- Desarrollo de hobbies y habilidades: La reducción del tiempo frente a la pantalla abre espacio para explorar intereses personales, hobbies y el desarrollo de nuevas habilidades que pueden ser más enriquecedoras y satisfactorias. Pasar tiempo sin pantallas a veces es más sencillo de lo que pensamos. Realizando actividades en las que sea necesario mantener las manos ocupadas como yoga, cerámica, jardinería, tenis o natación, por ejemplo, podemos invertir en tiempo de calidad, alejados de las pantallas.
Es importante sin embargo, tener en cuenta que el ayuno intermitente digital no es para todo el mundo. Aquellas personas que dependen de los dispositivos electrónicos para trabajar o estudiar pueden tener dificultades para aplicar estas técnicas, como veremos a continuación. Además, aquellas personas con trastornos de ansiedad o depresión relacionados con la tecnología deben ser cuidadosas al aplicar estas técnicas y realizarlas de la mano de profesionales. Pero por lo general esta práctica nos enseña a valorar y priorizar lo que realmente importa en nuestras vidas, reconectando con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y con el mundo que nos rodea.
Sí, si todo esto está muy bien pero, además de querer ¿se puede?
Como señala Esther Paniagua, el problema aquí es doble. Por una parte, de las organizaciones por no establecer límites claros sobre las obligaciones de conectividad y disponibilidad online de los trabajadores. Por otra, de los trabajadores que, bien por responsabilidad, por presión o por autoexigencia, son incapaces de desconectar. Algo que, además, afecta al resto de sus compañeros y a la cultura corporativa, rompiendo la unidad y forzando al resto a estar conectados para no quedarse atrás o parecer menos implicados.
A este respecto Celestino González Fernández, nos recuerda que en enero de 2017, Francia introdujo en su normativa laboral el derecho a la desconexión digital y en España empieza a haber mayor concienciación social y política y se desarrollan las primeras legislaciones sobre “Derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral”, en el artículo 88 de la nueva Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales. Esta ley recoge que las empresas o personas que contraten trabajadores buscarán la manera de articular acciones de sensibilización y formación a los trabajadores sobre estos riesgos con el fin de evitar la fatiga informática y favorecer la conciliación.
Para Lucía Sicre García la desconexión digital se ha convertido en un derecho básico para los trabajadores en tiempos en los que el uso generalizado de smartphones, tabletas, portátiles… facilita enviar peticiones de trabajo fuera de la jornada laboral. En contraposición, el derecho a la desconexión digital busca garantizar el respeto al tiempo de descanso. En su artículo “Desconexión digital: qué es y cuáles son sus beneficios” repasa en qué consiste este derecho, qué normativa lo rige, cómo se implementa el derecho a la desconexión digital en la empresa y qué beneficios supone.
A pesar de que en España está cada vez más regulada la limitación en el uso de las tecnologías y cumplir los períodos de descanso, todavía queda mucho camino por recorrer en el ámbito laboral. Según el último informe sobre Desconexión Digital de InfoJobs, un 72 % de los trabajadores españoles afirma que sigue sin alcanzarla fuera del horario laboral, y, en concreto, el 51% de las mujeres sienten en mayor medida en la obligación de responder a las llamadas, mensajes o correos, con las consecuencias que puede generar, como estrés o ansiedad.
En definitiva, desconectar sí, ¿pero desconectar totalmente?
Esta es la disyuntiva que propone Esther Paniagua. ¿Es una solución tan radical la mejor manera de recuperar el balance en nuestra relación con la tecnología? ¿Por qué renunciar a lo bueno que nos traen las herramientas conectadas? En realidad, lo que necesitamos es cambiar las tornas para poder disfrutar de ellas sin generar problemas de estrés y adicción: exigir y forzar el desarrollo de espacios online saludables y penalizar el diseño adictivo de las plataformas digitales. Necesitamos un entorno digital que nos pueda hacer más felices, crear conexiones significativas y promover hábitos sanos, no solo consumir más o ser más productivos.
Esto es posible como se ha demostrado con el innovador proyecto «Desconectar para reconectar, por el que el alumnado de varios institutos han estado una semana sin móvil, por ejemplo: el Bachillerato de Investigación/Excelencia del IES Los Sauces de Benavente, 2ºESO A del IES Navarro Villoslada de Pamplona, o el IES San Juan de la Cruz de Pozuelo de Alarcón, en Madrid.
Y tu, ¿te atreves a comprobar, qué pasaría si prescindieras de tu móvil durante 30 días?. Nos lo propone Sandra Cañero, a partir del libro “Minimalismo digital: En defensa de la atención en un mundo ruidoso” de Cal Newport que muestra que los minimalistas digitales ya están entre nosotros. Son personas relajadas que pueden tener largas conversaciones, perderse en un buen libro, hacer manualidades o salir a correr sin que su mirada se escape constantemente hacia su teléfono móvil. Utilizando el sentido común y adoptando técnicas sutiles, Cal Newport nos enseñará cuándo usar la tecnología y cuándo prescindir de ella para disfrutar plenamente del mundo offline y reconectar con nosotros mismos. La tecnología no es mala o buena en sí misma, la clave está en usarla de acuerdo con nuestros valores y necesidades. Pero esto quizá para un próximo post…