Musicalmente me encanta el tango “Volver”, pero no puedo estar más en desacuerdo con la frase que decía que “20 años no es nada” y mucho menos 30. Quién dice esta frase y la remata con la de que “el saber no ocupa lugar”, es que nunca se ha parado a pensar que es lo que hacemos en las bibliotecas…
El pasado 21 de marzo se cumplieron 30 años de la publicación del Decreto de creación de la Biblioteca de Castilla y León. Su creación confirmaba el proceso normativo iniciado en 1989 con la publicación de la Ley de Bibliotecas de Castilla y León, que ha configurado el Sistema de Bibliotecas de nuestra Comunidad en estas tres décadas.
En las bibliotecas de Castilla y León durante estos 30 años de sus bibliotecas, hemos aprendido a dinamizar las colecciones, a catalogar, a difundir actividades, a programar para los adultos y los niños, a utilizar la tecnología para mejorar nuestra relación con la comunidad, a escuchar a los usuarios y, lo más importante, hemos aprendido que en las bibliotecas no sólo hay libros y que las bibliotecas son personas y son conocimiento. En ellas hay voces y hay silencio; hay exposiciones y hay obras de teatro; hay lectura; hay gente que aprende y gente que transmite enseñanzas… Hemos aprendido que la biblioteca está en la ciudad y en el pueblo, en ese edificio grandioso y en ese bibliobús. Hemos aprendido que siempre hay muchos retos por delante. En definitiva: hemos aprendido que la biblioteca es algo ante todo comunidad. . La biblioteca es energía, como los jóvenes, es memoria, como lo rural, y, por supuesto, es sus bibliotecarios, que son sus cimientos.
30 años no son ni muchos ni pocos, pero son suficientes para que todo se gane o se pierda, 30 años bien merecían un homenaje, un reconocimiento y ¿por qué no?, un agradecimiento a estos espacios y a sus profesionales, que pese a todo, siguen luchando para alcanzar algunos retos en relación con nuestros jóvenes y contra la despoblación.
Por todos estos motivos, la Consejería de Cultura y Turismo, en colaboración con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y Mares Virtuales organizó unas jornadas con las que bajo el título de ‘Biblioteca pública 2021: energía, memoria y cimientos’ pretenden celebrar las fortalezas y certezas del sistema bibliotecario, pero también analizar y anticipar los retos a los que se enfrentan hoy las biblioteca públicas. Las jornadas, cuyos contenidos están ya íntegros y a vuestra entera disposición, se celebraron online, en 3 sesiones, de 3 horas cada una, durante los días 5, 6 y 7 de abril y tuvieron como hilos conductores tres conceptos:
- Los jóvenes son energía.
- Lo rural es memoria.
- Los bibliotecarios son los cimientos
1ª sesión: Los jóvenes son energía y comunidad
Tras la inauguración oficial de las jornadas a cargo José Ramón González García, Director General de Políticas Culturales de la Consejería de Turismo de la Junta de Castilla y León, y ya entrados en materia siguió la conocida y reconocida escritora Elia Barceló, quién con su ponencia “Jóvenes, libros, lugares mágicos” y partiendo de su propia experiencia como lectora, de sus recuerdos de juventud y de las diferentes bibliotecas que ha conocido, habló de la adolescencia como etapa de confusión y dudas de todo tipo, de la importancia que puede tener, precisamente en esa época, el descubrimiento de la lectura como oasis en el que saciar muchas de las necesidades con las que se enfrentan. Concluyó con la esperanzadora idea de que las bibliotecas y sus custodios pueden convertirse, si sabemos encarrilar adecuadamente la oferta, en la salvación para muchas personas jóvenes y en algo que las acompañará para el resto de su vida.
Continuó Juan José Alfaro Olmedilla, bibliotecario de la Biblioteca Municipal de Villar de Olalla (Cuenca), con su ponencia “Scape room, un camino hacia la gamificación”, en la que con todo lujo de detalles nos explicó los motivos por los que según él es interesante un Escape Room en la Biblioteca. Explicó como surgió la idea y cual fue el proceso de creación, desde la lluvia de ideas hasta que el diseño se consolida. Habló de la necesidad de que exista una narrativa, una historia que sustente el juego. De como crearon los puzles, las pruebas y las pistas. Elección de bloqueos (candados). De la necesidad de crear expectativas como parte de la necesaria difusión. Y finalmente nos contó todo lo relacionado con la ejecución del juego en sí y el postjuego, toda una serie de actividades que se hicieron después y que iban colgando en las redes los grupos participantes. Repito una completísima experiencia de como idear y poner en marcha un juego de escape en la biblioteca de la que todos los que estéis pensando en ello, podéis “beber”. Repito dos ideas fuerza de su exposición que es necesario recordar antes de iniciar este tipo de retos, por un lado advirtió la enorme carga de trabajo extra que esto supone y por otro lado puso de manifiesto la necesidad de colaborar con otros colectivos más expertos en esta materia, que le ayudaros en la creación de esquemas organizativos para saber dónde tiene que ir cada cosa y se tarde poco en reiniciar la Escape Room para una nueva sesión.
Se cerró esta primera sesión de las jornadas con la mesa redonda “Videojuegos y juegos en la biblioteca” en la que intervinieron María Jesús Morillo, subdirectora adjunta a la Dirección Técnica BNE, la compañeria “biblogtecaria” Ana Ordas, especialista en gamificación en la biblioteca y Carmen Herrero Gil, jefa de la sección de Audiovisuales de la Biblioteca de Castilla y León.
María Jesús Morillo nos habló sobre el proyecto de preservación de videojuegos de la Biblioteca Nacional, con el que esta institución pretende reconstruir el pasado del videojuego y asegura el futuro de los videojuegos españoles, como parte del patrimonio cultural español, y tal y como prevé la Ley de Depósito Legal. En este proyecto es clave contar con la participación de AEVI (Asociación Española de Videojuegos), AUIC (Asociación de Usuarios de Informática Clásica) y DEV (Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento); con los productores de videojuegos españoles para que comiencen a depositar en la BNE aquellos juegos que publiquen de ahora en adelante y con los particulares para completar los títulos que faltan en su colección, la mayoría, de los años ochenta.
Ana Ordas, especialista en gamificación en la biblioteca, que en su intervención nos invitó a impregnarnos de la actitud lúdica que nos enseñan los juegos, porque seguro que será una buena compañera en otras facetas de nuestra vida y en nuestro trabajo. Los juegos de mesa y los videojuegos, ambos parte de una industria cultural grande y variada. En el caso de los videojuegos puso el foco en desarrollar una mirada crítica hacia esa forma de contar historias, y en el de los juegos de mesa como un vehículo para favorecer el desarrollo de ciertas capacidades o conocimientos a través del aprendizaje basado en juegos. Estad pendientes de nuestros post porque el 17 de mayo nos lo explicará ella misma, ¿quién mejor?.
Carmen Herrero Gil, jefa de la sección de Audiovisuales de la Biblioteca de Castilla y León, que nos explicó de forma muy clara y muy didáctica como fue el proceso de selección, adquisición, catalogación y puesta a libre disposición (contando sus luces y sus sombras, lo cual lo hace más sincero, útil e interesante aún) una amplia colección de videojuegos. El paso siguiente, a punto de culminar, cosa que estamos deseando, es poner en préstamo también, otra amplia selección de juegos de mesa. Tan pronto como los aspectos técnicos para preservar fichas, tableros y muy especialmente los derechos de autor, estén solventados, podremos empezar a jugar con lo que nos presten en la Biblioteca de Valladolid. Quizá todas estas “pequeñas cosas” y tan necesarios detalles, sean objeto de un futuro post por aquí. Siempre confío en que lo que otras compañeras han pensado para el resto, no hay que volverlo a pensar, solo reutilizar y disfrutar, gracias por ello!.
2ª sesión: Lo rural es memoria
Empezó la segunda sesión Ana Iris Simón, autora de Feria, una mirada a la familia, al pueblo, la memoria y la modernidad, con su conferencia “Seguimos vivos en las historias que contamos”. En esta charla la periodista y escritora nos habló, desde su experiencia y basándose en algunas de las reflexiones de su primer libro “Feria”, sobre la importancia de la memoria en relación con el entorno rural en España, máxime en tiempos de despoblación, crisis demográfica y desarraigo como los que estamos viviendo. En ese contexto analizó el papel tanto de los relatos familiares como colectivos, que atañen al pueblo en su sentido más amplio, y su importancia para la cultura popular y para los de abajo.
Continuó esta segunda sesión Dolores López Asensi, técnica responsable de la Red de Bibliotecas de Llíria con su presentación “Difusión y dinamización de la colección local en una biblioteca pública”. Para ella, el fondo local de las bibliotecas, unido a su carácter social, hace de las bibliotecas un instrumento esencial que ha de ofrecer una información práctica a la comunidad a la que presta sus servicios y hacer la vida más fácil a sus usuarios. Es algo que hace diferente a cada biblioteca, puesto que es lo que diferencia a cada biblioteca de las otras. Es necesario contar el papel de los centros educativos en la difusión de la colección local y como se puede fomentar entre los estudiantes. También nos habló de la importancia de las exposiciones para difundir, fomentar y poner en valor las colecciones locales.
Cerró este día una maravillosa, cercana y emotiva mesa redonda en la que “Tres bibliotecarias rurales”, nos trasladaron a sus comunidades en las que la biblioteca o el bibliobús, es mucho más que un servicio público, puesto que como dice Roberto Soto, es una labor bien humana la de estas Bibliotecas que tienen a gala su estrecha relación con los ciudadanos, con sus vecinos, con los que diariamente y de forma callada, más que servir, comparten sus servicios con ellos. A estas bibliotecas dedicó la campaña del Ministerio de Cultura y Deporte del Día de las Bibliotecas de este 2020 con el lema “Siempre contigo”, recogiendo en un vídeo ejemplos de bibliotecas rurales y de bibliobuses que lo ponen de manifiesto.
Intervinieron en la mesa Azucena Cester, bibliotecaria en la Biblioteca Municipal de Muniesa (Aragón), María Antonia Carro, Bibliotecaria Bibliobús número 5 de León y Carmen Fernández Fernández, Bibliotecaria de la Biblioteca de Soto del Barco (Asturias).
Azucena Cester, como ya nos dijera en el mencionado vídeo del Día de las Bibliotecas 2020, afirma orgullosa que “Ser Bibliotecaria en un pueblo es entregarte en cuerpo y alma las veinticuatro horas del día” y que “En las Bibliotecas de los pueblos se merienda mucho”, se ayuda mucho, se comparte mucho y se convive mucho. La cercanía, la proximidad, la vecindad son almas intrínsecas a este tipo de Bibliotecas. Sin ellas no podrían entenderse ni su funcionamiento ni su éxito entre la comunidad. Y en esta línea están las emcionantes emotivas y cercanas intervenciones de María Antonia Carro que nos llevó de viaje en su Bibliobus nº 5 por los 6 pueblos a los que atiende, y nos explicó todas las actividades que hace en ellos, desde los más tradicionales clubes de lectura, hasta los talleres de robótica. Y Carmen Fernández Fernández que nos cuenta la inmensa cantidad de proyectos que desde la biblioteca y en colaboración con los colegios y otras instituciones de su comunidad, lleva a cabo a pesar de que trabaja sola en la biblioteca. Recomiendo encarecidamente que veáis, disfrutéis y aprendáis de cada una de las tres experiencias.
3ª sesión: Los bibliotecarios son los cimientos
Comenzó este tercer y último día de las jornadas, el poeta, narrador, prescriptor, animador a la lectura, colaborador de bibliotecas, multipremiado y no se cuantas mil cosas más Raul Vacas, con su ponencia «Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín…». Toma en préstamo esta proposición de Cicerón para perfumar el contenido de esta charla, con la que pretendió confeccionar (y puedo asegurar que lo consiguió) un ramo de palabras frescas para ofrecer a los bibliotecarios y bibliotecarias que han sustentado su vigilia lectora durante tantos años. Recorrió algunos textos literarios y algunos libros que recogen el papel de estos profesionales y reflexionan sobre la importancia de su labor. Puso un tejuelo en la memoria para recordar diferentes experiencias vividas en las bibliotecas que he transitado y señaló con el marcapáginas de la imaginación los escenarios de presente y de futuro que nos aguardan en las salas de lectura. Nada nos faltó, como señala el orador romano en una de sus célebres citas, si en nuestra vida germinan a un tiempo libros, árboles y flores. Para que no se nos escape ningún detalle de su charla, ¿qué mejor que, además de verle, dejarla por escrito en un post para nosotros por aquí? Estad atentos, ya que en ella, como si de un racimo de cerezas se tratara, una referencia literaria tira de la siguiente, y así sucesivamente…
Después de tanta metaliteratura y de tanta poesía, Sofía Möller, bibliotecaria especializada en formación de usuarios y tecnologías, aficionada a la escritura y convencida del poder social de la biblioteca pública y otra colega “biblogtecaria”, nos trajo de nuevo a la realidad con su presentación “Formación: ¿cómo ponemos al usuario en el centro?”, en la que mostró como ha evolucionado la formación de usuarios y cuáles son las diferentes tipologías de formación que podemos ofrecer para volver a poner al usuario en el centro.
Personalmente tuve el honor de cerrar “bibliotecariamente” hablando tres días de interesantísimas, prácticas y emocionanes participaciones en estas jornadas sobre los 30 años de estas mis casas, las bibliotecas de Castilla y León, de las que formo parte hace 27 años. Por tanto mi participación en este caso, a petición expresa de la organización titulada “Lo que deben hacer los bibliotecarios, lo que están haciendo y lo que realmente pueden hacer”, tenía unos tintes subjetivos, ya que este tiempo de vida de las bibliotecas ha sido también mi tiempo. Sin embargo y lejos de centrarme en estos 30 años, también intenté mostrar de una forma más objetiva y distanciada lo que hemos hecho por estas bibliotecas en los últimos 13 meses, con sus reflexiones, su autocrítica y tirones de orejas, sus enhorabuenas y agradecimientos porque hemos hecho muchas cosas y todos los retos que aún nos queda por afrontar…
Y ahora sí que sí, clausuró las jornadas Segismundo, el potro de la torre con la charla final “Sonrisas, felicidad y búsqueda de trabajo en el ámbito bibliotecario”. ¿Acaso hay mejor manera de acabar unas jornadas, un post o lo que sea que hablando de bibliotecas, felicidad y sonrisas?