Las bibliotecas escolares son una realidad atípica en nuestro ámbito profesional y en nuestro país. Se trata de bibliotecas que pese a que la ley contempla[1] su existencia en cada centro de enseñanza público[2], no siempre nos encontramos que realmente existen como verdaderas bibliotecas sino que, a veces, se trata de meros depósitos de libros. Puede haber un profesional a su cargo, varios o ninguno, y otras veces funcionan gracias a buenas prácticas de profesores y/o familias voluntarias que velan por su buen funcionamiento. Es una realidad bastante heterogénea que dificulta el tener una red de bibliotecas escolares fuertes, como si existe en otros ámbitos como el universitario o las bibliotecas públicas.
Es cierto que en la sociedad cada vez hay más conciencia sobre los beneficios de la biblioteca escolar puede aportar en el aprendizaje del alumno, gracias en parte a los estudios que en otros países se llevan a cabo y cuyos resultados nos muestran evidencias que los bibliotecarios somos conscientes de ellas, pero nos queda aún trabajo para avanzar en este sentido.
¿Por qué nos encontramos en esta situación?
Tradicionalmente en nuestro país no se ha entendido bien el papel que las bibliotecas escolares pueden desempeñar en el proceso de aprendizaje de los alumnos. A raíz de este estudio de la situación de las bibliotecas en 2005 fuimos conscientes de la realidad de las bibliotecas escolares en España. Posteriormente, gracias a la nueva Ley de Educación de 2006 se dio un gran paso al contemplar su existencia y el responsable de esta, y durante 5 años se invirtió en la creación de bibliotecas escolares y muchas mejoraron de manera susceptible, tal y como se puede ver en este otro estudio de M. Baró y T. Mañá unos años después. Posteriormente, con la crisis y los inevitables recortes, las bibliotecas volvieron a caer poco a poco en el olvido.
¿Cómo revertir la situación?
Está claro que la falta de inversión por parte de las administraciones educativas responsables no ayuda. Creo que la sociedad debe ser consciente y conocer la relación existente entre el éxito educativo de los alumnos y que un centro educativo disponga de biblioteca escolar con un funcionamiento óptimo. Estudios realizados en otros países así lo constatan, como este del caso australiano donde desde 2010 evalúan todas las bibliotecas del país y se pone de manifiesto que tenemos un notable desconocimiento de la incidencia de la biblioteca escolar en los resultados académicos:
- Existe una correlación positiva entre el presupuesto anual de las bibliotecas escolares y los resultados del alumnado.
- Se detecta una correlación positiva entre el número de bibliotecarios (o personas responsables) de la biblioteca escolar y los resultados escolares.
Personalmente creo que deberíamos dedicarnos a cambiar la imagen que se tiene de las bibliotecas escolares y convertirlas en lugares vivos de información, formación y recreo.
Por suerte aparecen iniciativas como las del COBDC que recientemente acaban de publicar la traducción al catalán de la segunda edición revisada de las Directrices IFLA para la biblioteca escolar (2015) Y actualmente se encuentran en plena campaña de difusión a los centros educativos a través de su Grupo de Trabajo Bibliotecas Escolares.
¿Cómo influyen las bibliotecas escolares en el proceso de aprendizaje?
Según el Manifiesto Unesco/IFLA sobre la biblioteca escolar (2000): «La biblioteca escolar ofrece servicios de aprendizaje, libros y otros recursos, a todos los miembros de la comunidad escolar para que desarrollen el pensamiento crítico y utilicen de manera eficaz la información en cualquier soporte y formato».
La necesidad de bibliotecas escolares en todo centro educativo es porque se trata de un elemento central para el proceso de aprendizaje. En el actual momento que vivimos de revolución en las aulas y que muchos docentes dejan de utilizar el libro de texto como única fuente de información, las potencialidades de la biblioteca escolar son enormes, siempre que se disponga de un fondo actualizado, equilibrado y bien gestionado.
El papel de la biblioteca es clave para la necesidad que todos tenemos de seleccionar información, analizar aquella que es más relevante para nosotros, identificación de fuentes adecuadas, valorar la información que encontramos y cotejarla, organizarla dentro de ese maremagno que es internet.
¿Por qué toda la información en Internet es válida?
De sobras sabemos que no, nosotros los adultos… pero y los niños y adolescentes ¿son conscientes ellos?
Qué mejor lugar que una biblioteca escolar con un profesional a su cargo que nos ayude a descubrir la información que necesitamos en la maraña informativa que nos propocione los elementos clave para valorar un contenido informativo y que un trabajo de investigación no se base en una simple búsqueda en wikipedia o «san google» y se vomite en un papel de impresión un texto que podría ni siquiera haberse leído en su totalidad. ¿Se da en esta situación el aprendizaje?
Según se recoge en la obra de Jiménez-Fernández, Concepción Ma.; Cremades-García, Raúl. Bibliotecas escolares: la necesaria transformación de un agente imprescindible. Barcelona: Editorial UOC, 2013. (El Profesional de la información; 22) un estudio llevado a cabo en 2008 con jóvenes nacidos a partir de 1993, llegaron entre otras cosas a las siguientes conclusiones:
- aunque los jóvenes demuestran facilidad en el uso de la tecnología, demuestran ciertos problemas en el manejo de la información.
- buscan demasiado rápido la información que necesitan, lo que revela la falta de evaluación o filtrado de dicha informaicón
- las fuentes de información generalmente son buscadores generalistas simples y menos rigurosos que herramientas más eficaces y fiables.
Viendo estas conclusiones cabría preguntar si están nuestros jóvenes aprendiendo a acceder a fuentes fiables de información, algo que desde la biblioteca escolar sería una función básica.
La biblioteca escolar, elemento esencial del proceso de aprendizaje
El aprendizaje se trata de un proceso lento, largo y complejo, y tener un lugar que nos ayude a reforzar esa competencia es necesario y útil. ¿Pero tenemos actualmente las bibliotecas escolares desarrollando esta función?
En este sentido, el claustro de profesores es quién puede decidir como quiere que sea su biblioteca escolar, y por qué no, reclamar una persona con dedicación, a poder ser, exclusiva para su gestión, y si no es posible, al menos si la mitad de su jornada laboral. Porque ¿cómo podemos construir bibliotecas escolares con 5 horas semanales de dedicación?
La evolución social nos lleva a que el alumnado actual no sea un mero consumidor de información sino que tenga un papel activo en su aprendizaje, aprendiendo a investigar, a experimentar, crear, etc., siendo la biblioteca un lugar ideal que permite adaptarse a estas nuevas necesidades. Por eso es una gran ventaja tener una biblioteca escolar ya que sus funciones son:
- herramienta para compartir, colaborar y cooperar
- soporte educativo
- soporte documental
- compensador de desigualdad social
- entorno de comunicación
- sociabilizador
- cohesión
Necesitamos bibliotecas
En nuestra sociedad actual donde prima la rapidez de la información, nos lleva a dejar de tener en cuenta otros valores, que también son útiles:
- rigor de la información
- calidad de la autoría
- pertinencia
- ruido documental
Estos valores son los que nos permiten tener una visión crítica de la información que estamos evaluando. Quizás estaría bien si desde la biblioteca escolar se pudiera orientar a nuestros jóvenes a tener criterios para evaluar la información que utilizan. En nuestro mundo actual plagado de información manipulada, quizás. O quizás ya nos está bien como estamos, quizás no nos interesa que tengamos ese criterio… todo depende de la visión de cada uno.
Quizás ha llegado el momento de despertar y ser conscientes de su necesidad vital para nuestros alumnos y comunidad educativa, en general.
Pese a toda la bibliografía que existe sobre biblioteca escolares y sus funcionalidades, todavía seguimos estancados en el mismo panorama, con los mismos prejuicios hacia sus espacios, su personal, su utilidad, sus beneficios, etc. Pero también existen buenas experiencias de gestión de bibliotecas, como las realizadas en Galicia con el soporte de la Xunta, así como otras regiones que también están creando proyectos para avanzar en la mejora. Aún así, todavía nos queda un largo recorrido en esta materia para llegar a obtener beneficios como los citados en el estudio realizado en Australia[3].
OTROS ARTÍCULOS EN BIBLOGTECARIOS:
[1] Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006 indica en su artículo 113 que “los centros de enseñanza
dispondrán de una biblioteca escolar” y atribuye a las administraciones educativas la labor de sostener su funcionamiento en los centros públicos. Se trata de bibliotecas organizadas con el doble objetivo de contribuir a “fomentar la lectura” y facilitar “el acceso a información y otros recursos para el aprendizaje de las demás áreas y materias y formar en el uso crítico de los mismos”.
[2] En el caso de los centros privados, es diferente, ya que al depender de un organismo o entidad cada centro decide cómo disponer de sus bibliotecas, y es cierto que a menudo nos encontramos que en estos centros si existen profesionales bibliotecarios a su cargo.
[3] Badia-Pujol, Joan (2016). “Estudio de las bibliotecas escolares: el caso australiano”. Anuario ThinkEPI, v. 10, pp. 106-108. http://dx.doi.org/10.3145/thinkepi.2016.18
Las bibliotecas son consideradas como un centro del saber y conocimiento, debemos insentibar a los niños, adolescentes y personas adultas, para que acudan a nutrirse de la lectura de libros para actualizar su conocimiento y pensamiento.
Totalmente de acuerdo, qué mejor lugar que la biblioteca para alimentar nuestro saber y conocimiento. Gracias por tu aportación.