Preservación y conservación de fondos bibliográficos: guía low cost

¡Buenos días queridos BiblogLector@s!

Retomamos las guías básicas de actuación ante situaciones y circunstancias excepcionales que suceden en: bibliotecas, archivos y centros de documentación. Hoy trataremos la preservación y conservación, con la finalidad de compartir con vostr@s una guía low cost cuyos objetivos son: 

  • proteger un fondo o un patrimonio documental propio de una biblioteca, centro documental o archivo
  • incorporar un sistema preventivo en entornos donde los recursos son muy limitados

Por tanto, dejaremos de lado la parte teórica de la PyC (Preservación y Conservación), y nos centraremos en la parte más práctica y en cómo prevenir esos elementos que afectan a nuestras colecciones, como: luz solar, temperatura ambiental, humedad relativa, etc.

Antes de continuar os dejamos las definiciones de la RAE de los siguientes conceptos: 

Preservar: Proteger, resguardar anticipadamente a alguien o algo, de algún daño o peligro.

Conservar: 1. tr. Mantener o cuidar de la permanencia o integridad de algo o de alguien. U. t. c. prnl. 2. tr. Mantener vivo y sin daño a alguien. 3. tr. Continuar la práctica de hábitos y costumbres. 4. tr. Guardar con cuidado algo. Conserva las joyas de su familia desde hace años. 5. tr. Preservar un alimento en un medio adecuado. Conserva el queso en aceite.

Prevenir: 1. tr. Preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin. 2. tr. Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio. 3. tr. Precaver, evitar, estorbar o impedir algo. 4. tr. Advertir, informar o avisar a alguien de algo. 5. tr. Imbuir, impresionar, preocupar a alguien, induciéndolo a prejuzgar personas o cosas. 6. tr. Anticiparse a un inconveniente, dificultad u objeción. 7. prnl. Disponer con anticipación, prepararse de antemano para algo.

Introducción

Hablando desde la experiencia, he visto que algunas bibliotecas son gestionadas por personal que, aunque sean diplomados (licenciados o graduados) en biblioteconomía y documentación, carecen de conocimientos en materia de preservación y conservación documental. Y, aunque tire tierra sobre mi propio tejado, tengo que decir que yo misma he estado gestionando una biblioteca patrimonial con un archivo institucional muy importante y único. Otro punto que  también me ha sorprendido es que, a pesar de la importancia de la materia, he tenido la sensación que se le ha hecho poco hincapié durante la carrera. 

Aparte, he podido comprobar que la falta de conocimientos no me ha permitido ejercer la presión necesaria, al personal directivo, para convencer sobre la importancia de integrar un sistema preventivo basado en la preservación y conservación del corazón de dicha biblioteca/archivo. 

Existen cursos de formación que me han ayudado mucho a absorber e impregnarme de esos conocimientos y tecnicismos, uno que recomiendo es el siguiente.

No obstante, y pese a que el tema de la formación del personal puede revertirse, esto no sucede en centros donde la escasez de recursos e infraestructuras es una realidad. Éste es el gran problema al que se enfrenta el personal bibliotecario, archivero y/o documentalista. Por tanto, y sabiendo de primera mano que sin apoyo económico no es posible establecer un sistema de preservación y conservación preventiva, os presento esta básica guía low cost para retrasar ligeramente la tendencia de deterioro de la colección que estéis gestionando. Pero antes, deberemos entender qué factores intervienen en el deterioro de los materiales, aquí tenéis un mapa conceptual para entenderlo mejor.

Guía low cost: consejos prácticos

Para seguir una estrategia preventiva adecuada tenemos que saber qué elementos pueden afectar nuestras colecciones. En mi humilde opinión creo que los intrínsecos son más complicados de evitar ya que forman parte de la composición del soporte. En cambio, los extrínsecos pueden ser más evitables puesto que existen alternativas más baratas para controlar: temperatura, humedad relativa, suciedad, etc.

Archivos

Los documentos de archivo deben almacenarse en carpetas resistentes que permitan evitar la degradación y deformación de éstos. El papel neutro puede resultar un material de lujo para ciertos centros, una alternativa provisional pueden ser las carpetas montables de cartón. Y para almacenar los expedientes que facilite una buena organización y ordenación, las camisas de cartulina pueden ayudar al personal a alargar la vida del material que custodian. 

En bibliotecas patrimoniales, donde la institución almacena su archivo histórico, se puede dar el caso que dicho material se encuentre en un armario archivo de madera. La madera es un material dañino para el papel; pues desprenden gases que acidifican el soporte, es inflamable y causan ataques de insectos. Con la colocación del material en carpetas ayudaría a disminuir ligeramente los efectos de la madera sobre el papel, otra acción que se recomienda es ventilar los armarios. Dejar el archivo abierto durante horas ayuda a disipar esos gases, a disminuir la temperatura y la humedad relativa del interior del armario y, en definitiva, a prolongar la vida del material almacenado. 

Bibliotecas

Si las estanterías son de madera, para evitar que nuestra colección permanezca en contacto directo sobre la madera, podríamos incorporar cartulinas u otros materiales que hagan de separadores. Aparte que evitaríamos el efecto del amarillamiento del papel debido a la acidez causado por el material de la estantería. 

Luz

Los documentos no deben ser expuestos a la luz, pues favorece la oxidación. Aunque no tengamos un luxómetro a mano, es fácil observar si los documentos sufren de alta o baja exposición a la luz. Hay que evitar los rayos ultravioletas puesto que amarillean y decoloran las cubiertas y el papel. 

Si no disponemos de compactos o armarios con puertas y tenemos cortinas o alguna tela que cuelgue de ventanales, es preferible echar las cortinas para evitar los daños causados por una alta exposición a la luz.

Temperatura y humedad relativa

Es muy importante controlar estos dos factores puesto que ayudan a la proliferación de plagas de insectos y la aparición de manchas de humedad y hongos, aunque no es un efecto instantáneo. Hay que conservar los materiales en lugares frescos y secos, eso ayudará a conservar y preservar los materiales y así, evitar su restauración. 

Para saber más al respecto, aquí tenéis la entrada a un blog muy recomendable, si estáis interesados en el tema. 

También el gel de sílice es muy recomendable, sobre todo en zonas muy húmedas. Se nota enseguida al abrir una sala y el olor a papel húmedo y a papel húmedo impactan directamente contra nuestras fosas nasales. Aquí tenéis una entrada de Julián Marquina muy recomendable sobre este material.

Insectos u hongos 

Para evitarlos, la ventilación natural es la clave. Así como el uso de humidificadores, gel de sílice y, sobre todo, llevar a cabo una limpieza periódica del material. Es muy recomendable aspirar los cortes del libro: superior, interior e inferior; así como las estanterías. Otro factor a evitar es comer en zonas con libros. 

Aquellos documentos que presenten daños por hongos han de ser aislados lo antes posible del resto del fondo, ya sea mediante una bolsa, preferiblemente de mylar, o, de las que se usan para congelar los alimentos. 

Manipulación de documentos

Los documentos, al ser consultados y/o expuestos, también sufren deterioro. Ya sea por la grasa de las manos que provoca la aparición de manchas en el papel; o por la rotura o desprendimiento de las hojas. Es recomendable usar guantes y, en caso que no tengamos, tenemos diferentes opciones: prohibir la consulta física del material, realizar la digitalización de la página o páginas que se quieran consultar (en caso que sea relativamente factible), o disponer de una área cercana al bibliotecario, por si le tiene que llamar la atención. 

A falta de detectores de humo, alarmas…

Se recomienda revisar todas y cada una de las salas, cerrar puertas y ventanas y apagar todas las luces para evitar males mayores, antes de cerrar la biblioteca.

Y hasta aquí la guía de hoy, espero que os haya sido de utilidad y que lo podáis poner en práctica. Tenéis la zona de comentarios por si queréis aclarar dudas, compartir alguna información con nosotr@s o cualquier otra cosa. ¡Un saludo!

 

 

Ester Angulo

Colaboradora en BiblogTecarios Bibliotecaria con ganas de descubrir más sobre la biblioteconomía y documentación. Apasionada de las redes sociales e Internet. Esperando ver una revolución.

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