A modo de introducción
En mi post de hace ya unos meses os había contado la historia del Frysklab, un laboratorio de creación iniciado desde la biblioteca en el que el accceso al conocimiento para niños y jóvenes se basa en la creación y colaboración mediante la utilización de nuevas tecnologías.
La semana pasada durante el congreso anual de la asociación holandesa para los profesionales de la Información, KNVI, fue este precisamente uno de los tres proyectos en el sector galardonado con el segundo premio por su carácter innovador.
Por cierto este congreso ofrecía un programa bien interesante sobre muchos de los futuros retos de los profesionales de la información. Otro día os contaré algo de todo esto.
Un concepto que debe adaptarse a las necesidades de cada biblioteca
Volviendo al tema de los makerspaces, si cada vez más bibliotecas utilizan estos Library Labs o talleres de creación como la forma de comprometerse con su público y conectar a este con nuevos conocimientos y tecnologías, a través de la colaboración y trabajo en equipo, facilitando así el desarrollo y aprendizaje individual. Siendo esta una formula que funciona, no sería conveniente el plantearse adoptar y adaptar este concepto para el desarrollo del personal bibliotecario, facilitando de paso un mayor compromiso con la comunidad?
Como explica Mercedes Carrascosa en su último post, ‘la formación de los bibliotecarios es fundamental a la hora de acometer con éxito las tareas propias del centro bibliotecario’.
Estos Library Labs servirían como laboratorio de intercambio de ideas y conocimientos. Proporcionando el acceso a la información, a las nuevas tecnologías de una forma mucho más práctica. Este intercambio de ideas y conocimientos puede además servir como base para el desarrollo de nuevos proyectos, o justo no, porque quizás sea necesario equivocarse a tiempo, cometer errores y aprender de todo ello.
Puntos de partida
Una vez que la biblioteca decida adaptar esta nueva forma de trabajo es importante tener en cuenta lo siguiente:
- que en este concepto de makerspaces o Library Labs es recomendable apoyar la participación de los usuarios de la biblioteca, que puedan aportar ideas, ya que así pueden desempeñar un papel clave a la hora de priorizar ideas y proyectos que sean importantes para toda la comunidad
- que, como nos recomienda Mercedes Carrascosa, es importante colaborar y trabajar conjuntamente con asociaciones, colectivos y entidades que estén integradas en las comunidades donde se ubican las bibliotecas
- que es necesario entender que para empezar ni siquiera sea necesario un presupuesto especial. Se trata en primer lugar de organizar de otra manera los conocimientos,talentos e ideas dentro de la comunidad. A continuación habrá que valorar en que medida estos conocimientos talentos y tecnologías se adaptan a las necesidades del personal bibliotecario y a las expectativas del público.
Y, si fuese necesario, en que medida se puede financiar nuevas inversiones futuras a través de la propia institución o a través de otras instituciones, organizaciones o incluso de la empresa privada.
Un buen ejemplo de Library Lab como un lugar para para crear, innovar y colaborar es el el Harvard Library Lab.
En mi opinión el adoptar esta nueva forma de trabajo a la ‘vida’ de las bibliotecas no es sólo un reto sinó también una necesidad para poder adaptarnos a las expectativas de los usuarios de cualquier biblioteca.
Más información sobre makerspaces.