Devolución de piezas de arte expoliado
Una comisión, la comisión Gonçalves, ha investigado el pasado año el papel del gobierno holandés con respecto a las piezas de arte que en su momento, en la época colonial, habían sido sustraídas de sus países de origen para pasar a formar parte de las colecciones y fondos de algunos museos holandeses. La conclusión del informe de esta comisión ha sido unánime. Aconsejan al gobierno holandés la devolución de las obras que formen parte del patrimonio cultural de otros países. Como una manera de reconocer las injusticias de la época colonial. ‘Un informe oficial abre la puerta al retorno de 450.000 piezas’ como indica este artículo de El País sobre este tema. Véase aquí el enlace a la documentación, en holandés, de la comisión
El proceso de devolución no es fácil. La devolución solo se llevará a cabo siempre que lo pida el territorio de origen y se demuestre la fuerza ejercida. ‘¿Qué ocurre si una pieza no fue robada, o bien es imposible trazar el viaje que realizó desde su origen? ‘En tal caso, es posible que valga más el especial interés mostrado por el país que lo reclama, y se invita al Gobierno a que pueda ser también retornado’, como se explica en este artículo de El País.
Uno de los ejemplos de arte robado, como ‘botín de guerra’
Diamante de Panembahan Adam, el sultan Banjarmasin – 1875 – Rijksmuseum, Netherlands – Public Domain.
https://www.europeana.eu/nl/item/90402/NG_C_2000_3
Como era de esperar hay otros casos conocidos de países que reclaman su patrimonio cultural y que todavía están sin solucionar. Como se comenta en este artículo de la BBC Grecia ha pedido repetidamente que le devuelvan los Mármoles de Elgin del Partenón, que están expuestos en el Museo Británico. Desde su página web el museo Británico nos cuenta la historia de la adquisición de esta pieza de arte y la historia de este conflicto desde el punto de vista del museo. Por su parte, Perú ha iniciado acciones legales para reclamar la devolución de los tesoros incas a la Universidad de Yale en Estados Unidos aún sin solucionar. Pero también la devolución del busto de la reina Nefertiti, que se expone en uno de los museos de Berlín ha desatado polémica. Mientras África prepara también la vuelta a casa de su arte expoliado
Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nofretete_Neues_Museum.jpg
Arte, bibliotecas públicas y privadas en tiempos difíciles
En épocas de guerra y conflictos o bajo el poder de régimes dictatoriales las obras de arte, pero también los libros, han sufrido mucho. En Holanda durante la ocupación alemana, los nazis se apropiaron de obras de arte y libros de gran valor, que eran propiedad de los judíos deportados a los campos de concentración. Además destruyeron parte de las colecciones de las bibliotecas públicas que hay que entender como un acto de censura.
Pero algunas de las piezas más preciadas de las colecciones de los museos tanto de Holanda como del resto de Europa se trajeron como botín de guerra durante la época colonial. Se trataba de botines de guerra, robos, sutiles adquisiciones, compras forzadas o, simplemente, abusos de poder.
Como se comenta en este artículo de el Público y en el que se ilustran además algunos casos como el de Valencia que reclama el retablo de San Jorge al museo Victoria & Albert de Londres pero también el de Colombia que reclama 122 objetos del tesoro de los Quimbayas al Museo de América de Madrid, lo que se ha descrito –y quizás lo fue- como un regalo de las autoridades de aquel país a la corona española en las últimas décadas del siglo XIX. Lo reclamaron en 2017 y está pendiente.
España sufrió también el expolio de arte llevado a cabo por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la independencia española (1808-1814) fue, desde el punto de vista cultural, el saqueo más importante sufrido por España en su historia
Y en épocas más recientes, como la guerra civil española y la posguerra, que el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Arturo Colorado lleva años investigando, en esa época, y tal y como nos cuenta en su libro ‘Arte, botín de guerra’, «las obras que permanecieron en España son las que se encuentra el franquismo cuando gana la guerra. Es el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN) el que se encarga de devolver y muchas veces desviar entregándolas en depósito al ejército, a organismos del Régimen, a la iglesia e incluso a particulares amigos”
Incluso a día de hoy y hasta hace unos meses la familia Franco seguía teniendo en propiedad del Pazo de Meirás, así como dos estatuas del Mestre Mateo consideradas bien de interés cultural en el 2019. Es ahora al gobierno de Galicia, la Xunta, para que realice las acciones pertinentes para que las Estatuas del Mestre Mateo, consideradas bienes de interés cultural desde 2019 y la Biblioteca de Emilia Pardo Bazán, «se mantengan en Galicia»
Expolio y devolución de libros en las bibliotecas
No sería por tanto de extrañar que algunos de los libros que forman parte de los fondos especiales de las diferentes bibliotecas del mundo pudiesen haber sido sustraidos de forma ilegal. Pero esta pregunta es difícil de contestar.
Tal como nos cuenta la periodista cultural Anne van den Dool en el artículo publicado en la revista holandesa para especialistas de la Información IP vakblad voor Informatieprofessionals, el tema del expolio de libros de otras colecciones es un tema complejo. Aunque haya fondos que cuenten con libros procedentes de otras bibliotecas y de otros países no siempre esto significa que estos libros hayan sido robados. No es prudente sacar conclusiones demasiado precipitadas. Y para salir de dudas, en muchos casos, sería necesario tener tiempo y medios para investigar de qué manera se han adquirido estos libros antiguos.
Un ejemplo de es uno de los primeros textos en castellano, anotaciones en romance, las ‘Glosas Silenses’, comentarios en castellano hechos por copistas medievales y procedentes del monasterio de Santo Domingo de Silos.
Parece ser que a raíz de la desamortización de Mendizábal, se subastaron para conseguir dinero y en el 1878 las adqurió el Museo Británico. Aquí se puede leer la historia de estas Glosas que el museo Británico cedió temporalmente a España para ser exhibidas durante la Exposición Universal de Sevilla en 1992.
Como nos comenta Anne van den Dool en su artículo, aún teniendo fondos y medios para hacer investigación, no es tarea fácil porque no siempre será posible descubrir la diferencia entre una compra o donación en regla o una compra o donación forzada o fraudulenta, no siempre está claro.
A modo de conclusión, ahora que más que nunca, en esta época en la que el debate público a nivel internacional nos ha obligado a recapacitar y replantearnos muchas cosas sobre la historia colonial, quizás tengamos que mirar estos fondos de libros antiguos con cierto espíritu crítico. Pero una vez más, sin sacar conclusiones precipitadas e innecesarias.
Por suerte, los proyectos de digitalización de muchos fondos como son Internet Archive, Europeana, la Biblioteca Digital Hispánica, Gallica de la Biblioteca Nacional de Francia, las colecciones digitales de la Biblioteca Británica, entre otros, nos permiten ahora ya, acceder a textos y libros antiguos, sin que importe el lugar del mundo en que nos encontremos y sin que tener que movernos de casa.
Porque el libro antiguo, se ha convertido a veces ya en un objeto de museo, expuesto en una vitrina, abierto en una determinada página, no siempre la misma, para evitar su deterioro