Hace pocos días conversaba con un colega de la profesión sobre la adquisición de obras para las bibliotecas en donde trabajamos y la ilusión que hace cuando un libro que has escogido tú, acaba saliendo en préstamo.
Sí, a ver: visto así parece una cosa muy normal. Lo sabemos. Seleccionamos libros, compramos libros y luego los libros salen en préstamo. Pero, ¿y esos libros que sabemos que son un poco más difíciles, pero que apostamos por ellos y los compramos? Adquirir un superventas o una obra mediática, sabes que te va a subir seguramente las estadísticas de préstamo… pero hay otras obras que sabemos que tienen que estar allí, que merecen que les demos la oportunidad… y cuando sin presionar a nadie ni poner el libro en cuestión bajo luces de neón se lo lleva alguien prestado …¡es motivo de orgullo y satisfacción! 😉
Pero, por suerte, no solo la compra de libros nos insufla este sentimiento. Hay decenas, montones de momentos que valen la pena 🙂 Por poner solo algunos ejemplos aleatorios:
- Cuando viene alguien para hacerse el carnet por primera vez y le cuentas que puede sacar tantos libros, conectarse a los ordenadores, al wi-fi, asistir a actividades… y ves cómo su cara esboza una sonrisa (que, a ver, no nos flipemos, hay muchas personas que reaccionan tirando a normal y ya está). 😉
- Cuando recomiendas un libro a un usuario/a y al cabo de unas semanas vuelve supercontento/a diciéndote que le ha gustado mucho y que por favor le recomiendes alguna otra lectura.
- Cuando has ayudado a alguien a buscar información sobre determinado tema, o libros para determinado examen y luego vuelve a la biblioteca contento por la ayuda obtenida y por los resultados obtenidos.
- Cuando llega la caja mensual con las novedades y a medida que las vas procesando vas pensado a quién de nuestros usuarios les podría gustar (y, no nos engañemos, las cajas con las novedades gustan a todo el mundo, empezando por los propios bibliotecarios que aumentamos el deseo de leerlas y aumentar nuestro montón de lecturas pendientes).
No sigo porque sería una lista infinita y cada uno de nosotr@s podría añadir diez o doce motivos más.
Y en fin. Son estas pequeñas cosas las que ayudan a que nos encante nuestra profesión. Y sí, sé que suena tope teletubbie y que hay PROBLEMAS y SITUACIONES COMPLICADAS y que a veces las CONDICIONES LABORALES no son justas en algunos casos y MUCHAS COSAS NEGATIVAS, lo sé, pero también MUCHAS COSAS POSITIVAS y es lo que quería remarcar aquí en este escrito, porque a veces vale la pena recordar las cosas buenas que nos gustan 🙂
Hola, siempre ten esa satisfacción por obras que escogí y resultaron un gran acierto!
Usuarios que agradecen por las recomendaciones, sobre todo los tesistas e investigadores. Me encanta mi profesión