Como todos sabéis, está a la orden del día la importancia de las competencias informacionales en los nuevos estudios que implica el Espacio Europeo de Educación Superior. La formación en este sentido de nuestros alumnos universitarios es una necesidad que no podemos retrasar por más tiempo.
En la universidad, el estudiante aprende conocimientos que después necesitará actualizar en el ejercicio futuro de su profesión. Por lo tanto, se convierte en esencial, desarrollar una metodología de trabajo intelectual eficaz que permita adquirir habilidades para “aprender a aprender”.
La Declaración de Alejandría (2005) indica:
- Las competencias informacionales incluye las competencias para reconocer las necesidades de información y para localizar, evaluar, aplicar y crear información dentro de los contextos sociales y culturales.
- Resulta crucial para las ventajas competitivas de los individuos, empresa, regiones y naciones.
- Ofrece la clave para el acceso, uso y creación eficaz de contenidos en apoyo del desarrollo económico, la educación, la salud y los servicios humanos, y de todos los demás aspectos de las sociedades contemporáneas; y con ello ofrece una base vital para conseguir las metas de la Declaración del Milenio y de la Cumbre Mundial sobre las sociedad de la información.
- Se extiende más allá de las meras tecnologías actuales para cubrir el aprendizaje, el pensamiento crítico y las competencias de interpretación por encima de fronteras profesionales, potenciando a los individuos y comunidades.
La ACRL/ALA American Library Association estableció que una persona competente informacionalmente, es capaz de:
- Determinar el alcance de información requerida.
- Acceder a ella con eficacia y eficiencia.
- Evaluar de forma crítica la información y sus fuentes.
- Incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos.
- Utilizar la información de manera eficaz.
- Comprender la problemática económica, legal y social que rodea al uso de la información, y acceder a ella y utilizarla de forma ética y legal.
Podemos resumir las Competencias Informacionales como el conjunto de aptitudes y conocimientos que capaciten a los estudiantes a buscar, gestionar y aplicar la información científica y técnica en un proyecto determinado.
Los primeros trabajos elaborados por los alumnos de nuevo ingreso confirman que un buen número de estudiantes no conocen o definen incorrectamente su estrategia de búsqueda ante una necesidad concreta de información. También es de todos conocidas la metodología de hacer los trabajos docentes mediante el “cortar” y “pegar” de textos ya existentes. Estas prácticas invalidan el objetivo del trabajo docente que pretende que el estudiante adquiera unos conocimientos mediante la elaboración de trabajos de investigación, por ello se encuentran con las siguientes dificultades:
- Tienen dificultades para identificar una necesidad de información.
- Desconocen cómo interpretar la referencia de un artículo de revista y otros tipos de documentos.
- No saben interrogar bases de datos, normalmente, también desconocen su existencia.
- Adoptan estrategias de búsqueda demasiado básicas que comportan resultados no pertinentes.
- No reconocen los criterios que permiten evaluar la calidad de un sitio web.
- Desconocen los aspectos éticos y legales del uso de la información, especialmente los principios básicos de la propiedad intelectual e incurren frecuentemente en el plagio académico.
Ante lo expuesto anteriormente, desde hace años en los ámbitos internacionales y nacionales alertan sobre la necesidad de que las instituciones de educación superior deben adaptarse a los nuevos cambios y esto lleva a reflexionar necesariamente sobre la incorporación de la Habilidades informacionales o Competencias informacionales en los planes de estudios de nuestras universidades como competencias transversales válidas a lo largo de la vida profesional de nuestros ahora estudiantes.
Algunas bibliotecas universidades españolas se encuentran en estos momentos aplicando en sus planes de formación las competencias informacionales dentro de los planes de estudio de las diferentes titulaciones de grado y postgrado.
Con el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior y los estudios que están desarrollándose a nivel nacional e internacional sobre el tema de las Competencias informacionales que nuestros alumnos deben adquirir se nos abre también una oportunidad a los bibliotecarios para que nuestras bibliotecas pasen de ser meros almacenes de libros a convertirse en un Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación, en el cual el papel del bibliotecario será fundamental, ya que son ellos los especialistas en la gestión de la información.
Como premisas, las bibliotecas universitarias están de acuerdo en los siguientes principios:
- Que la formación de usuarios en el sentido tradicional, enseñar a usar los recursos que la biblioteca pone a disposición de sus usuarios, solo tiene sentido y obtiene resultados medibles de mejora del aprendizaje, si sirve de apoyo a un plan de formación integral y continuo en competencias informacionales (ALFIN).
- Que la formación en competencias debe estar vinculada a una materia concreta (asignaturas enriquecidas con ALFIN), ya que ésta, es la única forma de que los alumnos le vean un sentido práctico a la formación. Todo lo demás es una pérdida de tiempo y energía.
- Que la colaboración entre el profesorado y los bibliotecarios es, por lo tanto, imprescindible si se quiere que los alumnos adquieran de forma práctica y consciente estas habilidades en relación a una materia curricular y les sirva para su aprendizaje a lo largo de toda la vida.
- Que la formación en competencias informacionales debe estar integrada en la formación curricular del alumno y debe ser asumida por los administradores universitarios como un contrato de aprendizaje, un compromiso de la institución con el alumnado.
- Que la planificación curricular es competencia de los docentes y por lo tanto, son ellos los máximos responsables de la acción formativa, pero deben contar siempre con la colaboración de los bibliotecarios, expertos en recursos de información y de inestimable ayuda como apoyo en la formación continua del alumno en competencias informacionales.
Pero ¿cuál es la mejor manera de introducir las competencias informacionales en la educación superior?, o mejor dicho ¿cómo incorporar estas competencias en los estudios universitarios?
Tenemos diversas opciones, algunas de las cuales ya han sido adaptadas por diferentes universidades españolas, no hay un estándar en todo el sistema español ni tampoco en el europeo, pero podemos establecer las siguientes como las modalidades más desarrolladas en nuestro país:
- Establecer una materia troncal en los planes de estudio de las nuevas titulaciones universitarias impuestas en el EEES.
- Establecer una forma formativa a través de diversos cursos: cursos de corta duración, cursos expertos más especializados, etc.
La realidad de la necesidad de adquirir competencias informacionales está fuera de toda duda, lo que creo que nos va a llevar a discusión es ver cuál es el modelo que se ajusta a nuestro sistema universitario y a las características particulares de cada una de nuestras universidades, y sobre todo cómo podremos llevar a cabo la colaboración entre bibliotecarios y docentes para que nuestros alumnos consigan esta independencia informacional.