Imagino que todos habéis oído hablar de los libros viajeros o Bookcrossing. Esta iniciativa nació oficialmente en el año 2001 de la mano de Ron Hornbaker. Aunque muchos piensan que se trata de hacer del mundo una gran biblioteca, en realidad, lo que se pretende es que los libros sean los que salgan a la calle y encuentren al lector. Es decir, al contrario de lo que supone dirigirte a una biblioteca a buscar tú (como usuario) el libro.
Pero ambas iniciativas Bookcrossing y Bibliotecas no son enemigas, sino quese complementan y su finalidad es siempre la aventura de leer, crear el hábito lector en la comunidad.
¿Cómo funciona el bookcrossig?. Las reglas son sencillas y la más importante es ser honesto: los libros son gratis y la confianza entre todos los que participamos en ello debe ser mutua, debemos cuidarlos como si fuesen nuestros y una vez leídos liberarlos para que otro entusiasta de la lectura pueda hacer lo mismo.
Para empezar, debemos registrarnos en la página web, rellenando un sencillo cuestionario y ya, de este modo, formaremos parte de la comunidad de los bookcrossers. El siguiente paso consiste en registrar los libros que queremos compartir. Cada libro tiene un número único e intransferible, el BCID. Con este número cualquier persona que reciba el libro puede introducir sus comentarios y así podremos seguir su andadura por el mundo.
Existen varias modalidades para compartir los libros:
- La más segura y popular parece ser el intercambio con otros bookcrossers. Este intercambio suele hacerse por correo.
- Iniciar un bookring es un anillo de lectura en el que el libro va pasando de mano en mano entre las personas que se han apuntado y finalmente el libro regresa a su dueño.
- Una variante del anterior es el bookray que difiere del anterior en que el libro no regresa a su dueño sino que sigue “viajando”.
- La forma más divertida pero a la vez peligrosa el liberar a los libros en cualquier lugar (banco de un parque, en una estatua, en el metro, etc.) para que alguien lo encuentre, lo lea y lo vuelva a liberar para que sea encontrado por otro lector.
- Otra forma de desarrollar el bookcrossing, que es utilizado por empresas e instituciones, es crear una Zona Oficial de Cruce (un espacio físico), en la cual se dejan libros que los lectores pueden coger y cuando finalizan su lectura lo devuelven a este mismo lugar para que pueda ser leído por otros.
Esta forma de compartir los libros nos permite, por una parte, dar vida a los ejemplares que se encuentran inmóviles en nuestras estanterías y ,por otra, podemos hacer un seguimiento de su viaje por el mundo. Es curioso que libros que se liberan en España acaben en la otra parte del planeta.
En resumen, el Bookcrossing es otra forma de difusión de los libros que no resta usuarios a la biblioteca sino que, por el contrario, atrae a un tipo de lector diferente y puede llegar a personas que de otro modo nunca se dirigirían a una biblioteca. Puede integrarse como parte de las campañas de fomento de la lectura y promoción de la propia biblioteca: es una extensión de la biblioteca ya que los libros salen a la calle.
Algunos creen que es una forma también de dar salida a los donativos de una biblioteca que muchas veces no pueden ser absorbidos por la misma por cuestiones de espacio y permanecen olvidados durante mucho tiempo en ellas. Ya son 196 bibliotecas las que tienen una zona oficial de Bookcrossing y siguen en aumento.
En cuanto a los editores y autores, indicarles que no se preocupen, que esta iniciativa de compartir libros no afecta a vuestras ventas. Os sorprenderá saber que tenemos muchos editores y autores que son grandes fans del Bookcrossing. Han visto el valor paradójico de animar a la gente a compartir libros. De hecho, si comparas el número de personas que compran libros basándose en las críticas de libros que ven aquí según los libros cambian de manos, con el número de personas que encuentran libros gratis, podemos aseguraros que hay muchos más compradores que encontradores. Esta iniciativa no va de ahorrarle dinero a la gente. De hecho, muchos de sus miembros han empezado a comprar dos copias de cada libro que eligen, para poder quedarse una y dejar la otra libre por ahí. Es una forma de promocionar al libro, a los autores y a los editores fomentando el hábito de la lectura.
La iniciativa es muy interesante y así lo demuestran la cantidad de usuarios que se han registrado en la web, tanto personas como instituciones, pero ¿está nuestra sociedad preparada para esto? ¿O siempre tendremos el temor de que algún desalmado maltrate nuestros libros? Seguro que esto se podría solucionar con una política de concienciación hacia una sociedad que entienda lo que se puede aprender de los libros y lo maravilloso que es descubrir otras formas de pensar, de imaginar y de crecer como personas.
Tú imaginación vuela con los libros, permite que ellos también vuelen.