Estelarius, protagonista de este cuento, gran astrónomo e inventor, se queda sorprendido una mañana al comprobar por la ventana que el arco iris que cubría el cielo tenía todos los colores completamente desordenados.
Como buen astrónomo miró por su telescopio para averiguar que estaba ocurriendo. La sorpresa fue mayúscula, nada estaba en su sitio en la Galaxia. Planetas, estrellas, constelaciones, ect. campaban a sus anchas; incluso el Sol no estaba en su lugar habitual.
Tras no encontrar respuesta sobre lo acontecido en sus libros y para responder a la gente que venía a preguntarle, Estelarius viajó hacia el espacio exterior haciendo uso de su último invento, el «patinete estelar». Allí se encontró con el único astro que estaba en su lugar, la Estrella Polar. Ella, amablemente, explicó lo que estaba sucediendo. Su papel era importantísimo. Estelarius, agradecido, bajó rápidamente a la Tierra para tranquilizar a todo el mundo.
¿Sabéis el motivo de semejante «lío cósmico»?
Crítica personal:
Estamos ante otra gran obra de la colección de cuentos adaptados a la lengua de signos española de «Carambuco ediciones».
En este caso, la autora introduce a los más pequeños al mundo de la astronomía de manera sublime. Convierte el mundo ordenado de la Galaxia en algo parecido a lo que pudiera ser el patio de un colegio en hora de recreo. Todos los componentes de la misma tornan hacia personalidades infantiles y durante un día completo se entregan a la diversión y el juego.
Un cuento cargado de valores. Para que todos puedan divertirse, siempre debe haber alguien pendiente de que luego todo vuelva a su normalidad.
La colección de cuentos «Carambuco» es una adquisición a tener presente por las bibliotecas públicas de nuestro país. Los usuarios infantiles con necesidades especiales tienen derecho a estar representados en las colecciones de sus bibliotecas.
Lectura recomendada a partir de 5 años.
Conociendo al autor:
He podido contactar con la autora Montserrat Balada Herrera (Barcelona, 1966), que amablemente me ha respondido a las siguientes preguntas:
David: ¿Qué le aporta como escritora dedicar sus historias al público infantil?
Montserrat: Más que dedicar, es transmitir experiencias utilizando el lenguaje de los cuentos, aquel que consigue que la imaginación y los valores por la vida se fusionen motivando el placer por la lectura, no solo al lector infantil, sino a todo aquel que aprecia este género.
¿Y qué me aporta?… alegría por pertenece al conjunto de personas que aportan su granito de arena por construir futuros lectores.
David: ¿Qué motivó la elección de un tema tan complicado como la astronomía para la realización del cuento que estamos reseñando?
Montserrat: “¡Qué lío Cósmico!”, es más que un cuento, pero no solo el, sino, todos los títulos que pertenecen a la colección Carambuco. Cada texto original va acompañado de una adaptación al castellano signado, un sistema de comunicación que utiliza el vocabulario de la lengua de signos española (LSE), con la estructura de la lengua oral. Este sistema bimodal representa la visualización de las palabras del habla y consiste en utilizar un signo para cada palabra, haciendo el aprendizaje de la lengua oral más fácil.
Con todo esto quiero decir, que lo que me motivo a escribir la historia de este astrónomo fue los valores que está colección transmite. La interacción entre personas, sordas y oyentes, despertando el interés por una lengua la cual no ha nacido de la evolución social sino de la evolución humana, de la capacidad que tenemos para adaptarnos a cualquier circunstancia, de nuestro tesón, fortaleza y sobre todo, valentía.
Cuando supe que podía contribuir en este gran proyecto, pensé que debía encontrar una historia que aportará más que eso, más que una historia, que aportara vocabulario, y aquí entraron los planetas. Ver como niños y niñas disfrutan de dar un paseo por nuestra galaxia, a la vez que descubren los nombres de planetas y estrellas en la lengua de signos, es lo que aporta la alegría de la que antes os hablaba.
David: ¿Qué sensación experimenta cuando visualiza en imágenes la historia que usted escribió?
Montserrat: En referencia a ¡Qué lío cósmico!, más alegría, pues el ilustrador de esta historia, Joan Thelorius, trabaja con pinceles, y aunque parezca obvio, no lo es. Las técnicas de ilustración son muy diversas, y para mi agrado, ilustrar a pinceladas tiene el sabor de los grandes maestros. Por otra parte, nunca trabajo en imágenes, creo que es una gran ventaja. Cuando veo el trabajo del ilustrador o ilustradora, lo que más me emociona es ver que aspecto tiene lo que he escrito.
Pero el autor de texto, también experimenta otro gran placer al ver su obra ilustrada, el placer de trabajar en equipo. Precisamente, otro de los valores de la literatura infantil es potenciar esta cualidad, el trabajo en equipo.
El autor de texto es la semilla, y a partir de aquí, comienza una danza de profesionales todos con una misma meta en común, que el producto final tenga la calidad necesaria para conseguir construir aquello que el autor de texto desea en el momento en que se pone a escribir una historia, potenciar el placer por la lectura.