Primeros pasos para conseguir visibilidad científica: a la caza del impacto social

Tras mi anterior entrada relacionada con el concepto del «PLE Científico» tenía prevista esta otra sobre cómo empezar a construir una estrategia de visibilidad científica desde la base. Justo en la fase de redacción de la misma me topé con una nota ThinkEPI, que os recomiendo, en la que, entre otras cosas, Alexandre López-Borrull nos hablada de networking y marketing académico. Es en estos aspectos donde quería poner mi punto de mira en esta entrada y posteriores.

NetworkingComo todas y todos sabéis, no todas las áreas del conocimiento funcionan de la misma manera en relación a los patrones de comunicación y difusión científica. Mientras que en el área de la ciencia y la tecnología los investigadores e investigadoras siguen unos patrones más o menos definidos, no ocurre igual en el área de las ciencias sociales y humanidades. No obstante, me atrevería a decir , que hay un punto en el que confluyen todas las áreas; hablamos de un «desconocimiento» generalizado sobre las nuevas formas de difusión de la investigación. Por regla general, cuando un autor o autora ve su trabajo publicado en una revista científica, parece dar por concluido el proceso. En muchos casos, envían a sus colegas una copia o enlace a la descarga del artículo. En otros, difunden a través de las clásicas listas de distribución la noticia de la publicación de sus resultados. Pero, ¿qué hay del networking? ¿por qué no trabajan su marca personal de manera concienzuda?. Hoy por hoy, y no digo nada nuevo, los medios sociales ponen al alcance de los investigadores y las investigadoras multitud de herramientas que permiten trabajar el YO digital y planificar los pasos necesarios para construir una estrategia de visibilidad científica firme. En otros términos, hablamos del concepto de marketing académico, y unido a éste, de reputación profesional. Tampoco se trata de nada nuevo, pero ahora (según se mire) es mucho más fácil de ejecutar y sobre todo de medir.

Os propongo un pacto, ¿por qué no trabajamos juntos, en esto, investigadores e investigadoras y profesionales de la información y la documentación? De hecho, me consta que la sinergia, en este sentido, se está dando. Es más, yo participo de ella asesorando a docentes universitarios, entre otras cosas, en esta línea.

En relación con la difusión de vuestros trabajos científicos ¿os animáis a participar del lema «Do it yourself«, primero de la mano, para luego hacerlo solos y solas? Esta actitud supone salir de vuestra zona de confort ¿estáis preparados y preparadas? Desde luego, la causa merece.

Para no hacer muy larga esta entrada, vamos a centrarnos en una primera fase en lo que podría ser los cimientos de nuestra estrategia de marketing académico. Para poder llevar a cabo una estrategia de este tipo, es fundamental contar con una plataforma que actúe como centro de operaciones. Alfonso Alcántara, en su blog Yoriento (@Yoriento en twitter), en concreto en «10 ideas para convertirte en un profesional 2.0: ‘duelo’ con @ristomejide«, hace referencia, de una manera muy visual, al tema de no tener web o blog personal:

Sin un blog eres un ‘sin techo digital’, todo el día tirado en las redes sociales (os recomiendo seguir a Alfonso, es un maestro del networking).

Efectivamente, resulta clave tener una web personal donde, además de presentarnos alejándonos del uso de un lenguaje excesivamente institucional, debemos ofrecer una mínima información curricular en lo que se refiere al ámbito académico. Como punto fuerte, debemos ofrecer acceso abierto a nuestra producción científica. Para ello, el camino idóneo comienza por autoarchivar nuestras publicaciones en algún repositorio, ya sea institucional o temático. Para llevar acabo esta acción, tendremos que conocer previamente las condiciones de autoarchivo que permiten las revistas científicas en las que hemos publicado nuestros trabajos. Aquí jugará un papel fundamental herramientas como SHERPA/ROMEO y Dulcinea. Las ventajas del autoarchivo de cara a la visibilidad esta más que demostrada. A parte de obtener una URL permanente hacia la consulta o descarga de nuestra producción, los repositorios nos ofrecen datos de uso de la misma.

Por otro lado, nuestra web personal debe integrar también, en la medida de lo posible, toda nuestra presencia en redes y herramientas sociales. La comunicación debe darse desde nuestra web hacia afuera y viceversa.

Por temas de posicionamiento en buscadores, y por tanto de visibilidad, sería conveniente que tuviéramos dominio propio. Por regla general, en las Universidades se ofrece espacio web a los y las docentes. Aquéllos y aquéllas que dispongáis de una web alojada en vuestra universidad habréis podido comprobar que, en muchos casos, la URL de la misma es «infumable». Por poneros un ejemplo, en mi caso, ando en proceso de migración a mi propio dominio www.davidgomezdominguez.es. Mientras, la URL de mi web en la UGR es wdb.ugr.es/~dgomez/documentalista

Paralelo a nuestra web, debemos ofrecer dinamismo y actualidad mediante la integración de nuestro blog personal (con los gestores de contenidos actuales esto supone «cero» dificultad). Mantener activo el blog con temas relacionados con nuestras líneas de investigación, participación en congresos, realización de cursos, publicaciones recientes de trabajos de investigación, etc. posiblemente (junto con otros aspectos relacionados con el networking que veremos en próximas entradas) terminará posicionándonos, a nivel social, como experto o experta en ese área de conocimiento. En otras palabras, es cuestión de ir sembrando, si la campaña es buena, los frutos terminan llegando. Además, nunca sabemos de que manera. A veces puede llegar a sorprendernos el poder de los medios sociales. Por otro lado, participar de la conversación en entradas de otros blogs de tu ámbito de interés, es otra manera de hacer networking de la que puedes salir beneficiado o beneficiada en términos de reputación y visibilidad.

Toda la información relativa a la estadística de uso de nuestra producción científica depositada en algún repositorio, junto a los posibles comentarios que se generen en nuestras entradas de blogs donde presentamos trabajos científicos ya publicados o incluso las veces que éstas hayan sido marcadas como favoritos en las herramientas de marcado social o hayan sido compartidas en redes sociales, etc. son indicadores de medida del impacto social (altmetrics) de la misma. Aunque actualmente, no son reconocidos por las agencias de evaluación, van camino de ello y pueden llegar a convertirse, en un futuro, en importantes indicios de calidad de cara a los procesos de evaluación científica. Para saber más sobre las altmetrics os recomiendo la lectura del trabajo de Daniel Torres, Álvaro Cabezas y Evaristo Jiménez: «Altmetrics: nuevos indicadores para la comunicación científica en la Web 2.0« .

En definitiva, en la medida en la que hagamos una mayor difusión social de nuestras publicaciones y participemos activamente del networking especializado, estaréis conmigo, en que tendremos una mayor visibilidad que, aunque no de forma directamente proporcional, puede llevarnos a obtener mayores posibilidades de ser citados por otros  autores o autoras de nuestro campo de conocimiento.

A la vista de todo lo comentado, comenzar nuestra estrategia de visibilidad científica por la construcción de nuestra web/blog resulta de vital importancia. En siguientes entradas, intentaremos ofrecer consejos sobre como trabajar el networking a través de la presencia y participación en distintas herramientas sociales en pro de conseguir  mayor visibilidad y reputación.

David Gómez

Gestor del conocimiento en el Observatorio de la Infancia en Andalucía. Me interesa la evaluación científica y la literatura infantil. Disfruto, día a día, de los pequeños momentos en familia.

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