«Caracol, col col saca los cuernos y ponte al sol!!» Eso es lo que hizo el protagonista de este cuento. A la vista del sol que lucía, sacó sus cuernos y se dispuso a dar un largo paseo.
Tras caminar y caminar, cayó en la cuenta de que se había perdido; necesitaba encontrar su casa. A partir de ese momento, Caracol se lanza en busca de ayuda. En su camino se encontrará gran catidad de amigos y amigas a los que preguntará, pero ninguno sabrá decirle dónde está su casa. Solo la Sra Elefanta lo pondrá sobre la pista, el viejo ermitaño será la clave.
¿Dónde estaba la casa de Caracol? ¿Por qué lo sabía el viejo ermitaño?
Crítica personal:
De nuevo un cuento cargado de valores de la colección de Carambuco ediciones adaptada a la lengua de signos española.
En este caso, se trata de un cuento que resalta la hospitalidad y el empeño. Todos los personajes con los que se encuentra Caracol no saben donde está su casa pero le ofrecen la suya para poder pasar la noche. Por otro lado, Caracol, con mucho empeño e insistencia, consigue lo que buscaba.
Es una buena manera de fomentar, entre los más pequeños, el compañerismo y la idea de no cesar en el intento cuando queremos conseguir lo que vamos buscando.
Lectura recomendada a partir de 3 años.
Conociendo al autor:
Como viene siendo habitual, los autores de esta colección se prestan a responder algunas preguntas. En este caso, le he preguntado al autor lo siguiente:
David: He podido comprobar que ha sido ilustrador de varios cuentos de la misma colección ¿existe alguna diferencia entre ilustrar una historia de otro autor o autora a ilustrar su propio cuento?
Para mí, a la hora de abordar un trabajo me resulta más simple con mis propios textos, ya que paralelamente a la historia, voy construyendo y bocetando las imágenes. De hecho, a veces son las propias imágenes las que influyen en el texto. En el caso de un texto de otro autor tienes que partir de 0, analizar el texto en profundidad y dividirlo correctamente para que cuadre con la ilustraciones. Son dos maneras diferentes de trabajar, pero ambas igual de apasionantes.
David: Cuando comienza a escribir e ilustrar una historia ¿cuál es su punto de mira?
Intento ponerme en el lugar de mis lectores, teniendo muy en cuenta a que franja de edad va dedicado el libro, no es lo mismo un libro para un lector de 5 años, que para uno de 10. Podríamos decir que intento retrotraerme a esa edad y hago un esfuerzo por imaginarme que es lo que me resultaría más atractivo. Actualmente lo tengo más fácil, ya que en casa tengo 3 pequeñajos de 6, 5 y 2 años, con los que puedo ir evaluando el trabajo. Si les gusta a ellos la cosa va bien.
David: ¿Es cierto que el público infantil es muy exigente? ¿Ha tenido la oportunidad de presentar el cuento ante este público? Si es así, ¿cuál ha sido el feedback recibido?
Más que exigente es exigentísimo. Con el público infantil tienes que tener en cuenta todos los detalles, por pequeños que sean, por ejemplo: no puedes escribir un texto diciendo que habían 10 florecillas y dibujar sólo 9. Si lo haces te van a decir que te has equivocado y que falta una florecilla. Es increible pero se fijan en todo. «¡Me he perdido!» ha sido presentado en varias ocasiones y el feedback ha sido fantástico. Lo más curioso de este libro es que a pesar de que seguramente todos saben donde está la casa del caracolillo, siempre esperan intrigados el desenlace del cuento. Puedes explicarlo 100 veces y siempre es como si fuera la primera vez. Una maravilla.