Desde hace algo más de 5 años, vengo colaborando, como docente, en el Máster Europeo en Salud Pública EUROPUBHEALTH+. Un máster propio de la Universidad de Granada que imparte la Escuela Andaluza de Salud Pública de la Junta de Andalucía en consorcio con otras cuatro instituciones: Universidad de Maastricht (Países Bajos), Universidad Jagiellonian de Cracovia (Polonia), Universidad de Sheffield (Reino Unido) y Universidad de Rennes (Francia).
La coordinación de este Máster da mucho peso a los contenidos transversales, totalmente necesarios para el aprendizaje de los alumnos y alumnas de este tipo de formaciones. Es una gran suerte contar con profesionales de la salud pública que tengan esta visión de la importancia del aprendizaje en competencias informacionales y en estrategias de comunicación para la salud. Es evidente que los futuros profesionales de este ámbito del conocimiento van a necesitar de estas competencias para poder manejarse en la sobreabundancia informativa y poder avanzar, siempre, con la evidencia científica como bandera.
Mis sesiones, que suelen ir de lo general a lo específico, siguen el clásico modelo de «búsqueda, organización y difusión de información». No obstante, dado el contexto de salud pública y promoción de la salud en el que me muevo, suelo denominarlas de otra manera más atractiva para los alumnos y alumnas: ¿cómo ingerir información de manera saludable y responsable?.
El objetivo es claro, sobrevolar desde lo genérico a lo específico, con el fin de evitar posibles intoxicaciones de información. La INFOXICACIÓN no es saludable.
Hoy quiero compartir con ustedes los contenidos que comparto con mis estudiantes por si tienen a bien replicar la idea en vuestras formaciones 😉
¿Cómo mantener una dieta informativa idónea, baja en calorías?
Cómo en la vida misma, comenzar con un buen desayuno es fundamental para afrontar el día con energías. Justo eso es lo primero que vemos, cómo organizar nuestra ración diaria de información. La mesa, FEEDLY, nuestro agregador de contenidos favorito. Los principales ingredientes:
- La suscripción vía canales RSS
«Dejad que los contenidos se acerquen a mí». Ese es el kit de la cuestión. El RSS sigue siendo el rey 😉 Plantear una buena red de pesca informativa y esperar a que piquen los buenos contenidos no es tarea fácil, pero con paciencia y como mucho ensayo y error, podemos conseguir una buena mesa que se adecue a nuestros gustos informativos o necesidades de información. A veces, no tienen por qué coincidir.
Revistas científicas, blogs científicos, agencias de noticias científicas, secciones de ciencia de los principales periódicos, etc. son caladeros fundamentales hacia donde debemos lanzar nuestra caña. Y así lo hacemos en el contextos del máster. Algunos tiran su caña hacia revistas relacionadas con la salud comunitaria y blogs sobre promoción de la salud. Otras, hacia revistas especializadas en salud y mujeres o secciones de salud de algunos de los principales periódicos del país. La variabilidad en los gustos y necesidades van conformando el menú de cada cual.
¡Cuidado! Suscribir fuentes es muy sencillo, pero no se puede llenar el ojo antes que la barriga. Nuestra dieta informativa debe estar libre de ansiedades. Es importante ir revisando nuestro menú para ir haciendo las adaptaciones pertinentes.
En definitiva, plantear un buen panel de recuperación de información a través de un agregador de contenidos es básico para una buena ingesta de información.
- Las alertas informativas en buscadores
Para afinar un poco más, podemos construir alerta en buscadores científicos, bases de datos especializadas y/o multidisciplinares, plataformas de revistas, etc. Cuando tenemos claro lo que necesitamos ingerir, éste es el mejor camino.
Estas alertas, puedes llevártelas a tu agregador de contenidos (opción recomendada). O bien, a tu correo electrónico, siendo consciente que puedes comenzar a transitar por el indeseado mundo de la dispersión.
- El aprovechamiento de las posibilidades que nos ofrece abrir un perfil personal en bases de datos bibliográficas.
Además de suscripciones RSS y alertas informativas, una buena mesa también tira del valor añadido que nos ofrece tener usuario registrado en plataformas y bases de datos. De esto sabe mucho Lluís Codina, que nos regala unos posts muy interesantes en su blog como:
- Programación de alertas en bases de datos académicas: contexto, definición y planificación
- Cómo explotar una base de datos académica en 6 fases bien definidas: el caso de Scopus
- Descubrimiento de información en plataformas académicas: bases de datos y revistas digitales
- Cómo utilizar la historia de búsqueda en bases de datos académicas
- Uso eficiente de la base de datos académica Web of Science con el procedimiento de las 6 Fases
Otros caladeros donde pescar
Existen otros espacios por donde circula la información, de manera más o menos informal, pero que no debemos dejar de tener en cuenta. A veces, detectamos suculentos platos por esos canales:
- Monitorizando o haciendo seguimiento de temas, investigadores, perfiles de revistas científicas, agencias de noticias… en medios sociales.
- Redes sociales científicas.
- Foros y listas de distribución profesionales.
Organizando nuestra despensa
Ya tenemos nuestra cesta de la compra hecha, ahora toca organizar nuestra despensa. Dependiendo de los alimentos, optaremos por unos espacios u otros. Pero, básicamente, tenemos a nuestra disposición dos tipos de herramientas:
- las de gestión bibliográfica.
- las de marcadores sociales.
Allí almacenaremos la información hasta que formen parte de algún menú, llámese artículo científico, informe de investigación, entrada de blog, etc.