¿Cuántos investigadores e investigadoras tienen conocimiento de las bondades de los medios sociales en lo que a investigación se refiere? ¿Conocen el potencial de la sindicación de contenidos vía RSS? ¿Autoarchivan sus publicaciones en algún repositorio y conocen sus beneficios? ¿Tienen página web personal o blog desde donde centralizar sus canales de comunicación y difusión científica? ¿Tienen presencia y son activos en redes sociales, ya sean estas genéricas o científicas? ¿Usan gestores bibliográficos sociales y sus servicios sociales adicionales para gestionar publicaciones de interés? etc. Estas son algunas de las muchas preguntas que me hago sobre la base de mi experiencia profesional y que, a las alturas que estamos, no dejan de sorprenderme.
La figura del bibliotecario integrado o embebido, los Entornos Personales de Aprendizaje (PLE), la curación de contenidos y los conceptos de identidad y reputación digital son ingredientes inspiradores de esta entrada. Como si de una receta se tratara, la salsa que utilizaremos vendrá cargada de alfabetización en competencias digitales, informacionales y sociales. Todo ello nos servirá para preparar un plato al gusto de nuestros investigadores y nuestras investigadoras. Después, estará en sus manos llevar a la práctica la propuesta que vamos a ofrecerles y en la que podemos servirles de guía.
En el mundo social y conectado en el que vivimos (hace ya un tiempo), ha cambiado mucho el escenario en el que se mueven, o deben moverse (siendo más precisos), los y las docentes investigadores e investigadoras: ha cambiado (debe cambiar) la manera en la que se relacionan entre ellos y ellas, la manera en la que se accede a la información, la manera en la que se difunden los resultados de las investigaciones, han aparecido nuevas herramientas que potencian el acceso abierto a los contenidos científicos, otras que facilitan la organización y marcado de grandes cantidades de información, han aparecido sistemas disruptivos como el RSS, se ha tornado necesario trabajar la identidad digital en pro de conseguir una mayor reputación profesional, han aparecido las Altmetrics (nuevos indicadores que miden el impacto social de las investigaciones que van camino de convertirse en indicadores de referencia que influirán en la reputación profesional de los investigadores y las investigadoras), etc.
En la medida en que un o una docente sepa moverse como pez en el agua en estos terrenos y sacar partido a todas las herramientas que tiene a su alcance, tendrá una posición más privilegiada, más visible. Ahora bien, llegar a esta situación requiere trabajar nuestras competencias informacionales, digitales y sociales y tener una actitud positiva hacia la adaptación constante a nuevos contextos de comunicación e interacción social. ¿Están dispuestos y dispuestas a ello? ¿Podemos ayudarles?.
Quizás el esfuerzo inicial eche para atrás a los y las protagonistas de esta historia. Así que, aunque se salga un poco de lo que podría ser un perfil de bibliotecario embebido, nosotros y nosotras, profesionales de la información, debemos ofrecer nuestra ayuda. Acercarnos a nuevas tendencias educativas y ayudar a los y las docentes a generar y mantener en el tiempo su propio Entorno Personal de Aprendizaje (PLE) «Científico» puede ser garantía de éxito.
Un PLE es un «Conjunto de estrategias conscientes para usar herramientas tecnológicas para acceder al conocimiento contenido en objetos y personas y con ello conseguir unas determinadas metas de aprendizaje» Ismael Peña
Los PLEs son no son algo estáticos, deben ir adaptándose a nuestras necesidades informativas / formativas que son cambiantes. Invertir tiempo en construir un PLE inicial puede significar ahorrar mucho más en un futuro.
¿Se puede construir un PLE en torno a nuestros procesos de investigación? ¿Cómo podríamos construir un PLE «Científico»? Podemos seguir tres fases que, en cierta manera, tienen que ver con las fases seguidas en los procesos de curación de contenidos:
- Entrada de contenidos: ¿qué competencias deben tener los investigadores e investigadoras?
- deben saber realizar alertas informativas, suscribirse a fuentes de información (revistas, blogs, etc.) vía RSS, hacer un uso avanzado del registro de usuario identificado de algunas bases de datos o plataformas (salvar búsquedas).
- deben saber realizar búsquedas avanzadas mediante el uso de operadores, truncamientos y todo tipo de limitadores.
- deben conocer las principales bases de datos y plataformas para la recuperación de la información relativa a su ámbito de conocimiento.
- deben saber usar herramientas sociales para visionado de vídeos, presentaciones, imágenes, etc.
- Procesamiento de información:
- deben saber organizar la información recibida en la primera fase mediante el uso de gestores bibliográficos, marcadores sociales, etc
- deben saber usar y participar de las redes sociales (genéricas o científicas) que tienen a su alcance. Sacar el mayor partido a estas herramientas debe ser un objetivo importante: la participación en la conversación en twitter, en grupos privados o abiertos de facebook, en debates a través de grupos en linkedin, etc.
- de la misma manera, deben saber participar de la conversación y debate generados a través de los principales blogs de su área de investigación.
- deben saber usar y participar de la comunidad a través listas de distribución.
- Elaboración del producto y difusión: una vez publicado un trabajo de investigación, los investigadores e investigadoras deberían,
- saber difundir esta publicación mediante una entrada en su blog o web personal.
- saber autoarchivar la publicación en algún repositorio institucional o temático. Para ello será necesario también unos conocimientos mínimos sobre acceso abierto, derechos de autor y condiciones de autoarchivo.
- saber realizar difusión y animar al debate por redes sociales (genéricas o científicas). La retroalimentación recibida de los y las colegas del área son muy enriquecedoras.
- saber recuperar, de cara a sus evaluaciones científicas, las citas recibidas y los indicios de calidad de la manera más automática posible (perfiles, alertas).
Sobrevolando a todos los procesos, está la construcción de nuestra Red Personal de Aprendizaje (PLN – Personnal Learning Network) que, junto a nuestra interacción con ella, jugará un papel importante en nuestro PLE.
En la medida en que sepamos trasladar esta filosofía de trabajo a nuestros investigadores e investigadoras, sabrán sacarle mayor partido a los recursos disponibles. Las opciones son múltiples, pero el itinerario dependerá da cada uno y una. No hace falta seguir los mismos patrones ni participar de todas las herramientas.
¿Qué opináis de todo esto? ¿Se os ocurren más competencias? ¿Pensáis que un PLE científico facilitaría el día a día de los y las docentes? ¿Podríamos ayudarlos como profesionales que somos? Me da la sensación que de este mundo solo participa una «pequeñísima» parte, aunque los y las participantes son muy activos y activas y puede parecer que sea algo más habitual de lo que realmente es. Hay mucho por evangelizar todavía, y más aún, por trabajar a pie de pista.
Hola David. Yo llevo desde 2007 haciendo, entre otras cosas, exactamente esto, y pienso que depende:
– Si los científicos no trabajan / publican en equipo, y quieren hacer de todo un poco, efectivamente necesitan más formación por parte de los embedded librarians, que luego deberían ser un poco su coach o analistas (ver si van bien o en qué pueden mejorar) además de ayudarles a buscar financiación.
– Si los científicos trabajan más en equipo, y quieren realmente dedicarse a lo suyo (investigar) el rol de ese embedded librarian va más allá aún, ejecuta buena parte del plan que comentas. Eso sí, necesitan interactuar constantemente, porque si empieza a generarse interacciones con pares o público, el bibliotecario embebido llega hasta donde llega, claro.
En alguna universidad hay un técnico que se encarga de gestiones relacionadas con patentación, obtención de financiación vía proyectos europeos, etc., pero toda esta parte, hasta donde yo he visto, es muy muy desconocida. Somos muy pocos todavía los que nos dedicamos al Marketing Académico, al menos por aquí. En otros países, el rol está muy muy orientado o a Marketing, o a ALFIN, sigue difícil ver algo más «in between», que es por lo que yo abogo, desde luego.
Un placer leerte, duro con ello.
Buenos días Jorge:
Muchas gracias por tu comentario. Justo es esa primera opción a la que me refería en mi post, de ahí que no hablara exactamente de bibliotecario integrado. Es más, incluso te diría, que me refería más a docentes del área de ciencias sociales y humanidades, por una cuestión intrínseca al propio campo de conocimiento al que se dedican parece que viven de espalda a cualquier tipo de avance en este sentido.
Desde luego, como bien dices somos pocos, pero en esos terrenos hay nicho de mercado que hay que ir labrando (el que la crisis nos permite, pero bueno). Mi experiencia me lo demuestra día a día, los docentes o investigadores andan bastante perdidos, a veces por falta de tiempo y otras por desconocimiento y falta de ganas. Hace tiempo que se ha detectado esta necesidad, pero no termina de explotar el asunto.
Saludos, nos vemos en la redes 😉
Hola David! te agradezco mucho el esfuerzo de escribir tu blog. En primer lugar te diré que no sé si definirme como investigadora, porque actualmente estoy desempleada y mi ámbito de trabajo han sido más los protocolos de ensayos clínicos que las publicaciones científicas. Pero tengo la impresión que nos falta asesoramiento para sacar partido a nuestros conocimientos y darnos a conocer o crear opinión. Saludos
Hola Paz:
Efectivamente, la mayoría de investigadores e investigadoras necesitan de ayuda en temas de visibilidad y reputación científica. Tal cual va avanzando la web esto se torna necesario. Poner en marcha una estrategia de visibilidad científica en la web, en este sentido, es fundamental.
Muchas gracias por pasar por aquí y dejar tu opinión.
Saludos cordiales